Draghi descarta cambios en el BCE y pide calma a Alemania
El banquero recuerda que los tipos seguirán bajos mucho tiempo
Caso omiso a la presión. El Banco Central Europeo (BCE) seguirá por el momento con su política ultraexpansiva –tipos de interés al 0% y compra de bonos por 80.000 millones de euros al mes, 60.000 millones desde abril– sin que el fuerte repunte de la inflación en la eurozona el pasado diciembre, cuando alcanzó el 1,1% en tasa interanual, haya alterado a Mario Draghi y su equipo de gobernadores. En su primer consejo de gobierno desde la subida de tipos de la Reserva Federal (Fed) del pasado 14 de diciembre, cuando Janet Yellen anunció hasta tres nuevas alzas este año, el BCE ni siquiera discutió la posibilidad de echar el freno. Alemania, que lleva semanas exigiendo cambios, desde que se conoció que los precios allí suben ya a un ritmo del 1,7% puede esperar. Debe esperar y le interesa hacerlo, argumentó Draghi en la rueda de prensa posterior al consejo del BCE. Y esperará.
“Los tipos bajos son necesarios hoy para que puedan ser más altos en el futuro. La recuperación de la zona euro va en interés de todos, incluida Alemania. Hay que tener paciencia”, dijo el banquero italiano. Por si alguien tenía dudas, Draghi lo explicitó aún más: “Los tipos seguirán bajos por un tiempo prolongado”. Por lo que respecta a la compra de bonos, también fue muy claro: “Desde abril del 2017 las compras se realizarán a un ritmo mensual de 60.000 millones de euros hasta el final de diciembre de 2017 o más allá si fuera necesario y, en cualquier caso, hasta que el consejo de gobierno aprecie un ajuste sostenido de la senda de inflación consistente con su objetivo”.
La negativa de Draghi tiene que ver con su visión de la economía y de la evolución de los precios. El crecimiento aún no es fuerte y, aunque el presidente del BCE se atribuyó parte
SIN DEJARSE IMPRESIONAR El presidente del BCE no se deja llevar por el hecho de que la inflación llegue al 1,1% en la eurozona AÚN HAY INCERTIDUMBRES La Administración Trump, el Brexit y la agenda de elecciones del 2017 son una invitación a esperar
del mérito en la creación de 4,5 millones d empleos en la eurozona, planean fuertes incertidumbres, económicas y políticas, como el Brexit o las numerosas citas electorales en Europa. Pero, añadió, existen riesgos económicos por “la situación mundial incierta”. En este sentido, rehusó comentar las palabras del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, como que el dólar está demasiado fuerte para la economía estadounidense y dijo que habrá que esperar hasta conocer las medidas económicas que adopta realmente a partir de hoy, cuando se inaugura su mandato.
Por lo que respecta a la inflación, el BCE cree que está muy influenciada por la evolución de los precios energéticos, sobre todo por el petróleo. Sin contar con este componente decisivo, la inflación subyacente es de solo el 0,9%, muy lejos del objetivo del banco central de situarla cerca pero por debajo del 2%. Así pues, la conclusión es que, aunque le pese a Alemania y a otros guardianes de la ortodoxia del corazón del euro, hay que perseverar en la política actual de fuertes estímulos, aunque eso comporte dejar de lado consecuencias en el sector financiero, en la nula retribución del ahorro o en la formación de burbujas en torno a determinados activos financieros.
El BCE y Draghi seguirán a lo suyo. El desacoplamiento con la Fed no parece preocupar en la Eurotorre de Frankfurt, donde ayer adoptaron sus decisiones por unanimidad y ni siquiera discutieron una retirada de los estímulos. Al contrario. Según Draghi, todo está preparado para ir más allá si fuera necesario. El euro cayó desde los 1,068 dólares a los 1,059 dólares coincidiendo con la rueda de prensa del exgobernador del Banco de Italia. Luego se recuperó y superó los 1,06 dólares cerca del cierre.