La versión humilde
Un Barcelona humilde. Los blaugrana mostraron su versión humilde con todo lo bueno que conlleva esa palabra y también porque no decirlo, todo lo peyorativo pensando que hablamos del club que hablamos. Seguramente en el momento de la temporada en que estamos, que era un partido de ida de Copa, la necesidad de mostrase seguro frente a la debacle del Madrid y teniendo en cuenta que el rival era la Real Sociedad era la mejor decisión. En una ida de Copa no genera la ansiedad de los tres puntos y un empate podía ser un resultado extraordinario. Por eso era un día para protegerse y para mí sucedió algo curioso. Por primera vez en mucho tiempo vi a un Barcelona en que su necesidad defensiva le llevó a juntar las líneas. Y a través de esas líneas juntas en su propio campo consiguió controlar el encuentro sin sufrimientos. Defensa adelantada para reducir la distancia respecto a la línea delantera y la Real no pudo generar pases al espacio porque no existía ni el jugador que tenía la pelota gozaba del tiempo necesario para analizar sus posibilidades de transición. Desde luego esta actitud puede sorprender a muchos, incluso barcelonistas, porque no es la mejor versión de un equipo grande. La transición de balón no era la que daba las distancias adecuadas sino su necesidad de protegerse. Pero yo creo en cambio que es digno de alabanza, porque en el fondo muestra la humildad de unos jugadores que ya saben quienes son y que en cambio no les importa hacerlo en aras de obtener su máxima competitividad. Un pequeño pero revelador detalle fue tanto la amonestación a Messi en la primera mitad por perder tiempo en el lanzamiento de una falta como el gesto del astro argentino para evitar el lanzamiento de una falta por parte de la Real en una actitud que le pudo costar la expulsión.
Sergi Roberto. El canterano tuvo un inicio de Liga espectacular. Sus asistencias fueron constantes y dio la sensación de que nadie iba a echar en falta al mítico Dani Alves. Pero desde hace seis o siete partidos su participación ha ido disminuyendo de manera alarmante. Desapareció el jugador excelente que era capaz de rendir a un extraordinario nivel en cualquier posición y comenzaba a aparecer aquel jugador que sí, pero no. Y que no acaba de ganarse la titularidad. En los dos o tres primeros partidos de la fase negativa uno pudo llegar a pensar que lo sucedido en anterioridad fue un lujo y que no estaría mal que de vez en cuando viniera una fase de varios partidos con gran rendimiento. Pero creo que pensar eso sería un grave error. El Barcelona necesita mucho más de lo que se cree al Sergi Roberto excelente. Si el canterano participa en el juego todo acaba teniendo sentido y el equipo muestra su versión más equilibrada. Muchas veces me gusta indicar que si uno tiene un gran jugador en el terreno de juego es obligación del entrenador buscar de qué manera generar el mejor hábitat posible para sus cualidades. Pues ayer Sergi Roberto me convenció, por su juego en la primera mitad, de que con él hay que hacer algo similar. El Barça pudo gozar de un Sergi que supo proyectarse por la banda y cuando parecía que de nuevo iba a quedar aislado junto a la raya de cal, supo colocarse en zonas interiores para hacerse presente y participar del juego. Y a través de esos movimientos el Barcelona supo controlar el juego. Esta clarísimo que si Sergi Roberto participa en el juego se genera una tela de araña donde todo tiene mucho más sentido y por lo tanto el juego fluye con naturalidad.
Por primera vez en mucho tiempo vi un Barça de líneas juntas para controlar sin sufrir