¿Una mezquita no musulmana?
La mezquita de Córdoba “es una obra cristiana de arte bizantino, los moros sólo pusieron el dinero”, dice el obispo
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, vuelve a abonarse a las declaraciones llamativas y polémicas. En esta ocasión ha sido a cuenta del origen de la mezquita de Córdoba que, según el prelado “es una obra cristiana de arte bizantino, porque los moros solo pusieron el dinero”.
En una entrevista publicada en la Revista 17, que edita el ayuntamiento cordobés gobernado por la socialista Isabel Ambrosio, Fernández asegura para apoyar su tesis que “los califas omeyas no tenían arquitectos propios ni crearon un arte nuevo. No es arte musulmán. Fueron a por sus paisanos cristianos de Damasco y les trajeron a Córdoba. Por lo tanto, la mezquita es arte cristiano, cristiano bizantino. Los moros solo pusieron el dinero”.
El mundo está equivocado. La mezquita de Córdoba, considerada mundialmente como una de las grandes obras de la arquitectura musulmana, no lo es tal en opinión de obispo cordobés. El Cabildo de la ciudad andaluza, que es el gestor del edificio cuyos ingresos por entradas revierten limpios en el obispado, lleva años negándose a admitir que el conjunto monumental sea musulmán. Primero aducía que está levantado sobre un templo visigodo, reconvertido en mezquita en 1239, a lo que ahora se añade que fue construido por arquitectos cristianos.
Hasta hace unos años la cartelería de la mezquita editada por el Cabildo y destinada a los turistas se refería al edificio únicamente como “catedral de Córdoba”. Lo mismo sucedía con las indicaciones presentes en la ciudad, lo que llevaba a la desorientación de los extranjeros que no encontraban el camino para llegar a la mezquita por ninguna parte. La presión de las instituciones políticas y sociales ha hecho rectificar al Obispado, y se ha firmado la paz mediante la utilización del término compuesto mezquita-catedral.
Pese a ello, en las visitas guiadas nocturnas, las únicas que se llevan a cabo, se subraya especialmente la admiración que los omeyas “sentían por la tradición clásica europea, especialmente la helenística y su heredera cristiana de Bizancio”. Ello convierte a la mezquita de Córdoba en el “último testigo occidental de la influencia griega”, según señalan los guías, pagados por el Obispado. La intervención musulmana queda así oculta y, en consecuencia, minusvalorada.
Desde el primer día de enero la entrada a la mezquita-catedral se ha incrementado en dos euros, pasando de ocho a diez, lo que ha convertido al edificio cordobés en el más caro de todos los grandes edificios religiosos andaluces. Los ingresos por entradas se trasladan íntegramente a las arcas del Obispado, que es el propietario legal desde que hace unos años llevó a cabo una polémica inmatriculación a su favor, decisión que suscitó el rechazo de gran parte de la sociedad civil cordobesa. El Cabildo catedralicio es el encargado de la programación religiosa y de la conservación de la mezquita. En la entrevista, Demetrio Fernández se muestra encantado de que “este monumento que está hecho para Dios, para Dios se está usando hoy. Y espero que se use así para siempre”. A preguntas del periodista, insinuando la posibilidad de que la comunidad musulmana de la ciudad pueda algún día celebrar sus ritos en la mezquita, Fernández se opone y señala que sólo hay un Dios. “Hay cosas en la vida que no se comparten. Por ejemplo, la mujer no se comparte”, responde el prelado. Acerca de los movimientos sociales y políticos que reclaman la titularidad pública de la mezquita-catedral, el obispo asegura que “hacen mucho ruido, pero son muy pocos”.
Demetrio Fernández es un experto en declaraciones polémicas, como cuando aseguró que “la Unesco tiene un plan para hacer que la mitad de la población sea homosexual”, o cuando dijo que “si el marido o la mujer, dejando a su primer cónyuge, vive maritalmente con otro u otra, comete adulterio”.
“Los califas omeyas no tenían arquitectos propios ni crearon un arte nuevo; no es arte musulmán”