De las personas, los objetos y las almas
Gonzalo Goytisolo, Francesc Todó y Sergi Barnils inauguran la nueva temporada de Volart de la Fundación Vila Casas
Las personas pintadas de Gonzalo Goytisolo, la poética de los objetos de Francesc Todó y la abstracción de signo espiritual de Sergi Barnils. Los Espais Volart de la Fundació Vila Casas (Ausiàs Marc, 22) inauguran hoy su nueva temporada expositiva con tres artistas muy alejados generacionalmente y en su manera de abordar el hecho artístico, pero que comparten una misma pasión por la pintura. Las muestras, totalmente independientes entre sí, correrán en paralelo hasta el próximo 26 de marzo.
Gonzalo Goytisolo (1966), hijo del escritor Luis Goytisolo, lleva una doble vida de artista. La de creador de una obra propia, conocida y admirada sobre todo por sus paisajes urbanos, y la de “mercenario”, como retratista por encargo, una faceta que le permite ganarse la vida y que viene desarrollando desde hace treinta años. “Dentro del ideario del arte contemporáneo no se puede caer más bajo: tirar de una fórmula agotada para pintar a los otros por dinero, como una especie de artista de alquiler, un vendido”, ironiza. Pero como mercenario se la juega en cada encargo y trata siempre de salir airoso. Ha retratado a escritores y personajes del mundo literario (Juan Marsé , su tío Juan Goytisolo, uno de los mejores de la muestra, la agente Carmen Balcells...), pero también a políticos (José Montilla, Jorge Fernández Díaz, Celestino Corbacho...), empresarios como Josep Vilarasau, Ricard Fornesa o Juan Rosell, pero también a amigos, familiares o gente anónima.
Se trata de una obra casi secreta, que por su naturaleza habita en espacios privados y rara vez aparece en los circuitos artísticos. De hecho, es ahora cuando Goytisolo tiene la oportunidad de verlos reunidos, estableciendo diálogos inesperados entre sí, desde un aparente realismo que es pura ficción. “La pintura realista se confunde con un cierto documentalismo, pero es pura ficción, la más mentirosa de todas”, defiende. Personas pintadas, que así se titula la muestra, consta de ochenta retratos que van de lo íntimo a lo institucional y abarcan un periodo cronológico que se sitúa entre 1987 y 2016.
Francesc Todó (Tortosa, 1922Les Borges del Camp, 2016) murió hace apenas dos meses, sin tiempo para ver inaugurada la retrospectiva en la que él mismo se había implicado con la complicidad del comisario Àlex Susanna. Una música de cambra es a la vez un homenaje y un acercamiento a su trayectoria, desde sus primeras obras caracterizadas por el mundo de las máquinas, los bodegones, la poética de los objetos, hasta llegados los ochenta “transformarse finalmente en Todó mediante un proceso de desmaterialización de la realidad extremadamente sofisticado”, en palabras de Susanna.
Finalmente Sergi Barnils (Bata, Guinea Equatorial, 1954) presenta en Maran ata sus trabajos más reciente, grandes formatos que toman su inspiración de episodios bíblicos y en los que el artista echa mano de la abstracción para “atraer al espectador y llevarlo de forma fluida a las regiones del espíritu”.
Goytisolo repasa por primera vez su faceta de “mercenario”, como pintor de retratos por encargo