LA GESTIÓN DE RESIDUOS ES COMPETENCIA MUNICIPAL
Ripollet es uno de los municipios que se plantean un cambio a corto plazo. Pilar Castillejo, primera teniente de Alcaldía del Ayuntamiento de Ripollet, explica que el consistorio está decidido a implementar un nuevo modelo de gestión y recogida de los residuos a partir de 2017, después de que un diagnóstico alertara que el índice de recogida selectiva en el municipio “estaba muy por debajo de la media “. En Ripollet, a pesar de que el 70% de los edificios son casas y sólo un 30% son bloques de pisos, el 85% de la población vive concentrada en los bloques de pisos. El nuevo sistema que plantea Ripollet –que el consistorio debatirá con todos los agentes sociales– incluiría un modelo de residuo mínimo con recogida a través de cuatro contenedores y recogida domiciliaria puerta a puerta. También propone una nueva recogida más cercana a la ciudades y, finalmente, medidas de recogida selectiva por los grandes productores de residuos.
Sant Just Desvern tiene una producción de residuos superior a la media de los municipios del área metropolitana y, pese a que la evolución de la recogida selectiva en contenedor ha ido mejorando, desde hace unos años se ha estancado en un 50% sin que las políticas y las acciones del consistorio hagan subir el índice de recogida. Lluís Montfort, segundo teniente de alcalde del consistorio, explica que el municipio hace campañas de concienciación, ha instalado más de 200 baterías completas de contenedores integrados, realiza dos recogidas de voluminosos semanales y tiene puntos limpios, entre muchas otras políticas de residuos, pero, a día de hoy, “nos vemos totalmente incapaces de superar el estancamiento y llegar a alcanzar los diez puntos que nos separan de los objetivos para 2020. No llegar al 75% de recogida selectiva conlleva una pérdida de 300.000 euros anuales que se dejan de ingresar”, alerta Monfort. Sant Just no tiene tasa de recogida de residuos y estudiará implantar una tasa flexible en función de los resultados.