Ser o no ser sexy
El domingo termina la primera temporada de ConvénZeme ,el programa de libros de Mercedes Milá en el canal Be Mad. En un sector tan frágil como este, el balance tiene que ser positivo a la fuerza: Milá ha movilizado a una comunidad lectora que se ha incorporado al eterno ejército de salvación de las librerías. A partir de la idea de la supremacía del lector, el programa practica un maniqueísmo de a favor y en
contra que no busca la argumentación sino una expresión emocional ligada a razones biográficas o sensacionalistas. El resultado es un bazar de listas acumuladas con una lógica que nada tiene que ver con los principios académicos y que suele buscar precisamente rebelarse contra los corpus de todo pelaje. La peleona interlocución de Milá contribuye al espectáculo con el tono que le conocemos y también con una colección de camisetas militantemente temáticas. Una de las últimas, lucida con un orgullo propagandístico digno de la CUP, decía: “LEER te hace sexy”. Pero así como los programas me han interesado, aunque sea desde la discrepancia, y me han entretenido con una sustancia criminalizada por el cliché que pretende que los programas sobre libros no son interesantes (cualquier excusa es buena para no leer), aquí debo manifestar mi más rotundo desacuerdo: leer no te hace sexy. Mejor dicho: te hace sexy si ya eras sexy antes, de manera que igual te hace sexy leer como rebañar un yogur. Por si no ha quedado lo bastante claro: si no eres sexy y pretendes que leer te haga sexy, te estás engañando.
En este contexto de alegrías librescas, hay que celebrar la publicación de Prosas
reunidas (Malpaso Ediciones), de la poetisa Wistawa Szymborska. Es una recopilación de reseñas de las llamadas Lecturas
no obligatorias que la escritora fue publicando con perseverante e irónica discreción. La idea nace en una de estas redacciones que recibe toneladas de novedades, convenientemente filtradas por una élite de críticos. Pero cualquiera que haya pasado por una redacción (de periódico, revista, radio o televisión) habrá observado que existe toda una morralla editorial que se va acumulando como un estorboe xcedente permanente. Pues Szymborska reseñaba estas malas hierbas editoriales y las transformaba en artículos que, al detalle y a granel, siguen siendo memorables. En 1971, por ejemplo, se publicó una
Introducción al humor francés y Szymborska hizo una reseña que incluye verdades dichas sin grandilocuencia, con la inteligencia de los que saben que la mejor inteligencia es la que se practica con naturalidad, elegancia y voluntad de pasar desapercibido: “Opino que la gravedad y el humor son igual de valiosos y, por ello, espero con ansia el momento en que la seriedad comience a envidiar al humor a modo de revancha. El humor, por ejemplo, posee varios matices, mientras que la gravedad no está sujeta a ninguna clasificación por categorías (...) Señores críticos, ustedes que se sirven del termino humor
absurdo, ¡acuñen del mismo modo el de seriedad absurda!”.
Hay que celebrar la edición de ‘Prosas reunidas’ (Malpaso Ediciones), de la poetisa Wistawa Szymborska