El número de fallecimientos se dispara con la ola de frío
En lo que va de enero han muerto en la ciudad de Barcelona un 20% más de personas que en el mismo periodo del año pasado
Las estadísticas indican que, al menos en Barcelona y en el conjunto de Catalunya, el mes de enero, salvo contadas excepciones, es aquel en el que se registra un mayor número de defunciones. Y enero del 2017 no está siendo una de esas excepciones. Coincidiendo con una de las olas de frío más intensas que se recuerdan en los últimos años –las previsiones para los próximos días indican que lo peor podría haber pasado ya–, entre el 1 y el 18 de enero se contabilizaron en la capital catalana un total de 1.133 muertes, esto es un 30% más que en los primeros 18 días de diciembre y un 20,5% más que en el mismo periodo de enero del 2016. En esta ocasión la caída de las temperaturas ha coincidido con una punta de la epidemia de gripe, que ha afectado a muchas personas y ha llenado los servicios de urgencia de los hospitales.
Según datos recabados por la agencia Efe de los cementerios de Barcelona, este mes de enero va camino de batir la marca de fallecimientos del pasado diciembre.
Desde el 1 hasta el 18 de enero han fallecido en la capital catalana un total de 1.333 personas, mientras que en todo el mes de diciembre se produjeron en Barcelona 1.551 óbitos. Fuentes hospitalarias y funerarias recuerdan que es frecuente que por estas latitudes la mortalidad tenga su momento álgido en los meses en los que suele bajar más el termómetro, es decir, enero y febrero. Pero este inicio de año está siendo especialmente trágico, con 192 fallecimientos más que en el periodo considerado del 2015.
La convergencia de la epidemia de gripe, que este año se ha avanzado ligeramente, y la ola de frío, que agrava sobre todo las dolencias de las personas mayores con enfermedades crónicas, explicaría este aumento de la mortalidad.
Un repaso a las magníficas estadísticas del Ayuntamiento de Barcelona revela que en los últimos años enero ha sido siempre el mes más mortífero. La única excepción reciente a esta norma se dio en el 2012, cuando febrero, el mes más corto del año, fue el que registró más fallecimientos en la ciudad, una cifra altísima para los parámetros modernos, 1.743. Ese año la mortalidad en marzo también superó a la de enero. ¿Y qué sucedía hace un siglo? Los anuarios estadísticos municipales tienen la respuesta: en diciembre y en enero de 1916 hubo prácticamente el mismo número de muertes (1.431 y 1.427, respectivamente). Por aquella época se contabilizaban 22,97 defunciones por cada 1.000 habitantes, una tasa muy inferior a la de 1884 (30,31).
En la actualidad, y a pesar de tener una población mucho más envejecida, la tasa de mortalidad de Barcelona se sitúa en torno a 9 fallecimientos por cada 1.000 habitantes.
En los últimos tiempos, enero es, salvo contadas excepciones, el mes en el que se registran más óbitos