McCartney, en guerra
El exbeatle ha iniciado un proceso judicial para recuperar los derechos de las canciones que escribió para los Beatles, toda vez que han pasado los 56 años que una ley norteamericana marca como límite para que los mencionados derechos tengan valor, un pleito que se prevé largo porque el titular de las canciones, Sony, ha anunciado que no piensa ceder.
Gracias a una particularidad de la ley de propiedad intelectual estadounidense, Paul McCartney quizá pueda recuperar los derechos sobre una de sus canciones ya este año; después vendrán otras. Ese parece ser el principal objetivo de la demanda que presentó el miércoles contra la gestora Sony/ ATV con el objetivo de recuperar los derechos de autor de los éxitos que compuso con The Beatles entre 1962 y 1971.
La argumentación de Paul McCartney se basa en la compleja legislación estadounidense sobre los derechos de autor, que, según la interpretación del músico, le permitiría recuperar a partir del 2018 la propiedad de sus canciones escritas junto a John Lennon para los Beatles.
El exbeatle se apoya en una disposición contenida en la ley que daba a los autores que vendían sus derechos antes de 1978 la opción de recobrarlos después de 56 años, la duración máxima de los derechos de autor hasta ese momento.
Alentado por una victoria judicial en el Reino Unido, donde frustró un intento del grupo Duran Duran de recuperar los derechos sobre sus canciones, la multinacional Sony no está dispuesto a someterse a McCartney. Aproximadamente en la época del ese fallo, los ejecutivos de Sony señalaron a los representantes de McCartney que intentarían “usar esa decisión” en su contra, dijo el cantante en la demanda.
McCartney, de 74 años, afirma que la ley de propiedad intelectual estadounidense le da derecho, a partir del 2018, a recuperar el control de las canciones que Sony compró el año pasado a los herederos del difunto ídolo del pop, Michael Jackson. En la demanda radicada en Nueva York, McCartney solicitó una orden judicial donde se aclare que puede anular ventas anteriores de sus derechos de autor sin temor a ser demandado por violar contratos de edición.