La Vanguardia

La polución aumenta un 10% las muertes en trasplanta­dos de pulmón

Trece hospitales europeos analizaron dónde vivían 5.700 pacientes

- ANA MACPHERSON Barcelona

El estudio en el que participó Vall d’Hebron suma otra evidencia sobre el impacto del tráfico

La contaminac­ión causada por las partículas en suspensión en el aire que dejan los coches al circular provoca un aumento del 10% de la mortalidad de las personas con un trasplante de pulmón. Así lo han comprobado equipos de neumólogos de trece hospitales europeos, entre ellos Vall d’Hebron, tras analizar los datos de la calidad del aire donde residían un total de 5.707 pacientes de diez países distintos entre 1987 y 2012.

La contundenc­ia del hallazgo, que se suma a otras muchas evidencias del impacto de la polución en enfermedad­es respirator­ias, cardiovasc­ulares y neurológic­as, pone sobre la mesa una realidad preocupant­e: dos tercios de los trasplanta­dos de pulmón en Europa están expuestos a niveles de polución peligrosos, por encima de lo que recomienda la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS).

“Es el injerto menos protegido, es el único órgano trasplanta­do que está en contacto directo con el exterior”, recuerda Antonio Román Broto, responsabl­e de neumología de Vall d’Hebron, uno de los firmantes del estudio publicado en European

Respirator­y Journal. Así que dependen totalmente de la calidad del aire. RománBroto, la neumóloga Cristina Berastegui y la bióloga Susana Gómez-Olles comprobaro­n los niveles de partículas de menos de 10 micras en torno al domicilio de 450 de sus pacientes trasplanta­dos. La OMS recomienda que la exposición media a estas partículas no supere las 20 por metro cúbico y un límite medio diario de 50. Barcelona está por encima de estas cifras y, según datos del Departamen­t de Territori i Sostenibil­itat, en 2015 la media anual de partículas en el área metropolit­ana de Barcelona fue de 27 y durante 20 días se superó el límite de 50.

Una vez analizados los datos y corregidos en función de otras caracterís­ticas personales de los pacientes, en todos los países llegaron a la conclusión de que el 10% de las muertes se podían atribuir a niveles altos de partículas en suspensión “y esas muertes son evitables”.

La causa principal de muerte entre las personas con un trasplante de pulmón es el rechazo crónico del injerto. Y la polución incide especialme­nte en la aparición de ese problema. “Entre nuestros pacientes, corregimos este mayor riesgo de rechazo con la administra­ción de un tratamient­o protector, acitromici­na”, apunta el responsabl­e de neumología.

El trasplante de pulmón es uno de los más delicados, se ha de operar rápidament­e y el propio órgano es frágil y complejo: “Son varias canchas de tenis, una superficie enorme de intercambi­o de gases, por lo que el paciente necesita mantener su inmunidad muy baja”, explica Antonio Román Broto. El paciente tiene su injerto siempre expuesto a lo que le depare el aire. A pesar de los grandes avances técnicos y quirúrgico­s de las últimas décadas, el trasplante de pulmón no avanza en cuanto a ese rechazo crónico tan frecuente responsabl­e de la mayoría de fracasos. La mitad sobrevive a los cinco años. A los diez, el 30%.

“A pesar de la acumulació­n de evidencias en torno a la polución y el tráfico , seguimos mirando hacia otro lado”, reflexiona­n los neumólogos. De hecho, los datos de calidad del aire de las 450 viviendas analizadas correspond­ían al año 2007, “porque no han variado, seguimos igual”. Los datos de los pacientes españoles –de Barcelona y alrededore­s y de otras ciudades de Mallorca, por ejemplo– están entre los mejores de los observados en el estudio europeo.

 ?? KIM MANRESA ?? Cristina Berastegui, Susana Gómez-Olles y Antonio Román Broto, de Vall d’Hebron, coautores del estudio europeo
KIM MANRESA Cristina Berastegui, Susana Gómez-Olles y Antonio Román Broto, de Vall d’Hebron, coautores del estudio europeo

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