Un sector en constante cambio
El ecosistema de las start-ups ha evolucionado mucho en los últimos años, aparecen nuevas tendencias y diferentes tipos de inversores pero la esencia del éxito siempre es la misma: un proyecto escalable con un buen equipo, ventaja competitiva y una estrat
El ecosistema de las start-ups en España ha ido madurando y, en los últimos años, hemos visto grandes éxitos que han traspasado nuestras fronteras pero también fracasos espectaculares. El caso es que ahora hay un mayor conocimiento del sector y más profesionales especializados, de modo que las apuestas son un poco más seguras y las tendencias ya no son tan volátiles como hace unos años. También entre los inversores ha habido cambios, con la entrada de nuevos actores como los family office, por ejemplo, que apostaron por las start-ups en un momento en el que los intereses de la banca estaban bajo mínimos y la Bolsa ofrecía pocas garantías para la inversión. Y los grandes fondos internacionales de capital riesgo, que han protagonizado rondas millonarias en start-ups españolas, una tendencia al alza.
¿Cómo ha cambiado la visión de los inversores en estos últimos años? ¿Qué buscan ahora en una start-up y qué les mueve a invertir? Lánzame Capital es un pledge fund -donde los inversores deciden en qué start-up invierten y la cantidad- que se creó en 2012 y desde entonces ha participado en 19 empresas, alguna tan exitosas como Kantox, de cambio de divisas online, o NoviCap, de financiación para pymes. Jordi Safont, socio de Lánzame Capital, asegura que las bases son las mismas pero que los años les han dotado de un conocimiento específico en algunos sectores clave como Fintech, Mobile y Software as a Service, que les hace ser más exigentes a la hora de valorar las start-ups.
CRECIMIENTO EXPONENCIAL
Sigue siendo fundamental que “una empresa, con una cantidad determinada de dinero sea capaz de crecer de forma exponencial sin ser muy intensivos en costes”, explica Safont. Es lo que se llama escalabilidad, es decir, el potencial de multiplicar los ingresos con los mínimos costes adicionales. De modo que una empresa escalable es aquella que ya ha probado el producto y el modelo de negocio, y que está a punto de expandirse hacia nuevos países y mercados.
Son start-ups con “una estructura con pocos costes fijos”, afirma Safont. “¿Cómo abre una multinacional en un país? Siendo muy intensiva en capital y en mano de obra, pero si tú eres capaz de tener una herramienta tecnológica que te permita vender vía web u otro tipo de canal con menos costes y ser más efectivo, en vez de ir a un país determinado y abrir una delegación, cosa que te costará algunos cientos de miles de euros, puedes vender online desde España a cualquier sitio”. Es el caso de las participadas de Lánzame Capital como Kantox, NoviCap, MonKimun, de apredizaje de inglés para niños, o Verse, una aplicación de móvil para pagos instantáneos.
Pero hay otras características a tener en cuenta antes de invertir en una start-up. “Para mí hay cuatro elementos clave”, explica Safont. “El primero es el equipo, lógicamente, que tiene que ser completo y complementario. Difícilmente todas las aptitudes que necesitas estarán en una sola persona, porque precisas a un experto en el negocio, otro en marketing online y, si entregas un producto, otro especializado en logística. Por este motivo, a la hora de montar un equipo, debes detectar las necesidades claves que tienes, identificar tus habilidades y convencer a los mejores profesionales para completar el equipo”. Y eso se consigue con el “conocimiento del sector y de la competencia, y ha- ciendo muchísimo networking”.
VENTAJA COMPETITIVA
Otra de las claves para invertir es la ventaja competitiva, es decir, qué te diferencia de la competencia, por qué eres mejor que ellos y por qué tu cliente te comprará a ti y no a otros. Y esa es una característica “que nos cuesta encontrar”, reconoce Safont. “Tenemos la suerte de haber invertido en empresas cuyos fundadores son brillantes y tienen la sana costumbre de hablar con mucha gente, desde inversores a clientes… No tienen la receta mágica del éxito pero sí muchos conocimientos, ganas de trabajar y una pasión ilimitada. Y, antes de iniciar un proyecto en un país o de contratar, lo que intentan es tener el máximo de datos posibles. Y este es otro de los elementos que nos interesan, las métricas, para demostrar que has ejecutado”.
Y un último aspecto a tener en cuenta, que es transversal, es su estrategia de financiación, “porque no es lo mismo una empresa que llegará a facturar diez millones de euros con una primera ronda de 100.000 que otra que facturará el mismo dinero teniendo que hacer varias rondas para conseguir 5 millones”.
Respecto a la entrada de nuevos actores en la financiación de start-ups, Safont reconoce que, efectivamente, los family office -plataformas que gestionan grandes patrimoni osinvierten cada vez más en el sector pero aún no lo hacen en start-ups “que sean demasiado disruptivas o escalables. Invierten en startups con un incremento en facturación más lineal y con productos más tangibles”, explica el socio de Lánzame Capital, que no descarta que en el futuro podamos ver este tipo de inversiones en start-ups tecnológicas.
En cuanto a los fondos de capital riesgo internacionales, Safont recuerda que “ha habido pocas operaciones”, aunque reconoce que “son fondos más grandes con operaciones más altas”. Sí es cierto que es una tendencia al alza, “y eso es bueno porque el hecho de inyectar más gasolina a las start-ups que se han iniciado aquí para que puedan crecer es siempre positivo”. Y lo es porque los inversores internacionales están viendo que en el país hay buenos proyectos, porque dinamizan el sector y porque fondos de aquí empiezan a interesarse por rondas más altas.
Otro cambio en estos años es que los inversores han ido aprendiendo, como el caso de Lánzame Capital, que primero eran generalistas porque “consideramos que tener acceso a muchas oportunidades es el primer paso para lograr inversiones de éxito”. Pero
“Tenemos la suerte de haber invertido en empresas cuyos fundadores son brillantes y tienen la sana costumbre de hablar con mucha gente. No tienen la receta mágica del éxito pero sí muchos conocimientos y una pasión ilimitada".
con los años se han especializado en Fintech, Mobile y Software as a service. Y esto es así, relata Safont, porque “cuando invertimos en la primera fintech ya sabíamos algo del sector, pero aprendimos mucho más; y con la segunda empresa, aplicamos lo que ya sabíamos y los nuevos conocimientos. Así hasta que cuando llevas cuatro o cinco inversiones en el mismo sector, sabes muchísimo, te sientes cómodo y eres mucho más exigente. Además, tenemos un aprendizaje de métricas y de cada sector que nos ha permitido reducir el riesgo”.
TENDENCIAS
Los fundadores y socios de Lánzame Capital vienen del mundo de las finanzas y, cuando invirtieron en Kantox, “era una tendencia muy incipiente”, aunque “sabíamos que era un sector con mucho potencial y apostamos por él”. En el caso del Mobile, “no nos gustaba hace un año y medio, porque veíamos a muchos emprendedores que lanzaban aplicaciones móviles pero el 95 % de ellas cerraba o no conseguía posicionarse en la app store. Pero hay una segunda hornada de emprendedores que han aprendido mucho, tienen un modelo de negocio claro y ventaja competitiva”.
Respecto al Software as a Service hay pocos inversores especializados, pero “era una tendencia y hemos querido aprender, invertir y seguir aprendiendo. Es un buen modelo de negocio porque, a diferencia de lo que se hacía con el software tradicional en el que un comercial iba con la cajita, aquí se vende online, el margen es alto, los canales de venta son muy eficientes y el cliente es recurrente”.