El Ayuntamiento desarrollará cinco supermanzanas en el 2018
CiU y ERC se unen para plantear un pacto de ciudad tras el fracaso del Poblenou
El gobierno de la alcaldesa Ada Colau puso ayer en el calendario el desarrollo de las cinco futuras supermanzanas de Barcelona, a las de los barrios de Sant Antoni, Esquerra de l’Eixample, el Camp d’en Grassot, Les Corts y Horta. La noticia es que se pondrán en marcha durante el 2018. Estos emplazamientos ya se barajaron en el mandato anterior. El Ayuntamiento invertirá 12 millones de euros en el desarrollo de estos espacios. Y esta vez el gobierno está del todo resuelto a que no se le atragante el proceso, a que no le pase de nuevo lo que le está sucediendo en el Poblenou, a que la ciudadanía de Barcelona acabe cogiendo manía a las supermanzanas y rechazando de plano cualquier propuesta de implantación de este tipo en su barrio. Porque la puesta en marcha de estos modos de organizar la movilidad, de hacer de la ciudad un lugar mucho más amable y llevadero, no cesa de generar antipatías y resquemores en el distrito de Sant Martí. El paso del tiempo no está haciendo otra cosa que alimentar el rechazo popular hacia la supermanzana del Poblenou. Muchos vecinos ya anuncian una campaña de protestas para después de las fiestas navideñas. Dicen que las ventas de los comercios de la zona continúan menguando. Que el tráfico de los alrededores de la supermanzana se intensificó. Que ahora todos los autobuses pasan por las mismas calles y...
En este contexto, la oposición mete con fuerza el dedo en la llaga, donde más daño puede hacer. Los grupos municipales de CiU y ERC presentaron también ayer el germen de lo que pretende ser un pacto de ciudad en torno a las supermanzanas, un acuerdo político, nada frecuente entre las dos formaciones independentistas en lo que va de mandato, que salvaguarde su desarrollo en el resto de la ciudad, un punto de encuentro que si además sirve para poner de manifiesto la soledad, la incompetencia y la incapacidad del gobierno para entenderse con todos los demás pues mucho mejor. Convergentes y republicanos recordaron ayer que ambas formaciones ya apoyaron el Plan de Movilidad Urbana del mandato anterior, que ya impulsaron el documento que abría la puerta a la futura implantación de las supermanzanas, que la inmensa mayoría apoya esta idea, que en estos momentos nadie puede apropiarse de su paternidad. Entonces, en el anterior mandato, sólo el PP votó en contra.
Los convergentes Jordi Martí y Raimond Blasi, y los republicanos Jordi Coronas y Trini Capdevila destacaron ayer que les preocupa muchísimo que la falta de cintura del gobierno municipal eche a perder un proyecto fundamental para garantizar la movilidad, controlar la contaminación, mejorar la calidad de vida de la gente... “No podemos permitir que el modelo de las supermanzanas fracase por culpa de una implementación chapucera –dijo Martí–. No se puede comenzar la casa por el tejado, no se pueden hacer pruebas piloto en base a criterios erróneos y poco consensuado, y no se puede replicar un modelo miméticamente en todas partes”. “Cuando se implantó la supermanzana de Gràcia, hace más de diez años –agregó Coronas–, se celebraron más de 150 reuniones con vecinos y entidades, e incluso se fue puerta por puerta de comercios y talleres para explicar el modelo”.
CiU y ERC subrayaron que también les preocupa muchísimo que entre tantos rifirrafes se eche a perder el consenso político y la complicidad ciudadana en torno a las supermanzanas. La presentación de ayer tiene un velado significado político. Todo el mundo sabe que la oposición es tan plural que resulta prácticamente imposible que sus diferentes grupos sean capaces de acordar un gobierno alternativo. De hecho, el gobierno aprovechará esta circunstancia para sacar adelante
CONSENSOS DESGASTADOS La oposición teme que la prueba de Sant Martí erosione la complicidad ciudadana
FUTURAS IMPLANTACIONES Sant Antoni, Eixample Esquerra, Camp d’en Grassot, Les Corts y Horta son los próximos
sus presupuestos sometiéndolos a una cuestión de confianza a la alcaldesa, poniendo en juego el poder con la seguridad de que lo conservara sin problemas. El pacto entre CiU y ERC abre la guerra de trincheras en la política local barcelonesa.
La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, vino ayer a reconocer que las cosas no se hicieron del todo bien en el Poblenou, que el pertinente proceso participativo se fue apañando a base de parches, que no se terminó de conseguir la implicación de la gente... A la teniente de alcalde no le falta razón al respecto. La plataforma ciudadana de afectados por la supermanzana del Poblenou repartió estos días alrededor de 150 pancartas que ya cuelgan de sendas ventanas a fin de dejar patente la oposición vecinal a la iniciativa. Fuentes de la plataforma añaden que lucirían muchas más en las fachadas de la zona si la plataforma no tuviera que cobrar 6 euros por cada una de ellas. Al parecer, más de un vecino que encargó alguna por correo electrónico se echó atrás tras comprobar que las pancartas no son gratuitas. La plataforma de ciudadanos que rechazan la supermanzana del Poblenou tal y como está planteada en estos momentos también está poniendo en circulación docenas de pegatinas y pósters que muchos comercios ya emplean para dejar claro su descontento. Sanz confía en que los últimos ajustes de la supermanzana del Poblenou sirvan a mitigar este descontento. La teniente de alcalde aseguró que los cinco nuevos espacios se desarrollarán después de unos procesos participativos impecables. De hecho, el año que viene se destinará a implicar a los vecinos en los diferentes proyectos y luego desarrollarlos. El gobierno espera acordar estos detalles con el resto de grupos durante la primera quincena de enero. El acuerdo no será sencillo.