Un capricho irrenunciable
Solomillo, un restaurante para comer carne con devoción
La vaca cambió la vida del hombre cuando este la escogió como maná. Animal humilde y paciente –si coincidimos con él– se aparta con cortesía y urbanidad.
Hay razas muy notables. Algunas, auténticas leyendas. Cada una con sus peculiaridades. Esta diversidad es lo que hace su cocina tan atractiva. Es el encanto, tan diverso de sabores, de la carne de bovino que nos brinda el restaurante Solomillo del hotel Alexandra. Solomillos de razas ancestrales a peso y apetencia del cliente, asados a la parrilla con auténtica sabiduría y devoción. Carne mimada proveniente de razas que son un auténtico mito. Una propuesta redonda para gente sensata a la que, lejos de cualquier perplejidad, la cautiva el sabor y la simplicidad.
Fue un acierto confiar al listo Enrique Valentí este proyecto culinario. Este chico es un primor. No lo cautivan las veleidades. El afán le ha conferido autoridad, pero su aptitud es innata. Emprendedor resoluto, tiene claro que la excelencia requiere precisión y fidelidad. Que la simplicidad exige maña e ingenio. Y que la cocina quiere concreción y claridad. Que no hay mejora sin contraste, que una buena casa es la suma de muchas pequeñas percepciones y que la diferencia a menudo se halla en hacer bien lo que aparentemente no parece importante.
Solomillo es una propuesta culinaria diferente. Tanto como la particular y próxima atención que en el sereno y elegante comedor ofrecen Manel Castelló y Laia Coral, mientras Jorge Planas se ocupa de parrillas y fogones.
A Solomillo se va a comer carne con entusiasmo y devoción. La carta no confunde. Obedece fielmente al mensaje de la casa creado por Valentí. Gloria y decoro, reverencia a la buenaza vaca. Un cántico a la alegría. Una inmensa loa a la cocina. Una proposición decente.
La carne de bovino es el único producto del que no se puede decir que antes era mejor. Más bien, al contrario. La vaca tiene recorrido. Sigan de cerca lo que se hace en esta casa.
Presentimos que lo mejor está por llegar.