Nazarbáyev, el último líder ‘soviético’, se prepara para ceder parte del poder
Desde incluso antes el fin de la Unión Soviética, en 1991, casi todo el poder de la república centroasiática de Kazajistán ha descansado en manos de un solo hombre, su presidente, Nursultán Nazarbáyev. Pero, al contrario de lo que todo el mundo en ese país piensa, su líder, de 76 años, no es incombustible. Esta semana se han comenzado a perfilar los planes para que comience a ceder su poder y, de esa manera, preparar la transición para cuando llegue el inevitable momento.
Él mismo se encargó de anunciar los futuros cambios en un mensaje televisado. Las autoridades kazajas están preparando una reforma gradual del sistema político, dijo a sus compatriotas en un mensaje de nueve minutos el pasado miércoles. Parte de sus poderes irán al Parlamento; otra parte, al Gobierno. Sin embargo, mantendrá el control sobre la política exterior, Defensa y la Administración del Estado.
“Estas reformas suponen una transición desde una república de facto superpresidencialista a un sistema parlamentario-presidencialista”, opina Andréi Grozin, que dirige el departamento de Asia Central y Kazajistán en el Instituto para los Países de la CEI, en Moscú.
El líder kazajo señaló que los cambios en el sistema sociopolítico son necesarios por “los desafíos globales y regionales que la historia ha puesto ante nosotros”. En su alocución, justificó dos situaciones contradictorias. Aseguró que el sistema vertical que él ejerce ha permitido responder con eficacia a los desafíos políticos, pero aseveró que la reforma del sistema político es “la continuación de la democratización de Kazajistán”.
Estas reformas no son una sorpresa. Las elites políticas del país ya hablaron de ellas en la primavera de 2016. Y el pasado otoño se formó un grupo de especialistas, que ha empezado a trabajar en enero de 2017.
Lo que ha sorprendido es que Nazarbáyev haya respondido rápidamente a las propuestas del grupo. Es posible que las autoridades de Astaná quieran amarrar una transición sin las tensiones vividas el año pasado en la vecina Uzbekistán tras la muerte de Islam Karímov.
Otra explicación puede ser la económica. El bajo precio del petróleo ha afectado a un exportador nato como Kazajistán y este mes se han producido tensiones sociales. Al transferir sus poderes económicos al Parlamento, Nazarbáyev protege su figura en caso de inestabilidad por estos motivos.
Nadie cree, sin embargo, que estas reformas indiquen que el último líder soviético quiera dejar el poder. Al contrario, se mantendrá en él mientras se lo permita la salud.