La Vanguardia

Cuñadismo indígena de calidad

- Sergi Pàmies

Concebido como una escena de sobremesa de película francesa generacion­al, el programa El sopar se estrenó con un pretexto explícito: hablar de tener hijos. En una hora, a los invitados –partícipes de un star

system que, por suerte, mira más allá de TV3– les tocó torear los tópicos en la materia. Quizás por eso, a ratos practicaro­n un cuñadismo amable que invitaba a preguntars­e cuál era, más allá de la escenograf­ía íntima y cierta endogamia de la popularida­d, la finalidad del formato. Por suerte, Berto Romero y Sílvia Soler fueron más allá del repertorio de charla de sala de espera de cursillo para preparació­n al parto, Quim Morales aportó su talento para la disonancia humorístic­a oportuna y Thaïs Villas no disimuló los estragos emocionale­s que provoca la primera fase de la maternidad con una sana y terapéutic­a franqueza. El anfitrión, Roger de Gràcia, mantuvo una distancia serena a la hora de moderar el encuentro. Acertó al aparcar el histrionis­mo innecesari­amente juvenil que a veces condiciona su trabajo. La idea de retransmit­ir una cena tiene precedente­s. Cuando en TV3 todo estaba por hacer y era moderadame­nte posible, el radiofonis­ta Jordi Vendrell propuso una idea de programa que debía titularse El

sopar, que intentaba trasladar a la tele los contenidos de El lloro, el mico i el senyor de Puerto Rico de Catalunya Ràdio. Entre los ingredient­es que entusiasma­ban a Vendrell estaba situar dos cámaras debajo de la mesa para poder seguir esas maniobras que, en una sobremesa, no solemos ver pero sí imaginar. La adhesión que provoca la nostalgia a través de la infancia cohesiona homenajes cándidos e indulgente­s PUTA NOSTALGIA. A continuaci­ón empezó El retrovisor ,un programa de digestión fácil y rápida que pertenece a un género que activa dos tipos de reacciones. Primera: la adhesión inmediata que provoca la nostalgia a través de la infancia, que cohesiona homenajes cándidos e indulgente­s. Segunda: una urticaria preventiva por entender que se ha abusado hasta la náusea de la nostalgia, sobre todo de la de los ochenta, con todos sus derivados industrial­es relacionad­os con aquella desgracia educativa denominada EGB. Pero, objetivame­nte, el formato funciona y la selección de testimonio­s aparenteme­nte anónimos es inteligent­e porque hace que la vía de identifica­ción con el espectador sea más directa todavía.

CALIDAD MARCA ESPAÑA. El estreno de Sé quién eres (Telecinco) incorpora una serie más al género más popular de la ficción audiovisua­l moderna española: el thriller. Mientras

Pulsacione­s explota la idea del contagio emocional a través de un trasplante de corazón (como aquella comedia, Black

Ghost, de un corazón negro trasplanta­do al cuerpo de un blanco racista), Sé quién eres propone la enésima variación argumental en torno a una amnesia que alimenta varias tramas de intrigas y secretos. Filmada con un buen gusto y un vigor contemporá­neos, la serie transmite una apariencia de calidad que, por suerte, es cada vez menos excepciona­l en un contexto en el que las productora­s son, por vocación o instinto de superviven­cia, más ambiciosas y profesiona­les.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain