La ‘adrenalinha’ de Faverani
El trotamundos brasileño recoge elogios por su brillante debut blaugrana
Alegría, intensidad, valentía y acierto. Sin apenas haber entrenado con el equipo. Sabiéndose sólo cuatro o cinco jugadas, como explicó su nuevo entrenador, Georgios Bartzokas. El brasileño Vitor Faverani revolucionó el juego del Barça el jueves en el Palau con sus 18 puntos y 8 rebotes y, sobre todo, sacudió su deprimido estado de ánimo. En su primera noche como barcelonista recordó a aquella perla que cultivaron en Málaga hace más de una década. Entonces, ojeadores de la NBA acudían al pabellón cubierto de Vélez, donde jugaba el Clínicas Rincón, equipo vinculado del Unicaja, que lo reclutó cuando tenía 17 años en la época en los equipos inferiores españoles empezaban a poblarse de extranjeros. Los espías estadounidenses iban a ver en directo a aquel pívot de enormes condiciones, del que Ramón García, jefe de la cantera del conjunto malagueño, hablaba maravillas. Proyección tremenda, buena mano, veloz para su altura. Eso es lo que decían los informes, pero siempre había un asterisco, sus lagunas de concentración. La cabeza no siempre le ha acompañado y quizá por ello ha ido dando bastantes tumbos en su carrera.
El Unicaja lo fue cediendo a la espera de que madurara pero al final sólo acabaría jugando 11 partidos en su primer equipo. No se entendió con Aíto García Reneses y le indemnizaron con 300.000 euros. Se recuperó en su primera etapa en Murcia, donde adquirió regularidad e hizo méritos suficientes para volver a la ACB, de la mano del Valencia, donde continuó dando muestras de solvencia. Eso le valió un buen contrato por tres temporadas con los Boston Celtics en el verano del 2013 por un sueldo total de 6 millones de dólares.
No lo hizo del todo mal en su primer curso en Estados Unidos pero le falló la rodilla y fue intervenido. Durante su recuperación en Valencia volvió a las andadas y provocó un accidente de tráfico. Cuando le hicieron el test de alcohol dio positivo. Meses después los Celtics se deshicieron de él y encontró cobijo en el Maccabi Tel Aviv antes de regresar a Murcia.
En Barcelona se ha reencontrado con tres jugadores con los que coincidió en el Valencia: Víctor Claver, Justin Doellman y el lesionado Pau Ribas. “Es un jugador distinto. Una persona muy cercana, que tiene buen trato desde el primer momento y que transmite alegría. A mí me sigue llamando capi y ya le he dicho que aquí el capitán es Navarro”, explicó a Barça TV Claver. “Estoy muy contento de volverlo a ver, nos irá muy bien tanto en ataque como en defensa”, valoró Doellman. “Me entendía muy bien con él en la pista. Puede formar una buena pareja con Tomic ya que es más explosivo y juega más por encima del aro”, analizó Ribas.
“Jugar aquí es fácil. Si haces caso al entrenador y con estos jugadores acabas solo debajo de aro. Vengo a ayudar. Quería debutar con una victoria”, responde a los elogios Faverani. Una jugada resume la ambición que mostró, su tapón corriendo hacia atrás como un gamo para evitar una canasta. “Había perdido el balón. Qué menos que correr para recuperarlo”, concluye. El Barcelona necesitaba esta adrenalina. O más bien adrenalinha.
EPISODIOS OSCUROS En Málaga no se avino con Aíto, en Boston se rompió la rodilla y en Valencia dio positivo por alcoholemia
LA OPINIÓN DEL JUGADOR “En el Barça es muy fácil jugar: si haces caso al técnico y con estos compañeros, acabas solo bajo el aro”