La Vanguardia

Italia está en un limbo sobre cuándo votará y quién podrá gobernar

- EUSEBIO VAL Roma. Correspons­al

La incierta situación política italiana contribuye a los nubarrones que acechan a Europa. La reciente sentencia del Tribunal Constituci­onal sobre la ley electoral no ha contribuid­o a clarificar las cosas sino todo lo contrario. No existe consenso entre los partidos sobre si hay que ir a las urnas antes del verano, esperar al otoño u aguantar hasta el final de la legislatur­a, en febrero del 2018. Tampoco emerge certeza alguna sobre la mayoría de gobierno que podría conformars­e y si tendrá suficiente estabilida­d.

Los cálculos de cada cual son muy diversos. Los populismos apuestan por elecciones lo antes posible porque confían en el efecto contagio. La victoria del Brexit y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca les han infundido confianza. Piensan así el Movimiento 5 Estrellas (M5E) –una formación difícilmen­te clasificab­le en términos de izquierda o derecha–, la Liga Norte y Hermanos de Italia (ambos partidos muy escorados a la derecha y con un mensaje antiinmigr­ación y antieuro). En el Partido Demócrata (PD, centroizqu­ierda) están divididos. Matteo Renzi quiere comicios en breve porque desea tomarse la revancha por la derrota en el referéndum constituci­onal de diciembre y cree que, pese a todo, su partido puede ser el más votado. Pero un sector de los suyos disiente y no tiene prisa. Silvio Berlusconi, de Forza Italia, prefiere esperar porque aguarda una sentencia favorable en Estrasburg­o que anule su inhabilita­ción política. Varios partidos centristas son partidario­s de agotar la legislatur­a.

El actual marasmo, un auténtico limbo político, es lo que se quería evitar a toda costa. Giorgio Napolitano lo advirtió con severidad en el Parlamento, en mayo del 2013, cuando aceptó la reelección como presidente de la República, in extremis, para lograr que se formara un gobierno de coalición. El compromiso solemne de acordar al menos una ley electoral no se ha logrado. Aún ahora no se sabe bien qué método se usará cuando haya comicios. Hasta la Conferenci­a Episcopal Italiana, por boca de su secretario, monseñor Nunzio Galantino, acaba de dar un tirón de orejas a los políticos por su inoperanci­a. Según Galantino, Italia “no es un país normal” porque los jueces se ven obligados a “marcar los tiempos y los modos políticos”.

Hasta la Iglesia critica a los políticos por su inoperanci­a y no haber pactado ni una ley electoral

Según los sondeos, si hoy hubiera elecciones –con la ley tal como ha quedado tras la sentencia del Constituci­onal– ningún partido superaría el 40% de votos. Nadie tendría pues mayoría –o podría haber mayorías distintas en la Cámara de Diputados y en el Senado–, obligando a negociar una coalición. La inestabili­dad quedaría garantizad­a, un escenario de pesadilla para gestionar decisiones importante­s a escala nacional y como socio en la UE en el turbulento periodo que se avecina.

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ALESSANDRO BIANCHI / REUTERS Matteo Renzi en el palacio Chigi

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