El precio justo
La Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona recurren al arbitraje para determinar el valor del edificio del Borsí, cerrado desde hace siete años
El Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat han firmado un convenio de colaboración para determinar de forma conjunta, mediante el procedimiento de arbitraje, el valor de la finca conocida como el Borsí, que estuvo de actualidad el pasado mayo como consecuencia de su okupación por colectivos que querían convertirlo en alojamiento para refugiados y el desalojo realizado 48 horas después por los Mossos d’Esquadra.
El Ayuntamiento hace tiempo que echó el ojo al edificio de la antigua Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de la plaza de la Verònica, donde se ensancha la calle Avinyó. Ahora quiere echarle también el lazo. La presión vecinal de un barrio, el Gòtic, con una gran impacto del turismo de masas y un déficit de equipamientos de proximidad, despertó el interés del gobierno municipal por esta finca de inspiración neoclásica construida entre 1881 y 1883, que a finales de 2009 cerró puertas ante la seria amenaza de ruina que pendía sobre ella.
El inmueble, en el que se formaron artistas como Pablo Picasso y Joan Miró, pertenece a la Generalitat, que tiene la voluntad de desprenderse de él para reducir la deuda que tiene contraída con el Consistorio barcelonés. Es decir, en el Borsí (denominación popular derivada de la época en que fue Casino Mercantil y centro de operaciones bursátiles de las bancas locales) se juntan el hambre de los unos con las ganas y la necesidad de comer de los otros. Pero no hay acuerdo entre las dos instituciones sobre cuál es el valor real del edificio. De ahí que hayan recurrido a la mediación de un tercero.
El estado en que se encuentra el Borsí obligará a llevar a cabo una profunda rehabilitación que lo convierta en apto para los nuevos usos que el Ayuntamiento quiere darle. Los vecinos del Gòtic reclaman desde hace tiempo que el Consistorio adquiera esta finca para convertirla en un equipamiento público, centro cultural autogestionado con actividades formativas relacionadas con el mundo de las artes, los oficios y la música. Esa presión vecinal liquidó definitivamente el proyecto privado de convertir el edificio, presidido por unas monumentales estatuas que representan el Comercio y la Industria, en sede de un museo dedicado al cineasta Woody Allen.
A la Generalitat le conviene una tasación alta que le permita reducir la deuda reconocida con el Consistorio que, en el último informe, correspondiente al 1 de noviembre pasado, se cifra en 83,15 millones de euros. El Borsí figura entre los edificios propiedad de la Administración catalana que podrían entrar, por la vía de cesión de patrimonio, en la operación financiera que ha posibilitar la entrada en servicio del metro de la Zona Franca en el 2017.
A la Administración autonómica, que adeuda 83 millones al Consistorio, le interesa una tasación alta