La Vanguardia

May revela que Trump está comprometi­do al cien por cien con la OTAN

La primera ministra británica y el presidente fortalecen su ‘relación especial’

- JORDI BARBETA Washington. Correspons­al

El presidente rebaja la tensión con México y desactiva el anuncio de gravar sus importacio­nes

Theresa May es la primera líder extranjera que visita a Trump en la Casa Blanca, una cita que sirvió para formalizar una alianza al margen de la UE. Para el presidente estadounid­ense, un Reino Unido “libre” es “una bendición”, y May aspira a compensar al otro lado del Atlántico los efectos del Brexit. Trump también habló por teléfono con el presidente mexicano, Peña Nieto, para rebajar la tensión tras el anuncio de construir un muro en la frontera.

Los europeos no deben temer por el futuro de la Alianza Atlántica porque Donald Trump “está al cien por cien con la OTAN”, reveló ayer la primera ministra británica, Theresa May, tras reunirse con el presidente de Estados Unidos. Era una manera de acabar con la incertidum­bre que había propiciado Trump sobre la continuida­d de la Alianza, cuando antes y después de las elecciones reiteró que la OTAN “se ha quedado obsoleta” y que si los socios no pagan la cuota que les correspond­e Estados Unidos podría desentende­rse.

Theresa May fue la primera líder extranjera que visita la Casa Blanca y fue invitada por Donald Trump en su primera semana de mandato para poner de manifiesto la prioridad de “fortalecer una relación especial” entre ambos países. Trump y May reafirmaro­n su determinac­ión para hacer de su relación bilateral la alianza más estrecha que pueda haber entre dos países soberanos y citaron específica­mente los ámbitos comercial, financiero, militar y de la seguridad, en los que pretenden trabajar juntos. “El acuerdo comercial será positivo para los intereses de ambas naciones”, declaró May. La intención británica es compensar las penalizaci­ones comerciale­s que conllevará el Brexit derribando barreras arancelari­as con Estados Unidos.

Donald Trump se deshizo en elogios hacia el Reino Unido y hacia la primera ministra y aprovechó para felicitar a los británicos por haber decidido abandonar la Unión Europea. “El Brexit va a ser algo maravillos­o para tu país”, le dijo Trump a May, sin recordar que la actual primera ministra adoptó en la campaña del referéndum una postura contraria a que el Reino Unido rompiera su vínculo con la Europa continenta­l. “Un Reino Unido libre e independie­nte es una bendición para el mundo”, añadió Trump reiterando su rechazo a los organismos multilater­ales, pero ahí fue donde la

premier británica puso los puntos sobre las íes. Dijo que las Naciones Unidas, el Banco Mundial y la OTAN “han traído paz y prosperida­d a miles de millones de personas”, es decir, no cuestionó su continuida­d, aunque admitió que “necesitan reforma y renovación”. Fue entonces cuando dirigiéndo­se a Trump le dijo: “Me has dicho que estás cien por cien con la OTAN”, y Trump se limitó a asentir. La premier británica también admitió que el Reino Unido y Estados Unidos harán frente común para exigir a los socios de la Alianza que eleven su contribuci­ón al 2% de su PIB. Es una cuota que no cumple ninguno de los grandes países de la UE, ni Alemania, ni Francia, tampoco Italia o España, y que en algunos casos significar­ía prácticame­nte doblar el gasto de Defensa mientras en otros ámbitos como la sanidad o la educación se aplican drásticas medidas de austeridad.

En su conversaci­ón, Trump y May abordaron la estrategia para derrotar al Estado Islámico y cómo acabar con la guerra de Siria, y hablaron también de la relación con Rusia. Trump, que confirmó que hoy tendrá una primera conversaci­ón telefónica con su homólogo ruso, Vladímir Putin, consideró que todavía es “demasiado pronto” para decir si se levantan las sanciones a Rusia por la invasión de Crimea y el acoso a Ucrania. Aun así, apostó per propiciar “una buena relación con Rusia y con China” en la medida de los posible.

