Recompensa de 100.000 € por informar del yihadista de Berlín
La policía alemana busca a un tunecino de 24 años como presunto terrorista
Un joven tunecino que pidió asilo en Alemania y le fue denegado es el sospechoso del atentado del pasado lunes en un mercadillo navideño en Berlín. Las autoridades alemanas han ofrecido 100.000 euros a quien proporcione información que posibilite su detención.
Esta vez las pruebas parecen más sólidas. Alemania busca sin tregua desde la madrugada de ayer a un tunecino al que considera sospechoso del atentado contra el mercado navideño berlinés de Breitscheidplatz del lunes, en el que murieron doce personas y otras 48 sufrieron heridas. Al cierre de esta edición, no había sido apresado.
Se trata de Anis Amri, de 24 años, un peticionario de asilo con la solicitud denegada y amistades salafistas, cuya documentación apareció en una cartera en la cabina del camión utilizado para el ataque, según informaron los investigadores después de una mañana de filtraciones periodísticas. En la misma noche del atentado, la policía había detenido en Berlín a un pakistaní de 23 años, siguiendo la pista indicada por un testigo, pero el hombre fue puesto en libertad el martes al verificarse que su ADN no se correspondía con las trazas halladas en el tráiler del atentado.
El hombre buscado, Anis Amri, “es un sospechoso, pero no es necesariamente
Anis Amri “es un sospechoso, pero no es necesariamente el perpetrador”, alertó el ministro del Interior
el perpetrador del ataque; todavía estamos investigando en varias direcciones”, alertó ayer el ministro del Interior, el democristiano Thomas de Maizière. Contra Amri –que ha utilizado hasta seis nombres diferentes y tres nacionalidades (tunecina, egipcia y libanesa)– fue emitida por Alemania una orden de busca y captura europea. Las autoridades alemanas ofrecieron también una recompensa de hasta 100.000 euros a quien proporcionara pistas sobre su paradero.
“Anis Amri mide 1,78 metros de altura, pesa alrededor de 75 kilos, tiene el cabello negro y los ojos marrones”, enumera en un cartel la Fiscalía Federal, que distribuyó dos fotos del sospechoso. “Precaución: el hombre podría ser violento e ir armado”, alerta el cartel. El arma corta con que fue asesinado Lukasz Urban, el chófer polaco del camión secuestrado para atentar en el mercado, no ha sido hallada, por lo que podría estar en manos del fugitivo.
Según varios medios alemanes, Urban, de 37 años, recibió varias puñaladas durante la lucha que mantuvo con el terrorista en el interior de la cabina del camión. El rotativo Bild aseguraba ayer citando fuentes de la investigación que el camionero aún estaba vivo cuando el vehículo arrolló el mercadillo, y que fue entonces cuando el agresor le disparó. La policía contactó también con hospitales concretos, pues el sospechoso podría haber resultado herido en su lucha con el camionero en la cabina, y buscado atención médica, pero esas pesquisas no arrojaron resultados.
Anis Amri, llegado a Alemania en julio del 2015, había vivido en dos länder del oeste, BadenWürttemberg y Renania del Norte-Westfalia, y en la capital, Berlín, al menos desde el pasado mes de febrero. Fue en Berlín donde se le denegó el asilo. Se tenía constancia de sus relaciones con el salafismo, y había sido vigilado durante meses (posible preparación de “grave delito contra la seguridad del Estado”, fórmula jurídica habitual contra islamistas radicales), pero en algún momento se perdió su pista.
Según Ralf Jäger, responsable
de Interior de Renania del NorteWestfalia, la solicitud de asilo de Anis Amri fue rechazada en junio de este año, pero no pudo ejecutarse la expulsión porque Túnez se demoró en admitir que se trataba de uno de sus ciudadanos. De hecho, la documentación hallada en el camión que ha permitido identificarle es una Duldungsbescheinigung (literalmente, certificación de tolerancia), el certificado oficial alemán que permite a un solicitante de asilo cuya solicitud ha sido denegada permanecer en el país hasta que se concrete su deportación. Esa documentación había sido tramitada en la localidad renana de Cléveris, cercana a la frontera con los Países Bajos, al ser trasladado ahí su caso por razones burocráticas y de sobrecarga de trabajo de las autoridades de extranjería berlinesas, según Jäger.
El sospechoso era considerado una amenaza potencial por las autoridades de seguridad desde noviembre, tras haber tenido contacto con Abu Walaa, un islamista detenido ese mismo mes junto a otros cuatro hombres, que reclutaba yihadistas para el Estado Islámico.
La acumulación de datos está acrecentando las dudas sobre los filtros de seguridad practicados por las autoridades en Alemania y plantea si el atentado habría podido evitarse, un motivo más de presión para la canciller, Angela Merkel, por su política de refugiados. Sobre la gobernante democristiana, que se presentará a las elecciones del 2017 en busca de un cuarto mandato, recaen ahora agresivas acusaciones de culpabilidad por los muertos del lunes lanzadas por el partido populista derechista Alternativa para Alemania (AfD). El ataque al mercado navideño de Breitscheidplatz, que el martes fue reivindicado por el Estado Islámico (EI) como obra de uno de sus “soldados”, es el más mortífero sufrido en suelo alemán desde 1980. Todos los cuerpos policiales de los länder, así como la policía federal, peinaron ayer los lugares donde podría haberse ocultado el sospechoso Anis Amri, en especial en el land de Renania del Norte-Westfalia. En Emmerich, ciudad renana muy próxima a la frontera con los Países Bajos, los agentes registraron un albergue de refugiados en el que vivió un tiempo el tunecino.
Mientras, el padre de Anis Amri relató a la tunecina Radio Mosaique que su hijo se marchó de Túnez hace siete años como migrante indocumentado. Estuvo cuatro años en la cárcel en Italia por prender fuego a una escuela, y al final recaló en Alemania.