La niña prodigio que dijo sí a Trump
CON 16 AÑOS, LA SOPRANO DE PITTSBURGH FUE LA ÚNICA SOLISTA QUE ACEPTÓ ACTUAR EN LA TOMA DE POSESIÓN DEL NUEVO PRESIDENTE
Su hermana mayor es transgénero y renunció a asistir a la toma de posesión para apaciguar las críticas
Tenía una voz del montón hasta que le operaron de las amígdalas. Eran “increíblemente grandes”. Y entonces sucedió. Jackie Evancho, con sólo ocho años, pasó de canturrear por casa a levantar pasiones en YouTube. El culpable fue Andrew Lloyd Weber con su versión de Broadway de El Fantasma de la Ópera, que le despertó un interés por el lírico. Ahora, con 16 años, se ha convertido en la única solista de Estados Unidos que ha aceptado entonar el himno nacional para la toma de posesión de Donald Trump.
La soprano de Pittsburgh (Pensilvania) se presentó en dos ocasiones a la edición infantil del concurso de la NBC America’s Got Talent. Sus padres acabaron por enviar una grabación de la versión del Panis Angelicus que en la tercera intentona le abrió las puertas a las televisiones de todo el país. Allí le dijeron que tenía “el paquete completo”, quedó segunda en el talent y conoció a su mentor, el canadiense David Foster, uno de la larga lista de personalidades –Elton John, Celine Dion, Andrea Bocelli...– que han rechazado actuar para el controvertido magnate. Evancho tendrá la dura tarea de seguir la estela de Aretha Franklin y Beyoncé, que cantaron el himno en las investiduras de Barack Obama.
Es una cantante prolífica: desde el 2009 ha grabado seis discos y se ha convertido en la solista más joven en conseguir un disco de platino. La mayoría de sus álbumes son recopilaciones de versiones y ha encontrado un fructífero mercado en las canciones navideñas. No es extraño escucharla en los centros comerciales en esa época del año. De hecho, en el 2010 ya cantó para Obama en el encendido anual del árbol de Navidad del Capitolio.
“Estoy muy emocionada –dijo del encargo de Trump en una entrevista en la NBC– va a ser increíble. Es un gran honor para mí”. El presidente del comité de la toma de posesión, Boris Epshteyn, valoró que pertenecía a los “mejores y más brillantes Estados Unidos”. El encargo de Trump ha multiplicado las ventas de su último trabajo, pero a la vez Evancho ha visto como le llovían las críticas por “traidora” al aceptar cantar para un presidente que ha dividido al país.
En las redes sociales, donde todo es más crudo, sus críticos también le reprochan que haber entonado
The Star-Spangled Banner es una manera de dar la espalda a la comunidad trans y a su hermana mayor, Juliet, de 18 años, que en 2015 hizo público que había nacido en un cuerpo que no era el suyo.
Cuando Juliet le contó a su hermana y mayor confidente que iba a hacer oficial el cambio de género en su 17 cumpleaños, lo primero en que pensó Jackie fue la repercusión que su vida pública tendría en Juliet. “La nueva fama de Jackie pone a toda nuestra familia bajo un microscopio. Esto hace que las cosas sean incluso más difíciles para mi”, escribió Juliet en Teen Vogue. Ha apoyado a su hermana en todas sus actuaciones pero ahora es diferente: no asistió a la inauguración porque tenía “otros compromisos”, según afirmó a The New York Times en una entrevista conjunta. “Estaré allí... en espíritu”, dijo.
Los padres de las adolescentes, Mike y Lisa Evancho, se encuentran inmersos en un proceso judicial contra el distrito escolar de Pine-Richland, en Pensilvania, por no permitir que Juliet utilizara el lavabo de chicas. Otros casos de alumnos transgénero en California que se sentían discriminados por esta cuestión han llevado la polémica al terreno de la política nacional. En una primera aproximación, Trump afirmó que “deberían usar el lavabo que crean apropiado”, pero más tarde eligió como vicepresidente al ultraconservador Mike Pence, quien como gobernador de Indiana impulsó una ley por la libertad religiosa en que legalizaba la discriminación contra las personas LGTB. La ley permitía, por ejemplo, que los negocios no atendieran a parejas del mismo sexo amparándose en sus creencias.
Jackie Evancho no cree que actuar para Trump y defender a su hermana sean cosas incompatibles y dice que la sigue apoyando al “cien por cien”. “Para mí no es político, se trata de aceptar a las personas por lo que son”. Conoció por primera vez al nuevo presidente cuando cantó en su resort de Mara-Lago durante la efervescencia de su éxito infantil y pensó que era muy educado. “No es una decisión política, es algo que hago por mi país”.