Colau avisa al Govern de que sólo apoyará una consulta acordada
La alcaldesa advierte que la cuestión “no es la independencia, es la democracia”
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y los demás miembros del espacio de los comunes salieron de la cumbre del referéndum moderadamente satisfechos. Con la constatación de que su propuesta de consulta pactada y con garantías queda reforzada, a tenor de lo expresado en la reunión por el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, y la presidenta del Parlament, Carme Forcadell.
A los comunes les gustó escuchar cómo Forcadell comenzaba su intervención dejando claro que el encuentro iba más allá de los partidarios a la independencia y que el objetivo de la cumbre es celebrar un “referéndum vinculante”, no alcanzar la independencia. El presidente y el portavoz de Catalunya Sí que es Pot, Lluís Rabell y Joan Coscubiela; los líderes de Iniciativa, Podemos y EUiA, Marta Ribas, Albano-Dante Fachin y Joan Josep Nuet, y Colau escucharon con atención estas palabras que venían a avalar sus tesis políticas sobre el derecho a decidir como argumento político que cuenta con el más amplio apoyo entre la población catalana. Esa es la jugada política de los comunes y ayer los acontecimientos giraron en esa dirección.
No hay que olvidar además que esta cumbre organizada ayer se celebraba bajo el amparo jurídico de una de las resoluciones del debate de política general que no acabaron suspendidas ante el Tribunal Constitucional a pesar de que defendía que las instituciones catalanas deben y pueden desarrollar políticas en pos de un referéndum. Esa resolución, la número dos de las aprobadas tras el debate lleva la firma del grupo de Catalunya Sí que es Pot y fue transaccionada con Junts pel Sí mientras la CUP la rechazaba.
Justo después de la intervención del presidente Carles Puigdemont se produjo la intervención de la alcaldesa de Barcelona. Colau recordó que aunque el Gobierno del PP rechaza el referéndum, España “es más plural” y que el derecho a decidir cuenta con aliados en todo el país, en alusión a sus compañeros de Unidos Podemos.
Así reivindicó especialmente el papel de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. La líder de BComú recordó también que su espacio ha defendido siempre un referéndum útil, de mayorías, que interpele a toda la sociedad y con reconocimiento estatal e internacional. Pero también advirtió del fracaso que supondría repetir otro 9-N que, aunque sería un acto “legítimo”, “no sería un referéndum y no sería útil”. De ahí que la alcaldesa insistiera en la necesidad de una consulta “con garantías y pactada”, que “no comprometa a los funcionarios” y que interpele “a toda la ciudadanía”.
En este sentido, Colau pidió al Govern que se prescindan de calendarios prefijados a “corto plazo”, en referencia a la fecha de septiembre, “ya que puede generar frustración” si no se cumple, y que se trabaje en la línea de ampliar las alianzas por el derecho a decidir en el Estado. “El elemento central no es la independencia, es la democracia”, reiteró la edil en su intervención posterior a la cumbre. Sus palabras fueron secundadas por el resto de los comunes. Es el caso de la coordinadora nacional de ICV, Marta Ribas, quien reclamó que el Pacte “respete la pluralidad de Catalunya”.
Colau y los comunes mostraron más sintonía con la posición defendida por Puigdemont que con la del vicepresident, Oriol Junqueras. El líder de ERC tomó la palabra dentro de la cumbre y aseguró que su partido “nunca” condicionará el referéndum “al permiso” del Gobierno central, dando alas a la vía unilateral que rechazan las confluencias de izquierda.