Ni reuniones ni e-mails a partir de las 18 horas
Más de cien municipios catalanes se adhieren a la Reforma Horaria
Convocar las reuniones como máximo a las 16 horas y dejar de utilizar el correo electrónico por motivos profesionales a partir de las 18 horas. No, no se está hablando de Francia y de la reciente prohibición de enviar e-mails fueras de horas de trabajo, sino de Catalunya y los más de cien municipios que se han adherido a la Reforma Horaria y que ayer se constituyeron en plataforma. Algunos ya lo están haciendo, y otros están dispuestos, ya que son algunas de las medidas que se recogen
en el documento Los municipios,
motor de la reforma horaria, donde se explicitan las fórmulas para “humanizar” los horarios y recuperar para el uso personal las dos horas (con respecto a Europa) que se pierden enredadas en la jornada laboral.
La hora límite para convocar reuniones, la recomendación de que los cargos electos tengan al menos una tarde libre a la semana o no organizar reuniones antes de las 10 horas para no penalizar a los trabajadores municipales que acompañan a sus hijos a la escuela son medidas más fáciles de aplicar en el ámbito público que en el privado. Pero los cien municipios catalanes quieren hacer de motor para que en sus respectivas localidades vaya cuajando otra forma de entender el tiempo y preparar el terreno para la aplicación general de la reforma horaria (el momento cero se prevé en septiembre del 2018).
En esta línea, ayer explicaron sus iniciativas piloto durante la presentación de la Red de Ciudades y Pueblos para la Reforma Horaria, iniciativas que buscan la implicación de diferentes sectores (comercio, restauración o ámbito educativo). En Argentona, por ejemplo, se celebró el día por el que, bajo el lema “Cerrado por reforma horaria”, el 50% de los establecimientos bajaron la persiana a las 19.30 horas, y en cambio acortaron la pausa del mediodía. Una iniciativa similar se llevó a cabo en Vilafranca del Penedès con la adhesión de más de 200 empresas, mientras que en Prat del Lluçanès el sector de la restauración avanzó sus horarios de comidas y cenas durante una semana.
Son iniciativas puntuales encaminadas a crear un clima que favorezca la aplicación de la reforma horaria, más sencillas de llevar a cabo en municipios pequeños pero que sirven de referencia. El centenar de municipios adheridos trabajan así en dos líneas: el empuje del sector privado y la aplicación interna en su forma de funcionar. El documento defiende también que los cargos políticos electos hagan uso de la baja maternal y paternal, y dispongan al menos de un fin de semana libre al mes. Se propone asimismo que las reuniones no duren más de una hora, y se exhorta a facilitar para los trabajadores públicos diferentes horas de entrada y de salida según las necesidades personales. Para “ganar” tiempo se propone acortar la pausa de la comida, y que esta tenga lugar antes de las 14 horas.
Mercè Conesa, alcaldesa de Sant Cugat y presidenta de la Diputación de Barcelona, clausuró el acto subrayando que la gestión del tiempo es un derecho “social y civil”. Y animó al resto de los municipios a sumarse a una plataforma de la que de momento forman parte el 11% de las poblaciones catalanas, y las cuatro diputaciones provinciales.
Los impulsores de la iniciativa piden que los políticos hagan uso de su baja maternal y paternal