La mejor joven española en ciencia y salud
ELEGIDA NÚMERO 1 POR ‘FORBES’, EN LA CATEGORÍA DE MENORES DE 30 AÑOS, DEJÓ EL SECTOR DE LAS FINANZAS PARA TRABAJAR COMO DIRECTORA EJECUTIVA DE SIGESA, LA EMPRESA FAMILIAR DE SOFTWARE MÉDICO
“Mi empresa es un ejemplo de cómo una entidad privada puede ayudar a la sanidad pública”, asegura
Arantxa Unda es la española que encabeza la lista 30 under 30 (30 por debajo de 30 años) de Europa, en el campo de la ciencia y la salud, que elabora la revista Forbes. Esta madrileña de 29 años, ha merecido esta distinción, a la que confiesa que aún no da crédito, por su proyecto e implicación en Sigesa, la empresa de software médico que fundó su padre en 1993 y que ella dirige. Unda se especializó en finanzas y trabajó en banca de inversión, pero sintió que ese sector no le satisfacía y decidió pasarse al sanitario.
Explica que cuando era una niña nunca imaginó que trabajaría en la empresa familiar y que en casa siempre le dieron absoluta libertad para explorar otros sectores. Cuando acabó sus estudios, trabajó un año en Sigesa. Luego se fue a Boston y estudió un máster en Harvard, con una beca que pueden conceder antiguos alumnos. En su caso, una exalumna italiana quería financiar a algún joven europeo con talento y un buen proyecto entre manos y la elegida fue Unda.
Antes ya había hecho prácticas en España y en Estados Unidos y además había trabajado en Inglaterra. Unido a sus estudios en Harvard, se convirtió en una candidata para varias multinacionales. “Quería quedarme en la empresa familiar y la gente me miraba como si estuviera loca. Yo trabajaba en una gran multinacional de un prestigioso banco en Londres en la que tenía proyección de futuro y estaba planteándome cambiarlo por una pyme española de 24 personas”, explica. También tuvo dos ofertas de trabajo en las que le ofrecían “muchísimo dinero”, asegura. “Era tentador, pero me atraía mucho la idea de tener un proyecto propio. Y ya había trabajado en Sigesa, en aplicaciones para que la tecnología ayudara a la sanidad”, explica. Fue un profesor con el que hizo un proyecto en Harvard el que la acabó de animar a dar el paso.
Así que apostó por dar continuidad a la empresa familiar que con mucho esfuerzo había logrado salir adelante. Pero no se conformaba con eso: “Quería un proyecto propio, no quería estar ahí por ser la hija del jefe. Creo que fue importante conseguir un porcentaje significativo de la empresa porque así tienes un riesgo mucho mayor”. El porcentaje lo financió con un crédito que a día de hoy sigue pagando: “Así se trata de mi proyecto, no una herencia familiar”, justifica.
Arantxa Unda se puso al frente de Sigesa, una empresa que se ha ido modernizando año tras año, prestando el apoyo tecnológico y ofreciendo las herramientas necesarias para que los profesionales de la sanidad puedan hacer mejor su trabajo. “Se puede hacer muchísimo para ayudar a la sanidad pública”, asegura esta ejecutiva. Pone como ejemplo su propia pyme, una empresa privada que debido a que consiguió hacer un mejor uso de los recursos, mediante software que trabaja en la codificación de la información, tiene una repercusión muy directa en la mejora de la asistencia sanitaria. “El nuestro puede ser un ejemplo de cómo una entidad privada puede ayudar a la sanidad publica”, asegura.
Arantxa Unda asegura que en este momento no cambiaría por nada su actual trabajo, a pesar de que como es habitual en una responsabilidad a su nivel tiene que llevarse papeleo a casa. Pero asegura que también consigue tiempo libre para salir a correr, ir a esquiar o hacer senderismo. El deporte, subraya, es una de sus mayores pasiones. A la pregunta de cómo consigue compatibilizar un puesto de tanta responsabilidad con su vida personal, sostiene que “la clave está en organizarse”. Y añade que es importante llevar un ritmo de vida sano y poder disfrutar del ocio y los amigos para querer el trabajo.
Sobre cuáles son las claves para ser la número uno en su sector entre los de su generación, destaca el trabajo duro y el positivismo. Forbes distingue este año también como candidato estrella entre los menores de 30 años a David Andrés, jefe de cocina del restaurante Àbac del chef Jordi Cruz, en Barcelona.