Aumentan las quejas por el deterioro de la convivencia
El Ayuntamiento de Barcelona formula más denuncias por vulnerar la ordenanza del civismo, pero deja de multar a prostitutas
El número de las demandas, avisos y quejas de los barceloneses por incidencias que alteran la convivencia en el espacio público aumentó durante el 2016. Esa es la conclusión que se desprende de la sesión de la comisión de seguimiento de la ordenanza del civismo, que se reunió ayer por fin, por primera vez desde que Ada Colau es alcaldesa y después de las reiteradas demandas de la oposición municipal para que se reactivara este foro. En el encuentro, el equipo de gobierno, representado entre otros por el teniente de alcalde Jaume Asens y el comisionado de Seguridad, Amadeu Recasens, dio a conocer un informe incompleto (con datos correspondientes a los nueve primeros meses del año pasado) que revela que en los meses de verano, entre julio y septiembre, se dispararon las llamadas ciudadanas por cuestiones relacionadas con el incivismo o la perturbación de la convivencia en el espacio público en relación con el mismo periodo del 2015. El incremento en ese trimestre fue del 18,5% y en los nueve primeros meses del 2016, del 11,5%.
Las molestias causadas por la presencia de personas (incívicas) en el espacio público fueron la causantes del 56% de la llamadas. El ruido procedente de los locales (bares, restaurantes discotecas, etcétera) motivó el 22% de los avisos.
En un año marcado por la gran afluencia turística a la ciudad y por la recuperación del consumo, entre el 1 de enero y el 30 de septiembre los guardias urbanos, y de manera testimonial los mossos d’esquadra, formularon un total de 113.707 denuncias por incumplimientos de la ordenanza de la convivencia en el espacio público, 17.000 más que en los nueve primeros meses del 2015. La comparación entre los dos últimos años, como se puso de manifiesto en la reunión de ayer, puede resultar algo engañosa, ya que el verano del 2015 coincidió con las primeras semanas de gobierno de BComú, momento en el que las directrices sobre cómo actuar con los fenómenos que tienen lugar en el espacio público y que alteran la convivencia todavía no estaban nada
En verano se registró un incremento del 18,5% en el número de llamadas por conductas incívicas en la calle
claras y se produjo un cierto vacío de poder.
En cualquier caso, el informe contiene algunos datos que llaman poderosamente la atención. El que más es el que se refiere al número de denuncias formuladas por la ocupación de la calle para ofrecimiento y demanda de servicios sexuales, que bajó de 449 a 148 en el periodo analizado. Pero lo más significativo es que en esos nueve meses, en los que se multó a 89 clientes de la prostitución, no se registró ni una sola sanción a trabajadoras sexuales. El gobierno municipal, que en la revisión pendiente de la ordenanza se plantea excluir la prostitución y la mendicidad de la normativa cívica, argumenta que la ley estatal de Seguridad impide a los ayuntamientos actuar contra la prostitución callejera, una interpretación que no comparten algunos grupos municipales, que entienden que el Consistorio sí puede intervenir en todo aquello que suponga una ocupación del espacio público. También se aprecia una disminución de denuncias contra conductas que adoptan formas de mendicidad, que en el periodo comprendido en este informe pasaron de 1.447 a sólo 399.