Putin, reforzado
EL presidente ruso, Vladímir Putin, compareció el pasado viernes en la tradicional y multitudinaria rueda de prensa que celebra anualmente –casi cuatro horas respondiendo las preguntas de los medios internacionales–, más fortalecido y, si cabe, seguro de sí mismo si se compara con la situación de hace un año.
Hace doce meses, el líder ruso parecía encontrarse acorralado por efecto de las sanciones de los países occidentales y por el descenso de los precios del crudo, que amenazaban gravemente su estabilidad interna y externa. El pasado viernes, las circunstancias internacionales han girado de forma que su figura emerge como un poderoso ariete global al que habrá que tener muy en cuenta en el futuro inmediato.
Para empezar, la situación en Siria ha cambiado gracias al apoyo diplomático y militar ruso al rais Bashar el Asad, cuyas tropas han recuperado la ciudad de Alepo, hasta hace unas semanas en poder de los rebeldes, lo que garantiza la continuidad de su régimen en la mitad oeste del país. En segundo lugar, Putin ha logrado superar las graves diferencias con Turquía, especialmente después del derribo hace poco más de un año de un avión ruso por cazas turcos. En la rueda de prensa del viernes, el presidente ruso asumió el argumento de Erdogan de la presencia de “elementos destructivos” en el Estado turco, como demostró el reciente asesinato del embajador ruso en Ankara.
En lo que más puso el acento Putin en su comparecencia ante los medios fue en las malas relaciones con los Estados Unidos de Obama y en la esperanza de reconstrucción con Donald Trump, una carta inesperada que espera jugar con habilidad. Criticó al actual inquilino de la Casa Blanca por atribuir sus fracasos a “factores externos”, centrándose en las acusaciones por los ciberataques rusos que, durante la campaña, favorecieron a Trump. Con agilidad dialéctica, no negó que los hubiera, pero pidió pruebas que demuestren su responsabilidad. En suma, no desmintió tener poder para influir nada menos que en la elección del presidente del país más fuerte del mundo –tal como lo calificó–, al tiempo que expresó su esperanza de reconducir la situación con el magnate neoyorquino.
Finalmente, se erigió en paladín de la lucha contra el terrorismo y puso como principal obstáculo el fin de las sanciones a su país, condición que en Europa empieza a ganar adeptos, como es el caso del principal candidato de la derecha francesa, François Fillon. En síntesis, un Putin reforzado que puede tener un papel fundamental en este crucial 2017 que está a punto de inaugurarse.