Rusia descarta el terrorismo en el siniestro de un avión en el mar Negro
Los servicios secretos investigan un fallo técnico en la nave, que causó 92 muertos
Un error del piloto o un fallo técnico son las principales hipótesis que baraja Rusia en las investigaciones por el avión Tupolev 154 estrellado el domingo por la mañana en el mar Negro, sólo dos minutos después de despegar del aeropuerto de Sochi, donde repostó combustible antes de dirigirse a su destino final en Siria. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, informó de que la tesis de un ataque terrorista está “lejos de encabezar la lista” de los factores que podrían haber hecho caer el aparato, con 92 personas a bordo. No hubo supervivientes.
Los servicios secretos rusos –el Servicio Federal de Seguridad (FSB), antiguo KGB– confirmaron la versión y rechazaron “ningún elemento o hecho” que acredite la tesis del atentado, como sí hicieron en el caso del Airbus con 224 tripulantes y turistas rusos que se estrelló hace un año al despegar de Egipto. “Las principales pistas son el impacto de objetos en los motores, un carburante de mala calidad que haya llevado a una pérdida de velocidad y un fallo de los motores; un error de pilotaje o un fallo técnico del aparato”, precisó el FSB.
Sin embargo, varios pilotos citados por la prensa local rusa pidieron no aparcar del todo la tesis terrorista por la vasta experiencia del piloto. El aparato, del 1983, había superado una reparación general hace sólo dos años. Es la primera catástrofe de un Tu-154 desde abril del 2010, cuando se estrelló el avión del presidente polaco Lech Kaczynski en la ciudad de Smolensk.
Las cajas negras, fundamentales para esclarecer el siniestro, todavía no han sido recuperadas porque no emiten señales de radio que facilite su localización. “Encontraremos los receptores de información a su debido momento. Sabemos donde están”, afirmó el jefe de las Fuerzas Aéreas de Rusia, Víktor Bóndarev.
En total, más de 3.500 militares y casi un centenar de barcos, aviones, helicópteros, drones y batiscafos participan en las operaciones de búsqueda, que gracias a los equipos acústicos se han reducido a un radio de 500 metros bajo el mar. Los primeros once cuerpos recuperados ya han llegado a Moscú para ser identificados, y el Ministerio de Defensa negó los rumores de que llevasen puestos los chalecos salvavidas.
Los equipos de rescate localizaron ayer el fuselaje a 27 metros de profundidad y a 1,7 kilómetros de la costa, pero de momento sólo han llevado cuatro pequeñas piezas a la superficie. En principio la estructura debería contener los restos de la mayoría de los fallecidos, pero la profundidad y las fuertes corrientes están complicando las operaciones.
Decretado ayer día de duelo nacional, Rusia amanecía con las banderas a media asta en memoria de los 84 pasajeros y 8 miembros de la tripulación a bordo del aparato. Entre ellos se encontraban 64 integrantes del coro y conjunto de danza Alexándrov, conocido internacionalmente como el Coro del Ejército Rojo, fundado en 1928 para elevar la moral de las tropas. Sus integrantes
DESPLIEGUE EN EL MAR NEGRO Más de 3.500 militares y casi un centenar de barcos y aviones participan en el rescate DÍA DE DUELO NACIONAL Flores, velas y cambio de la programación de televisión para llorar a las 92 víctimas
iban a animar la celebración de Año Nuevo en la base aérea siria de Jmeimim, donde Rusia tiene desplegada una agrupación de aviones de guerra. Decenas de personas se acercaron ayer a la sede del coro en Moscú para depositar flores y velas en memoria de uno de los últimos iconos de la etapa soviética.
Las cadenas de televisión nacionales también alteraron su programación habitual y suspendieron los programas de entretenimiento en honor a los nueve periodistas fallecidos del Canal 1 y NTV que iban a retransmitir el concierto. También viajaba la doctora Elizaveta Glinka, más conocida como doctora Liza, admirada en Rusia por su papel humanitario en zonas de guerra en el este de Ucrania. Glinka, que acompañaba un envío de medicamentos para un hospital sirio, fue condecorada la semana pasada por el presidente Vladímir Putin.