Inversión de 50 millones en un gran agroparque
El Grupo Ametller Origen quiere construir a partir del 2018 un centro de producción de alimentos que ocupará más de 120 hectáreas en el Penedès
El Grupo Ametller Origen anunció ayer una inversión superior a los 50 millones de euros y la creación de 700 empleos directos con su iniciativa de impulsar un agroparque en el Penedès, en terrenos no urbanizables, que se encuentra en fase de anteproyecto. Si obtienen los permisos, comenzarían las obras en 2018.
Josep y Jordi Ametller, que dirigen el Grupo Ametller Origen, destacaron la sostenibilidad (residuos cero) y la integración medioambiental del proyecto, que se sitúa entre los términos municipales de Sant Llorenç d’Hortons y Gelida. Un 74% de las edificaciones serán subterráneas. De las 121,37 hectáreas del agroparque, 14 serían las afectadas por la acción urbanizadora y edificatoria. Allí se cultivarán viñedos y olivos, y también producirán cereales, frutas y verduras. Proyectan una bodega de vinos, una cervecería, un molino de aceite, tres granjas (con 150 vacas, cabras en semilibertad y gallinas camperas), un centro de interpretación agroalimentario, una tienda, invernaderos, almacenes, una zona industrial de elaboración de productos agroalimentarios, un aparcamiento (en el interior del recinto sólo se podrá circular con vehículos eléctricos), un establecimiento de turismo rural en la catalogada masía de can Mata d’Abelló y una depuradora. Ametller Origen también trasladaría sus servicios centrales al agroparque en un edificio singular de nueva construcción.
El proyecto quiere ser, a la vez, un centro de innovación y de integración de la cadena agroalimentaria, “desde el sector primario como eje principal, pasando por la transformación y acabando con su comercialización directa”. Fue presentado como “un referente del país, de Europa y del mundo de una nueva manera de entender la alimentación sin residuos químicos, en un distrito agroindustrial sostenible y basado en criterios de la economía circular”.
Ametller Origen quiere producir en el agroparque “alimentos puros, y respetar el bienestar animal y un balance cero de emisiones. Anuncian la minimización de la generación de residuos, buscar sinergias entre los procesos agrícolas e industriales, equilibrar las emisiones de anhídrido carbónico y apoyar el equilibrio del ciclo del nitrógeno, así como reducir al mínimo el consumo de agua. Según Jordi Ametller, “no es sostenible gastar 50 litros de agua para producir una lechuga o consumir productos producidos en la otra punta del mundo”.
El proyecto quería presentarse en el 2017, pero la oposición del grupo ecologista Bosc Verd les ha forzado a “aclarar la mala interpretación dada por desinformación”, según Josep Ametller. Bosc Verd sostiene que el agroparque tendrá un fuerte impacto ambiental ya que está proyectado “para que lo puedan visitar 200.000 personas anualmente”. Bosc Verd no quiere que el suelo no urbanizable “se utilice para especular”.