Nueva política, viejos tics
UNIDOS Podemos y Ciudadanos han impulsado la creación de una comisión parlamentaria para investigar el rescate bancario, que según el Tribunal de Cuentas ha costado a los españoles 60.000 millones de euros. La oportuna iniciativa está apoyada por el PSOE, por lo que probablemente la comisión echará a andar pronto.
Desde que lograron representación parlamentaria, e incluso antes, formaciones como Podemos y Ciudadanos, pese a su distinta orientación ideológica, han sido presentadas como adalides de la nueva política. Esta es una definición de contornos imprecisos, que alude, entre otras cosas, a su común deseo de higienizar la vida política española y reducir el volumen de abusos y corruptelas, con mayor diligencia que la exhibida previamente por partidos más veteranos.
La novedad de sus políticas no es, sin embargo, integral. Por el contrario, desde posiciones distintas y divergentes, tanto Podemos como Ciudadanos conservan similares tics de la vieja política que dicen venir a superar. Quizás el principal sea el personalismo y el presidencialismo de sus principales dirigentes.
En el caso de Podemos esto quizás sea relativamente fácil de explicar. Por una parte, porque al estar integrado por distintas formaciones, casi como una confederación de partidos de distintas comunidades, su homogeneidad es relativa, y el número de voces que se manifiestan en sus filas, elevado. Por otra parte, porque Pablo Iglesias tiene un gran concepto de su liderato, lo que ya ha provocado desencuentros serios en la cúpula de la formación. En este sentido, la lucha entre Iglesias y Errejón, ante el horizonte del próximo congreso, es un ejemplo elocuente. Y no es la única, puesto que no se reduce a dos el número de corrientes que reivindican su relevancia en Podemos.
El caso de Ciudadanos es distinto. Aunque este partido, nacido en Catalunya para frenar el nacionalismo, ha logrado transformarse en formación estatal, todavía sufre, como Podemos, las dificultades derivadas de un rápido crecimiento: su notable representación en el Congreso de los Diputados ha llegado antes de que su estructuración se consolidase. Pero la homogeneidad en sus filas es mayor que la de Podemos, y el debate plasmado en el proceso de enmiendas ante el congreso de la formación es más ideológico que otra cosa.
Quizás los antes citados personalismos sean una respuesta a la necesidad de cohesionar, cuanto antes, estos nuevos partidos. Pero aun siendo comprensibles, dada la juventud de ambas formaciones, indican que los nuevos partidos no están exentos de viejos tics.