Las Bush aconsejan a sus colegas Obama
Barbara y Jenna escriben una emotiva carta a Malia y Sasha
A Barbara y Jenna Bush, hijas del 43.º presidente de Estados Unidos y nietas del número 41, les va la literatura epistolar.
Cuando su padre, George W., dejó la Casa Blanca en enero del 2009, estas gemelas, cumplidos los 27, escribieron una carta a Malia y Sasha Obama, aún dos niñas de diez y siete años. En el reemplazo como “primeras hijas”, les dieron las bienvenida a ese particular club y les recomendaron no olvidar “quién es vuestro padre”. Su experiencia había sido difícil, con un progenitor castigado por las mofas.
Pasados ocho años, las Bush han actualizado sus consejos de cara a la próxima etapa para Malia y Sasha como integrantes “del raro club de ex primeros niños”. Recuerdan en su misiva las extraordinarias experiencias que las Obama han vivido por su condición de ser las hijas del presidente. Visitaron la celda en la que estuvo Nelson Mandela, viajaron por numerosos países y afrontaron dignamente “tener que reír con los chistes de vuestro padre al perdonar los pavos” por Acción de Gracias, sin olvidar sus obligaciones escolares. “Os hemos visto crecer desde que erais una niñas hasta convertiros en unas impresionantes jóvenes mujeres, con gracia y soltura”.
La emotividad contrasta con el tono de la campaña más canalla en décadas. Por encima de la ira y el odio, las Bush les piden comprensión hacia sus progenitores. “Habéis superado la increíble presión de la Casa Blanca, habéis escuchado duras críticas sobre vuestros padres por gente que nunca les conoció y que los reduce a titulares, unos padres que no sólo os mostraron sino que os dieron el mundo”.