El PSOE intenta forjar una candidatura de unidad
Susana Díaz quiere atraer a Patxi López a su proyecto
Una mayoría de presidentes autonómicos, líderes territoriales, cuadros medios y referentes del PSOE empieza a confluir en el objetivo de ahormar una “candidatura de unidad” que gane, de calle y sin derramamiento de sangre, la pugna por el liderazgo que se dirimirá en el próximo congreso del partido. Y aunque muchos consideran que Susana Díaz es la única que puede encabezar dicha convergencia –“¿quién si no?”, inquieren–, y pese a que ella misma está en plena operación para intentar sumar respaldos en todas las federaciones, corrientes y sensibilidades socialistas, no todos en el nuevo orden del PSOE apuestan por ella sin más posible alternativa.
Pese a que algunos dirigentes –Ramón Jáuregui o Guillermo Fernández Vara, entre otros– defienden una “candidatura única” de consenso como mejor solución para cerrar heridas, enterrar la eterna batalla interna por el liderazgo y poner al PSOE en disposición de remontar el vuelo, otros muchos dirigentes piensan que no será posible, pues dan por hecho que Pedro Sána chez, u otro aspirante capaz de aunar a los sectores críticos del partido, se presentará para disputarle el cargo a la Susana Díaz.
Porque lo que nadie duda es que la presidenta de Andalucía, esta vez sí, dará un paso al frente: “Susana va dar la batalla, eso seguro”. Y algunos, de momento, no ven a nadie más con posibilidades: “Susana es la única que quiere y puede... y ya ha metido la quinta marcha”. El portavoz de la gestora de Ferraz, el también andaluz Mario Jiménez, admitió ayer en TVE que dicha candidatura de unidad permitiría afrontar “un congreso de unidad, en el que hubiera un amplísimo consenso sobre la dirección del partido y el liderazgo”. “Eso daría mucha fuerza y sería el escenario más favorable para relanzar el proyecto del partido”, aseguró Jiménez.
“Más que en una candidatura única, se está trabajando en una candidatura fuerte; sería como un gobierno de concentración socialista”, explica un dirigente. “Nadie quiere guerra, salvo Pedro –apunta otro–. Es normal querer un acuerdo. Dirigentes socialistas defienden plantear una candidatura potente: “Como un gobierno de concentración” Lo suyo es ir a la unidad o la concentración porque esto está muy mal. Pero la unidad puede hacerse antes o después de votar en primarias”. El problema es que los sectores críticos creen que tanto la candidatura única como la de unidad se refieren sólo a las distintas maneras con las que Susana Díaz intentaría asumir todo el poder en el PSOE, con o sin primarias en función de si
se presenta o no un adversario.
La presidenta de la Junta, corroboran varios dirigentes, está desplegando una operación similar a la que desarrolló cuando tomó el mando en el PSOE andaluz, uniendo a fieles y críticos con su antecesor, José Antonio Griñán. Pero, ahora, su ámbito de actuación son todas las federaciones. Díaz, así, ya habría sumado a todas las corrientes enfrentadas en las pugnas internas de los últimos años: zapateristas, rubalcabistas, chaconistas, madinistas, hasta los afines a Tomás Gómez en la convulsa federación madrileña... De esta manera, estaría aislando a los últimos pedristas. Algunos dirigentes aseguran que Díaz, en busca de dicha unidad, también quiere atraer a Patxi López, al que otros empujan como tercera vía alternativa a una guerra fratricida. Aunque muchos insisten en que Sánchez tiene muchas dudas sobre sus posibilidades, pese a contar con el favor de la militancia. “Pedro está muy debilitado, ya no le apoyan ni los suyos –dice uno de sus muchos críticos–. Y Patxi está esperando a ver si Pedro desiste... Aunque Patxi tampoco levanta pasiones”. Un dirigente asegura que si Sánchez se presenta, obtendría un 25% o 30% de los votos. “Pero si se presenta un tercer aspirante, Pedro no sacará ni un 20%”, augura. Díaz, de partida, contaría con el 80% de los votos en Andalucía –un poderoso trampolín–, más los respaldos que ha ido fraguando por todas las federaciones.
La apuesta por la candidatura de unidad, en todo caso, buscaría evitar que el PSOE se siga desangrando con sus luchas intestinas. “El partido debe salir unido, porque si no nunca levantaremos cabeza”, confía un dirigente. Pero muchos rechazan que se planteen candidaturas alternativas de otros dirigentes “emergentes”. “Una mayoría está de acuerdo en no volver a repetir experimentos, como ocurrió con Pedro; necesitamos un valor ya testado”, zanja otro.
En pleno debate sobre el futuro liderazgo del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero –uno de los más firmes apoyos de Díaz– reapareció ayer en el Congreso, donde la gestora de Ferraz y el grupo parlamentario le rindió un homenaje con motivo del décimo aniversario de la ley de Dependencia. Zapatero trató de insuflar su “optimismo irrenunciable” a la gestora que preside Javier Fernández y al conjunto de “este gran partido”. Entre los asistentes estaban algunos de sus ministros, como Jesús Caldera, Trinidad Jiménez o Ramón Jáuregui, en lo que supuso todo un acto de reivindicación de la política social de Zapatero.
Previamente, no obstante, Jáuregui admitió en Onda Cero que el PSOE también se equivocó al no pactar la reforma del Estatut de Catalunya con el PP. “Teníamos que haber hecho ese proceso tan importante junto con el primer partido de la oposición”, reconoció, tras calificar de “valientes” las declaraciones de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, en las que reconoció, según Jáuregui, que “el PP hizo mal al no participar en la reforma del Estatut”. Y no sólo no participó sino que, según lamentó, “hizo una campaña contra Catalunya horrible”.
LAS PUGNAS DEL PASADO Díaz ya puede haber sumado a los fieles a Zapatero, Rubalcaba, Chacón o Madina
LA GUERRA FRATRICIDA “El partido debe salir unido, porque si no nunca levantaremos cabeza”, dice un cargo