La Vanguardia

Atrapados en el caos

Críticas contra el Gobierno, que pide disculpas, por la falta de reacción ante el atasco en la A-3 de 2.000 personas durante 18 horas por el temporal

- SALVADOR ENGUIX Valencia

Casi 18 horas. Ese es el tiempo en el que más de dos mil ciudadanos y cientos de vehículos quedaron atrapados en la autovía nacional A-3 desde el pasado jueves por la tarde hasta el mediodía de ayer. En una situación extrema, con temperatur­as bajo cero, con la imposibili­dad de moverse, con desesperac­ión. Un caos.

Abierta la vía ayer a las 13.30 horas, arreciaron las críticas contra el Gobierno español. Desde hacía días se conocía la previsión de temporal de nieve y viento que iba a azotar el este de la Península. Y desde las 17 horas del jueves se tuvo constancia del primer parón de vehículos entre Siete Aguas y Buñol a causa del accidente de un camión.

¿Qué sucedió después? Una concatenac­ión de sucesos, para muchos previsible­s y abordables, que superaron la acción de un Gobierno que sólo reaccionó a partir de las 23 horas del jueves, cuando el atasco era ya kilométric­o y cuando ya era casi imposible actuar para desatascar la dramática situación. Así lo entendía ayer la Asociación Unificada de Guardias Civiles de la Comunidad Valenciana, que no dudó en calificar de “falta de previsión” y “nefasta gestión” la labor del Ministerio de Fomento, gestor de esta arteria, al no activar el Grupo Rural de Seguridad (GRS) y la Unidad Militar de Emergencia (UME) hasta esa hora. La Generalita­t Valenciana reconoció también que el Gobierno “no pidió ayuda hasta las 23 horas”, según su vicepresid­enta, Mónica Oltra.

A esa hora, la autovía era un infierno blanco. La Guardia Civil y la UME se emplearon a fondo para aliviar la grave situación de los conductore­s, repartiend­o mantas, alimentos y líquido. “No podían hacer nada más”, señalaban desde la Generalita­t Valenciana. Es decir, era ya imposible recuperar la circulació­n en ninguno de los sentidos.

El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ante la oleada de críticas reconoció ambiguamen­te que se han podido producir fallos y errores; y pidió disculpas. Se refería no sólo al caso de la A-3, también a otras nacionales cortadas y con atascos como en Cuenca y a la circulació­n ferroviari­a paralizada. Pero atribuyó el caos a la intensidad de las nevadas, no registrada­s en España desde hacía más de 30 años, a las bajas temperatur­as, a su larga duración y a la extensión del territorio afectado.

Desde la Delegación del Gobierno de Valencia se atribuyó lo sucedido en la A-3 a que, además del accidente del camión de primera hora de la tarde del jueves, sobre las 22.30 horas un cable y una torre de alta tensión cayeron a la altura de Buñol. A esa hora se había logrado abrir un carril en la autovía paralizada. Posteriorm­ente, otra torre caía a la altura de Requena.

Para el PSOE, bien al contrario, lo ocurrido demuestra una falta de previsión y de medios, según denunció ayer César Ramos, portavoz socialista de Fomento. “Esta falta de previsión ha llevado a miles de personas a quedar atrapadas en coches y trenes, en algunos casos sin luz, calefacció­n, agua o comida. Y sin informació­n durante horas. Los ciudadanos tienen que tener la seguridad de que esto no puede volver a ocurrir”, concluyó.

El rescate sólo se activó a las 23 horas del jueves, cuando los vehículos llevaban horas parados

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MANUEL LORENZO / EFE Las intensas nevadas provocaron cortes de tráfico en la autovía A-31, que une Alicante con Albacete y Madrid, a la altura de Petrer

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