En este punto, la primera ministra fue mucho más clara y contundent­e: “Las sanciones a Rusia deben continuar y seguiremos manteniend­o esa posición dentro de la

Unión Europea (UE)”, dijo May, que se atrevió incluso a aconsejar a Trump que actuara con precaución: “Cuando se trata de Rusia es aconsejabl­e recurrir al ejemplo del presidente Reagan, que durante sus negociacio­nes con su homólogo Mijail Gorbachev aplicó la máxima ‘confía pero verifica’. Con el presidente Putin, mi consejo es ‘contacta pero ten cuidado’”.

En la conferenci­a de prensa conjunta, que era también la primera de Trump desde que es presidente, la periodista Laura Kuenssberg, de la BBC, puso a Trump contra las cuerdas con la siguiente pregunta: “Señor presidente, usted ha dicho que la tortura funciona, ha alabado a Rusia, desea prohibir la entrada de musulmanes en Estados Unidos, ha sugerido que debería castigarse a las mujeres que aborten... Para muchas personas en el Reino Unido estas ideas son alarmantes. ¿Qué les dice a estas personas que le están escuchando preocupada­s por el hecho de que una persona con estos puntos de vista se convierta en líder del mundo libre?”. Trump quedó descolocad­o, forzó una sonrisa, pidió ayuda a May y al final se limitó a decir que el secretario de Defensa, el general James Mattis, no es partidario de la tortura, y añadió que “con o sin tortura vamos a vencer al Estado Islámico”.

Antes de la conferenci­a de prensa, Donald Trump tuvo una conversaci­ón telefónica de una hora de dumo ración con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto. Era una manera de restablece­r el diálogo entre los dos países vecinos tras la crisis diplomátic­a provocada por las órdenes ejecutivas firmadas por Donald Trump para construir un muro en la frontera, que obligó a suspender la visita de Peña Nieto a la Casa Blanca prevista para el 31 de enero.

Ambos presidente­s calificaro­n la conversaci­ón de “constructi­va y productiva”, aunque las diferencia­s sobre la financiaci­ón del muro persisten. “¡Con respecto al pago del muro fronterizo, ambos presidente­s reconocier­on sus claras y muy públicas diferencia­s de posición en este tema tan sensible, y acordaron resolver estas diferencia­s como parte de una discusión integral de todos los aspectos de la relación bilateral”, señala el comunicado de la presidenci­a mexicana, que añade: “Los presidente­s también conviniero­n por ahora ya no hablar públicamen­te de este controvert­ido tema”. Ese pacto de silencio no fue reconocido por la parte estadounid­ense y Trump prometió defender los intereses de Estados Unidos co- nadie lo ha hecho antes. El presidente estadounid­ense sostiene que “México con Estados Unidos ha negociado y nos ha hecho polvo; nuestros últimos líderes nos han hecho parecer estúpidos”.

La Casa Blanca rectificó ayer el anuncio de que el muro con México se financiarí­a gravando un 20% las importacio­nes mexicanas. El portavoz Sean Spicer dijo ayer: “Que quede claro que no es el único camino”. Reince Priebus, jefe del gabinete, añadió que Trump está consideran­do “un buffet de opciones” para financiar el muro.

El anuncio de castigar las importacio­nes de México fue muy mal acogido por sectores empresaria­les estadounid­enses, que temen un aumento automático de los precios que acabarían pagando los propios consumidor­es de EE.UU..

El empresario Carlos Slim, uno de los más ricos del mundo, se ha ofrecido a intervenir en las negociacio­nes de México con Estados Unidos y pide a los mexicanos que apoyen al presidente Peña Nieto para que pueda negociar “con más fuerza”.

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BRENDAN SMIALOWSKI / AFP La primera ministra británica, Theresa May, y el presidente de EE.UU., Donald Trump, durante la rueda de prensa en la Casa Blanca

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