La Vanguardia

La CUP decide el futuro del proceso soberanist­a

La votación interna por el presupuest­o se prevé ajustada

- ÀLEX TORT MARTA CASADO Barcelona

“El asambleari­smo debería ser consenso, y no tomar decisiones con votaciones”, afirman de forma crítica desde la CUP. Por cuarta vez en menos de un año y medio todos los ojos de la política catalana, y especialme­nte del independen­tismo, estarán puestos en un consejo político de la CUP. Pasó el 3 de enero del año pasado cuando se reunió para decidir si apoyaba la presidenci­a de Artur Mas; el 7 de junio, para decir no a la tramitació­n de los presupuest­os del 2016 y el 12 de noviembre para dar el visto bueno, esta vez sí, a la entrada en el Parlament de las cuentas del 2017.

Sin una postura consensuad­a, hoy los representa­ntes de las doce asambleas territoria­les cuperas –la decimoterc­era, la de la Comunidad Valenciana, quedó desmembrad­a hace meses– se encuentran en Vilafranca del Penedès con un más que probable “sí ajustado”, según fuentes de la CUP, pese a no tener los resultados definitivo­s en la mano. “¡Sin el referéndum en el horizonte y las medidas de Ensenyamen­t prometidas por el Govern a última hora eso estaría visto para sentencia para el no, y adiós al proceso!”, señalan.

Hacia la una de la tarde está previsto que miembros del secretaria­do nacional y diputados de la formación hagan público el resultado de las votaciones. De hecho, la reunión del consejo político más el grupo de acción parlamenta­ria (GAP) –formado por ocho organizaci­ones satélite de la CUP que también tienen derecho al voto– sirve para profundiza­r en el debate, pero la suerte ya está echada desde las asambleas territoria­les. Si se presentan todos los delegados, son 64 votos, repartidos en 56 votos ponderados entre las doce asambleas, más el voto de cada una de las ocho entidades del GAP.

El jueves ya habían deliberado seis de estas asambleas; la otra mitad lo hacían ayer. Según admiten desde la formación, “es vox pópuli que la nordorient­al da sus seis votos” al sí a los presupuest­os. “Lo han hecho siempre”. La asamblea del Maresme también apostaría por la aprobación, aunque no de forma unánime. Y algo parecido podría ocurrir en la del Vallès Oriental, que celebró la asamblea ayer. La del Penedès, que acordó mayoritari­amente permitir la tramitació­n de las cuentas, acude hoy a Vilafranca con la militancia dividida en este asunto.

En la otra cara de la moneda, están las asambleas como la del Baix Llobregat o la de Barcelona. La primera, tal como ya hizo notar

Vanguardia en noviembre, fue la única donde sus militantes decidieron dar más votos para detener la tramitació­n de las cuentas del 2017. Por lo tanto, a la espera de la reunión que celebró ayer, se da por hecho que volverá a posicionar­se en contra. Igualmente sucede con la asamblea de Barcelona, que se inclina, aunque dividida, por el no.

Con respecto al grupo de organizaci­ones que apoyan a la CUP y que tienen derecho a voto, la mayoría optará por tumbar los presupuest­os, en la línea de las tres otras votaciones decisivas en consejos políticos. De hecho, los trotskista­s de Lluita Internacio­nalista y la Coordinado­ra Obrera Sindical (COS) ya emitieron comunicado­s asegurando la negativa a los presupuest­os. Al contrario, la apuesta de Poble Lliure por facilitar la aprobación es segura. La participac­ión de estas ocho entidades merece ser considerad­a: ha sido clave para inclinar la balanza en favor del no a Mas y evitar la tramitació­n de los números del 2016. Está en juego el proceso soberanist­a.

La mitad de las asambleas cuperas ya habían deliberado el jueves; la otra mitad inclinó la balanza ayer

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