El maestro vuelve a instruir
Tras seis meses de baja por lesión, Federer se exhibe ante Berdych para pasar a octavos
Seis meses sin competir por una lesión en la rodilla izquierda, bajar al 17.º puesto del ranking ATP, tras haberlo ganado todo –17 títulos de Grand Slam– volver a un torneo grande y darle una lección de tenis a un top 10 como Tomas Berdych. Eso sólo está al alcance de los escogidos, de los genios como Roger Federer. Con 35 años, el viejo maestro volvió a impartir una clase magistral en el Open de Australia zampándose al checo en hora y media (6-2, 6-4 y 6-4) para alcanzar los octavos de final donde le espera Kei Nishikori.
“Es una locura lo rápido que me he librado del compromiso”, admitía Federer, que se reconocía “sorprendido” por las buenas sensaciones que tuvo en su tercer encuentro en Melbourne. “No sabía con qué me encontraría, honestamente. No me esperaba jugar como lo hice y mucho menos este marcador, es una gran sorpresa”, decía el suizo, que en las dos primeras eliminatorias contra jugadores de perfil bajo, el austriaco Jürgen Melzer y el estadounidense Noah Rubin, no estuvo demasiado convincente, como corresponde a una ausencia tan larga y a la falta de ritmo de competición.
Ante Berdych fue otra cosa. Lo reconocía. “Me esperaba jugar mejor contra jugadores mejor clasificados, quizás porque los conozco mejor por haberme enfrentado a menudo”. Ya sea por esa ayuda, o porque los artistas nunca pierden su magia, el partido de Federer fue un festival: el 95% de puntos ganados con el primer servicio, 8 saques ganadores, 4 de 5 breaks ganados y ninguna bola de rotura que defender, 40 golpes ganadores, 17 errores no forzados... Roger hizo bailar al checo de lado a lado de la pista, lo clavó con el revés paralelo o le hizo enmudecer con dejadas celestiales. Poesía en movimiento, dicen algunos de la maestría del suizo, que maravilló al mismísimo Rod Laver, en la grada de la pista que lleva su nombre. “Me he sentido mil veces mejor que en los dos primeros partidos. Me sentí bien en el servicio, en el fondo de la pista y en los movimientos; todo ha funcionado bien”, señalaba Federer, que este año sólo había disputado los dos partidos previos de Melbourne y un torneo de exhibición, la Copa Hopman, después de seis meses de baja. No jugaba desde julio del 2016, desde su eliminación en semifinales de Wimbledon ante Milos Raonic, lo que le costó descender al 17.º puesto de la ATP, su posición más baja desde 2001.
Sin Novak Djokovic en liza, le preguntaban a Federer si se veía ganando su 18.º título de Grand Slam el domingo próximo. “Creo que estoy listo”, dijo con una sonrisa maliciosa. Le espera Nishikori, quinto favorito del torneo y quinta raqueta mundial, al que domina en el acumulado histórico por 4-2.
De superar al japonés, Federer podría encontrarse en cuartos de final con Andy Murray, el número
BUENAS SENSACIONES “Me sentí bien en el servicio, desde el fondo y en los movimientos”, dice el suizo, que bailó al checo
MUGURUZA, ADELANTE “Tenía ganas de revancha”, señala la española al vencer a su verdugo del US Open, Sevastova
uno mundial, que se deshizo del estadounidense Sam Querrey (32) en dos horas por 6-4, 6-2 y 6-4. El escocés se enfrenta en octavos al alemán Mischa Zverev, 50 de la ATP.
El hermano pequeño de Mischa, Alexander, o Sascha, el mejor de los dos (24.º del mundo), era el rival de Rafa Nadal en tercera ronda, en partido que se disputaba esta madrugada. El mallorquín (9.º de la ATP), que había derrotado al chipriota Marcos Baghdatis, había derrotado al alemán en el único enfrentamiento que tuvieron, el año pasado en Indian Wells. También se enfrentaban en tercera ronda Roberto Bautista (13) y David Ferrer (21).
En el torneo femenino, Garbiñe Muguruza accedió ayer a octavos de final al vencer a la letona Anastasija Sevastova, 33.ª del ranking, que en septiembre le envió a casa en Nueva York. “Tenía ganas de revancha”, decía la hispano-venezolana (7), que se impuso por 6-4 y 6-2 en 62 minutos. Se encontrará a la rumana Sorana Cirstea, 78.ª de la WTA.