La ejecutiva de C’s orilla la crisis del cambio de ideario
Rivera arguye que el partido nunca se definió socialdemócrata
La ejecutiva de Ciudadanos, reunida ayer en la sede de Madrid, decidió pasar rápidamente página de la crisis abierta por la decisión de Albert Rivera de cara al congreso de febrero de cambiar el ideario del partido, borrando cualquier mención a la socialdemocracia y a los orígenes catalanes de C’s, y que ha despertado la oposición de una parte de la militancia naranja en Catalunya.
Un malestar con esta operación de resituar ideológicamente a la formación, alejándose del centro izquierda para morar en coordenadas netamente liberales, que quedó patente el sábado en el consejo general de la formación, máximo órgano de dirección entre congresos, con una enmienda a la totalidad del sector socialdemócrata al nuevo ideario que se quedó a tres votos de prosperar (20 votos a favor, 23 en contra y 2 abstenciones). En el debate de ayer, la ejecutiva orilló esta oposición surgida en Catalunya, donde los cuadros de C’s son más sensibles a este intento de mutación ideológica que la de otras partes de España por llevar muchos de ellos militando desde la del partido en 2005, y se centró en destacar que finalmente el consejo general acabó aprobando las tres ponencias (ideario, estrategia, estatutos) presentadas por la dirección, tras leves retoques, con un apoyo mayoritario.
“Los cambios se han aprobado casi por unanimidad”, destacó Rivera en la rueda de prensa posterior al comité ejecutivo. No obstante, en el consejo general del sábado tuvo que intervenir en dos ocasiones para calmar los ánimos y justificar el abandono del “centroizquierda”, cediendo únicamente en que la definición del partido sea la de “liberal progresista” y no “liberal” a secas.
Rivera aseguró ayer que la de socialdemócrata no era “una definición de partido” en el ideario todavía vigente desde el 2007, y que fue redactado por el catedrático Francesc de Carreras, uno de los fundadores de C’s, para intentar en ese momento encontrar un espacio de consenso entre todas las familias ideológicas del partido.
Concretamente en este texto al que le quedan dos meses de vida, será substituido en el congreso que C’s celebrará en febrero, señala que el “ideario básico” de la formación naranja se nutre “del liberalismo progresista y del socialismo democrático”.
Con todo, el debate ideológico no está cerrado. Las ponencias entran ahora en fase de enmiendas y, además, el sector socialdemócrata de C’s en Catalunya ha empezado a organizarse de cara al cónclave de febrero y podría intentar sumar el apoyo simbólico de alguno de los fundadores del partido.
La ponencia sobre los estatutos también ha creado malestar interno por el endurecimiento del régimen disciplinario frente a posibles voces y movimientos críticos. De aprobarse, el nuevo estatuto establecerá que la creación o participación en corrientes de opinión “contrarias a los intereses del partido en su conjunto” será considerado una infracción muy grave, con consecuencias de sanción o incluso de expulsión.
Rivera restó importancia ayer a este artículo: “No estamos hablando de opinar distinto a la ejecutiva, sino de ir en contra de los intereses del partido”. Desde la dirección se explica que esta medida trata de evitar operaciones de “entrismo” en pequeñas agrupaciones territoriales, aprovechando el rápido crecimiento de C’s, de grupos organizados.
Unas maniobras que en los últimos meses la secretaría de organización ha tenido frenar de forma definitiva.
La dirección justifica el nuevo régimen disciplinario para evitar operaciones de “entrismo”