Meses cruciales para el PSOE
DURANTE los últimos meses, el PSOE no ha dado la imagen propia de un partido con capacidad para recuperar el gobierno de España. En un clima de división interna, han aflorado en su seno los personalismos, y el electorado ha asistido a episodios que no han hecho sino aumentar su confusión, como la apertura de una sede alternativa. Todo ello, en una escena política española de evidente complejidad, donde además Podemos aspira a arrebatar a los socialistas el mando de la izquierda.
Los próximos meses serán cruciales para la reconstrucción del PSOE. En Ferraz lo saben y ya se están alentando comisiones para preparar debidamente el congreso de junio. Se trata de frenar la reiterada caída electoral y, a tal fin, de ofrecer un programa puesto al día, que conecte con las inquietudes de los españoles y les proponga políticas atractivas.
Antes del mencionado congreso, sin embargo, el PSOE deberá elegir a su líder, mediante un sistema de primarias. De momento sólo ha presentado candidatura Patxi López, diputado, exlehendakari, ex secretario general de los socialistas vascos y presidente del Congreso de los Diputados en la anterior legislatura. Pero de hecho quien goza de más apoyos en las principales federaciones y al frente de instituciones autonómicas es Susana Díaz, cabeza de los socialistas andaluces y presidenta de la Junta de Andalucía, por más que todavía no haya formalizado su candidatura. Sin olvidar, claro está, al defenestrado secretario general, Pedro Sánchez, que se ha situado en el ala izquierda del partido y es partidario, a diferencia de Díaz (que encarna la línea de un PSOE más tradicional y centralista), de un acercamiento a Podemos.
Si el PSOE quiere remontar la situación, es imprescindible que la elección del nuevo secretario general, lejos de agudizar la división interna, sea la primera piedra sobre la que se pueda construir una nueva y mayor cohesión del partido. Sólo así recuperará las fuerzas necesarias para intentar de nuevo, cuando se den las circunstancias, el asalto al poder. La experiencia de los últimos años nos indica que las rencillas internas son veneno para el PSOE. Los tiempos de la caída de Zapatero, la ascensión de Rubalcaba, el enfrentamiento de este con Chacón que partió sus filas, y otro capítulo de esa misma división, protagonizada ya por Sánchez y Díaz, han sido tiempos agitados que han coincidido con el declive de esta formación política. Y no está nada claro que puedan superarse dichos tiempos sin una nueva actitud entre los responsables del PSOE. De ahí que los próximos meses se perfilen como cruciales.