Puigdemont y Colau pactan por una consulta acordada
ERC y la CUP insisten en la votación aunque la rechace el Estado El president aparca la unilateralidad para lograr el apoyo de los comunes
Consenso político y social del soberanismo para celebrar un referéndum sobre la independencia de Catalunya pactado con el Estado español. Ésta es la conclusión de la reunión constitutiva del Pacte Nacional pel Referèndum celebrada ayer en el Parlament, convocada por el presidente de la Generalitat, entre instituciones, partidos, entidades soberanistas, entidades sociales, cívicas y culturales y patronales y sindicatos. Una reunión que se saldó con una potente imagen de unidad del bloque soberanista –más de ochenta personas sentadas alrededor de una gran mesa cuadrada y Carles Puigdemont significativamente flanqueado por Carme Forcadell y Ada Colau–, en la que independentistas y comunes, por un lado, y clase política y sociedad civil, por otro, cerraron filas sin fisuras en defensa del ejercicio del derecho a decidir.
El consenso, después de casi tres horas de reunión, fue posible porque esta vez las fuerzas independentistas y el propio presidente de la Generalitat eludieron plantear la celebración de un referéndum unilateral y se centraron exclusivamente en la necesidad de buscar, al menos de momento, el acuerdo con el Estado español. Y esto hizo posible que los comunes, con la alcaldesa de Barcelona al frente, secundasen sin problemas la iniciativa. Carles Puigdemont, así, realizó un planteamiento en defensa de la democracia, no de la independencia, y evitó hablar de fechas sobre la celebración de la consulta, aunque dentro de la reunión sí dejó claro que el Govern mantiene su calendario, en alusión al acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP de llevar a cabo el referéndum, como máximo, la segunda quincena de septiembre del 2017. Y Ada Colau, por su parte, expresó que lo mejor era no fijar fechas ni plazos, en aras a conseguir el mayor respaldo posible.
El resumen de la situación podría ser que se produjo un paso atrás de los independentistas para facilitar la reincorporación de los comunes al consenso, aunque, desde ERC y la CUP, Oriol Junqueras y Anna Gabriel se apresuraron a dejar claro que los planes se mantienen, de manera que “más pronto que tarde” habrá que fijar fecha para la consulta. “Ahora nosotros les acompañamos en la petición del referéndum acordado, pero cuando el Estado diga que no esperamos que ellos nos acompañen a nosotros”, enfatizó tanto la dirigente de la CUP como el presidente de ERC. La impresión generalizada era, por tanto, que resultaba lógico que en esta reunión constitutiva del Pacte Nacional pel Referèndum –que recoge la herencia del Pacte Nacional pel Dret a Decidir y recupera su espíritu– el presidente de la Generalitat aparcarse la unilateralidad para salir de ella con la foto de la máxima unidad, pero que en ningún caso significaba una renuncia, según fuentes del Govern, pero, sea como sea, la sensación era que en esta ocasión los criterios dentro de Junts pel Sí no parecían los mismos. El problema, en todo caso, será ver cuánto tiempo es posible compaginar la doble idea de la consulta pactada y la unilateral, porque lo que sí fue unánime es que ahora no se puede repetir otro 9-N. La idea de celebrar un referéndum pactado, con garantías y con reconocimiento internacional empezará a ponerse en práctica con un manifiesto para solicitar su celebración que todavía tiene que redactarse y para el que se pondrá en marcha una campaña de adhesiones, en busca del máximo de apoyos sobre todo fuera de Catalunya, en España e incluso en Europa, según la propuesta del propio Carles Puigdemont, que fue bien acogida por el resto de participantes. De este cometido se encargará un comité ejecutivo, que será también el responsable de velar por el buen funcionamiento del Pacte Nacional pel Referèndum y que, a propuesta asimismo del presidente de la Generalitat, estará formado por el exdiputado del PSC Joan Ignasi Elena, la exalcal-
ESPÍRITU TRANSVERSAL El independentismo suma a los comunes al consenso a costa de rebajar planteamientos APOYO EXTERIOR El Pacte Nacional pel Referèndum impulsará un manifiesto y una campaña de adhesiones
desa de Badalona, también del PSC, Maite Arqué, la exconcejal del PSC en Barcelona Itziar González, los exdiputados de ICV Jaume Bosch y Francesc Pané, la exconsellera de CDC Carme-Laura Gil, la exdiputada de ERC Carme Porta y el activista cultural Francesc de Dalmases. Joan Ignasi Elena actuará de coordinador.
A la reunión, y dentro del ámbito institucional, el Govern estuvo representado, además de Carles Puigdemont, por el vicepresidente Oriol Junqueras y los consellers Neus Munté, Raül Romeva, Meritxell Borràs y Carles Mundó, el Parlament por la presidenta Carme Forcadell, las diputaciones de Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona por sus presidentes –Mercè Conesa, Pere Vila, Joan Reñé y Josep Poblet– y el Ayuntamiento de Barcelona por su alcaldesa, Ada Colau, que fue la principal novedad de la reunión. Junto a ellos también asistieron el expresidente de la Generalitat Artur Mas y los expresidentes del Parlament Joan Rigol, Ernest Benach y Núria de Gispert. Entre los partidos estuvieron presentes el PDECat, ERC, la CUP, Demòcrates de Catalunya, el Moviment d’Esquerres, Catalunya Sí que es Pot, ICV, EUiA y Podemos, así como los máximos responsables de los grupos de estas formaciones en el Congreso –a excepción de Xavier Domènech–, el Senado y el Parlamento Europeo.
Y entre los representantes de la sociedad civil estuvieron las entidades soberanistas (Assemblea Nacional Catalana, Òmnium Cultural y Associació de Municipis per a la Independència), entidades sociales, culturales, cívicas, vecinales y deportivas, sindicatos (UGT, CC.OO., Unió de Pagesos) y patronales (Cecot, Pimec, Consell General de Cambres de Catalunya). Una representación amplia y transversal que habrá que ver qué capacidad de aguante tiene.