Abas resiste pese al fuego cruzado
El rais palestino, de 81 años y delicada salud, es reelegido al frente de Al Fatah y descarta convocar elecciones
Después de la reelección de Mahmud Abas como máximo líder político palestino en el congreso de Al Fatah, un grupo de palestinos que se reúnen habitualmente en un café de Ramala, entre los que hay tanto seguidores como críticos, coinciden en que el sucesor de Yasir Arafat “pretende morir con las botas puestas”. El líder palestino de los últimos doce años cerró las puertas del congreso –celebrado a principios de diciembre– a cal y canto a sus principales opositores, encabezados por Mohamed Dahlan –exjefe de los servicios de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Gaza– y Salam Fayad, ex primer ministro.
Las fotos de Maruan Barguti, que quedó en segundo lugar en las primarias y es considerado por muchos el “Nelson Mandela palestino”, recubren los muros de la plaza y recuerdan que continúa siendo el político más popular en Cisjordania y la franja de Gaza. Desde su celda en una prisión al norte de Tel Aviv, donde cumple cinco cadenas perpetuas desde hace catorce años, el preso Barguti mantiene un profundo control de la política de Al Fatah y de la ANP. Es el único líder de Al Fatah que, según las encuestas, doblegaría en unas hipotéticas elecciones al líder islamista de Hamas en Gaza, Ismail Haniye. No obstante, no se espera por ahora la convocatoria de elecciones legislativas o municipales.
Cuando le preguntaron a Mahmud Abas si veía factible que Barguti ganase en el futuro los comicios presidenciales palestinos, tal como indican los sondeos, Abas contestó: “Hoy es un miembro del comité central y por lo tanto tiene derecho a ser presidente. Si fuera elegido, negociaríamos con Israel para intentar liberarle”.
Yibril Rayub, exjefe de la seguridad de Cisjordania, quedó tercero en la lista. Rayub dirigió en los últimos años la federación de fútbol palestino y el comité olímpico, encabezando una potente campaña internacional para que Israel sea expulsado de los organismos deportivos internacionales. Los palestinos protestan por la limitación de movimientos que sufren los deportistas palestinos alegando motivos de seguridad, así como la decisión de Israel de mantener equipos de los asentamientos judíos de Cisjordania en sus ligas nacionales.
Pese a la delicada situación de Abas, que se siente entre fuego cruzado desde dentro y fuera de Palestina, el rais llevó a cabo una maratón de tres horas de discurso dónde lanzó un mensaje claro a todos sus rivales: aunque tiene 81 años y recientemente fue operado del corazón en Jordania, no pretende abandonar la Muqata de Ramala en un futuro cercano.
Según una reciente encuesta del Centro Palestino para la Política e Investigación de Opinión Pública, el 65% de la población desea que Abas se retire. Otros
HARTAZGO Según un sondeo reciente, el 65% de los palestinos quieren que el líder se retire EL ENEMIGO POLÍTICO “Es cada vez más una dictadura, recuerda al régimen de El Asad o Sadam”, lanza Dahlan
sondeos reflejan una ola de individualismo entre la juventud palestina, que pone su futuro personal en primer lugar y manifiesta su frustración por el casi medio siglo de ocupación israelí de Cisjordania, la expansión de los asentamientos judíos y la cooperación de la ANP con Israel en los temas de seguridad, que impidió la ejecución de más de 200 atentados el pasado año.
En el café humeante del centro de Ramala, un grupo de hombres comenta la situación. “El presidente era antiguamente el favorito de los estadounidenses y sus aliados árabes, pero se desilusionaron con él. Ahora está atrapado entre los palestinos de Gaza y Cisjordania, que le consideran demasiado cercano a Israel, y los israelíes del Gobierno que aseguran que él no es un interlocutor para la paz”, dice con cierta frustración Abed, taxista de 47 años, padre de cinco hijos y abuelo de una nieta. Un hombre cubierto con la típica kefia palestina, que prefiere mantener su anonimato, suspira: “En 25 años de negociaciones con los israelíes, Al Fatah no ha conseguido absolutamente nada. Hamas, con un solo secuestro del soldado Gilat Shalid, logró a cambio la liberación de más de 1.000 presos palestinos de sus cárceles”.
Otros en la mesa expresan su deseo de que Abas renuncie a alguno de sus tres títulos: líder de Al Fatah, de la Organización por la Liberación de Palestina (OLP) y presidente de la ANP. Abed espeta: “En el congreso de cinco días ha dejado muy claro que ni pretende llevar a cabo elecciones, ni se plantea abandonar ningún cargo”.
Algunos analistas en el mundo árabe y en Europa han escrito recientemente sobre “el final de la era Abas”. El rais hace lo posible en las últimas semanas para probar a sus detractores que se equivocan. El tema tabú durante el congreso –que reunió a 1.322 delegados de Gaza, Cisjordania y de la diáspora– era Mohamed Dahlan, que se exilió en Abu Dabi tras ser acusado por Abas de colaborar en el asesinato del difunto líder palestino Arafat.
Dahlan, de 56 años, vive en una casa lujosa en Abu Dabi, con candelabros y una enorme piscina. Según los pronósticos, es el candidato favorito de Egipto, Arabia Saudí, Jordania y Emiratos Árabes para liderar la Autoridad Nacional Palestina. El rival político de Abas invierte el dinero que recauda en su zona de residencia en ayudas a Cisjordania y Gaza para reforzar su posición política. Y no duda en disparar directamente sus palabras contra Abas: “Es cada vez más una dictadura que recuerda al régimen de Bashar El Asad (en Siria) o de Sadam Husein (en Irak). El paro es galopante, las escuelas y los hospitales están en situación crítica, la corrupción no deja de aflorar y Abas ha fracasado en poner fin a la ocupación israelí”.