La hora del postre
Ya lo vaticinó hace años Christian Escribà, quien advertía que igual que la tele se interesaba por lo que ocurre en la alta cocina y mostraba sus entresijos en programas de máxima audiencia, algún día llegaría la hora del postre. Viéndolo venir, el pastelero, hijo del gran maestro del chocolate Antoni Escribà, ideó un programa que finalmente TV3 ha empezado a emitir esta misma semana.
Se trata de un reality con el que pretende rendir homenaje al mundo de la pastelería, mostrando todo lo que ocurre desde el momento en que al equipo les llega un encargo especial hasta que la obra se entrega al cliente y éste la disfruta en su particular fiesta. Su idea, asegura, es que otros colegas retomen su iniciativa para que la gente vea cómo se trabaja en su ámbito y hasta qué punto, como ocurre en su caso, se recurre a otras disciplinas para hacer posibles las ideas más fantasiosas y con ellas emocionar y sorprender a su destinatario. Arquitectos, magos, ingenieros, son algunos de los profesionales a los que irá recurriendo Escribà en su programa
Bogeria a la pastisseria en cuyo primer capítulo apareció su amigo del alma, Ferran Adrià, a quien restauró El Bulli que Escribà y su pareja, Patricia Schmidt, crearon para la despedida del emblemático restaurante de la cala Montjoi.
Los artistas del postre, sobre todo aquellos que lo preparan dentro de los restaurantes, saben que su reto es doble. A ellos, como ha dicho en ocasiones otro mago del dulce, Jordi Roca (que acaba de recoger en el libro
Anarkia de Montagud Editores su trabajo), les toca crear elaboraciones a las que el comensal no pueda resistirse aunque su estómago haya dicho basta después de un largo menú. Todo un reto que requiere del ingenio, la creatividad, ese punto gamberro y brillante que sólo tienen los genios del postre.