EE.UU. y la UE extienden las sanciones a Rusia por su papel en Ucrania
Estados Unidos extendió ayer sus sanciones a Rusia por su intervención en la guerra de Ucrania y la anexión de la península de Crimea, un día después de que la UE las prolongara seis meses más, tal y como decidieron los líderes europeos en la cumbre del pasado jueves.
El Departamento del Tesoro informó en un comunicado que ha designado a siete individuos, ocho entidades y dos barcos rusos para que sean bloqueados de cualquier tipo de actividad con EE.UU., así como identificado a 26 subsidiarias de compañías previamente sancionadas. El paquete llega sólo un mes antes de que Donald Trump tome posesión en la Casa Blanca y su escogido como secretario de Estado, Rex Tillerson, se ha mostrado partidario de levantar las sanciones.
Por parte de la UE, desde que se introdujeron las sanciones en julio del 2014 se han ido prorrogando hasta hoy, alegando que Moscú sigue incumpliendo los acuerdos de Minsk. Entre otros aspectos, éstos exigen un alto el fuego en el este de Ucrania, la retirada del armamento pesado o el control de la frontera oriental por parte de las autoridades ucranianas. Demandas que deberían haberse cumplido hace justo un año, en diciembre del 2015.
Las sanciones, que se extenderán hasta julio, prohíben a los bancos públicos rusos acceder a los mercados financieros de la UE y suponen un embargo a la importación y exportación de bienes de doble uso (civil y militar) y la tecnología necesaria para llevar a cabo prospecciones en el Ártico. También la OTAN volvió a criticar el lunes la actuación de Moscú en Ucrania, durante la reunión que mantuvieron los embajadores de la Alianza y Rusia. La tercera de este tipo, después de que el año pasado retomaran el contacto, tras casi dos años de fricciones por la guerra. “La situación en el este de Ucrania sigue suscitando profunda preocupación”, dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, al término del encuentro, e igualmente recordó que las violaciones del alto el fuego en las regiones de Donetsk y Luhansk “han alcanzado niveles de récord en los últimos meses”.
Stoltenberg expresó además la “preocupación” de los aliados por “el uso excesivo de ejercicios rápidos” de entrenamiento que el ejército ruso lleva a cabo en la frontera con Ucrania. “Están desestabilizando y no mejoran el clima general de nuestras relaciones”, dijo. La Alianza ha denunciado en varias ocasiones que Rusia no avisa con suficiente antelación de sus ejercicios militares, contribuyendo a incrementar la tensión. Una acusación que Vladímir Putin ha negado siempre.
La mayoría de países de la OTAN lo son también de la UE y su contundencia hacia Rusia por la implicación en Ucrania contrasta con la reacción por el apoyo ruso a Bashar el Asad en la guerra de Siria. En la cumbre del jueves, los líderes europeos condenaron duramente la intervención en Alepo, pero no lograron ponerse de acuerdo a la hora de sancionar a Moscú.
La primera ministra británica, Theresa May, el presidente francés, François Hollande, y la cancillera alemana, Angela Merkel, abogaban por la imposición de las medidas restrictivas, pero no consiguieron el apoyo del resto. Muchos gobiernos empiezan a dudar de su utilidad y creen que no ayudan a reconducir las relaciones diplomáticas con Moscú. Además, no están dispuestos a iniciar en solitario un nuevo conflicto con Putin, tras la victoria de Donald Trump en EE.UU. Y es posible que las sanciones a Rusia por Ucrania no se vuelvan a prolongar en el futuro. El candidato conservador al Elíseo, François Fillon, también quiere acabar con ellas.
Crecen en Europa las voces escépticas con las sanciones; Fillon, candidato al Elíseo, quiere acabar con ellas