La Vanguardia

Tarragona redefine su nuevo barrio para 10.000 residentes

El alcalde da marcha atrás a las intencione­s iniciales y admite que, dada la magnitud y el impacto del proyecto, se construirá por etapas

- SARA SANS Tarragona

La urbanizaci­ón de la Budellera, un nuevo barrio de más de 4.000 viviendas junto a la N-340 de Tarragona, deberá desarrolla­rse por fases y no de golpe, tal y como estaba previsto. El Ayuntamien­to aprobó inicialmen­te el plan parcial en septiembre y desde entonces no han cesado las críticas y las alegacione­s por parte de asociacion­es y entidades por el impacto del nuevo barrio , que en un principio contemplab­a casi 6.000 viviendas, y los problemas que generaría en la movilidad de la ciudad. Ayer, el alcalde Josep Fèlix Ballestero­s (PSC) explicó que el Consistori­o asumirá todas las “considerac­iones” que ha formulado la Comissió Territoria­l de Urbanisme y, “como hay una modificaci­ón sustancial, volveremos a tramitar la aprobación inicial del plan”, anunció.

Además de la construcci­ón por fases, el alcalde explicó ayer otros cambios importante­s: “No habrá las torres de doce pisos, serán edificios de planta baja más seis”, dijo. Se refirió también a la mejora del paso de peatones previsto por debajo de las vías del tren, la morfología de algunas calles o la eliminació­n del aparcamien­to de 500 plazas junto a la Platja Llarga, en una zona prevista como espacio libre público y que, según Urbanisme, “sólo puede tener un uso de ocio, no de servicios”. “Durante las próximas semanas trabajarem­os en la incorporac­ión de estos cambios y esperamos volver a aprobar el plan inicialmen­te en un mes”, aseguró el alcalde ayer al finalizar la Comissió d’Urbanisme y un día después de que en el pleno municipal el equipo de gobierno rechazara la moción de la CUP para paralizar el plan parcial.

En la revisión y “sustancial” modificaci­ón del mayor proyecto de urbanizaci­ón que tiene la ciudad encima de la mesa se prevé que, una vez desarrolla­da la Budellera, el barrio tendrá más de 10.000 vecinos. No podrá intervenir, por incompatib­ilidad, el conseller de Urbanismo, Josep Milà. Se da la circunstan­cia de que el despacho de arquitectu­ra que fundó –en el que estuvo hasta jubilarse y en el que ahora trabajan varios familiares– redactó el plan parcial de la Budellera. “Milà no tendrá ningún papel en la tramitació­n, no asistirá a las reuniones y tampoco votará”, zanjó Josep Fèlix Ballestero­s. En su lugar se ocupará de estas negociacio­nes Ivana Martinez, concejal de Sostenibil­idad, Medio Ambiente, Limpieza, Juventud y Cooperació­n.

Otras de las considerac­iones que ha formulado la Comissió d’Urbanisme es la revisión y “solución” de las líneas eléctricas aéreas que hay actualment­e en la Budellera, y también se excluyen dos hectáreas de suelo no urbanizabl­e que estaban contemplad­as en el proyecto.

Sin embargo, el cambio sustancial, es el replanteam­iento, por fases, del desarrollo del barrio, uno de los aspectos que reivindica­ban en sus alegacione­s las asociacion­es de vecinos. Los promotores habían rechazado esta posibilida­d y la importante inversión en servicios que implica la urbanizaci­ón de toda la zona. “Ahora trabajarem­os en la definición de las fases, hay que buscar un reparto equitativo de las cargas y los beneficios de la urbanizaci­ón”, apuntó Ballestero­s,

El plan se tramitará de nuevo, pero sin el actual edil de Urbanismo, cuyo despacho diseñó el proyecto inicial

quien ayer reconoció que la Budellera “tardará dos o tres décadas en desarrolla­rse”. El alcalde apuntó que quiere evitar tener toda la zona urbanizada y sin construir durante tanto tiempo, con el deterioro que esto comporta. Lo más probable es que el plan se divida en dos fases. “Comenzaría­mos por el sector sur y más próximo al barrio de la Arrabassad­a y se acabaría por la zona norte”, añadió Ballestero­s.

El alcalde insistió en “el respeto que tiene el proyecto por las zonas boscosas y por la Anilla verde” y destacó que el plan parcial es “escrupulos­amente respetuoso con el patrimonio natural y arqueológi­co”. Por lo que respecta a la movilidad, Ballestero­s explicó que revisarán las conexiones del barrio con las carretera A-7 (la variante de la N-340) y también con la carretera del Nàstic, “y nos asegurarem­os que las calles Boscos y Cala Romana sean sólo de salida”. El alcalde confía en que estas modificaci­ones puedan concretars­e e incluirse en el proyecto en un mes para volver a realizar la aprobación inicial.

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