El aval de la CUP a las cuentas aboca el proceso a la fase final
Los anticapitalistas votarán el presupuesto, pero reclaman al Govern que el referéndum esté listo en mayo Puigdemont avisa a Rajoy que se acaba el tiempo y este asegura que no habrá ninguna consulta
En el casal popular de Vilafranca del Penedès donde se celebró ayer el consejo político de la CUP se respiraba cierto alivio entre sus miembros. “Los presupuestos han supuesto una losa, porque nunca habrían sido los nuestros; ahora, todo recto hacia el referéndum”, comentaban en la puerta del local. Pero como siempre en el caso de la CUP, con condiciones. El proceso entra en su recta final hacia la consulta y los anticapitalistas esperan mucho de Junts pel Sí y el Govern. Sacudiéndose los presupuestos, consideran que ahora han pasado la patata caliente al Ejecutivo catalán.
El “sí quiero” de la CUP entusiasmó a Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. El primero enarboló en el consejo nacional del PDECat un “Lo estamos logrando”, mientras que el vicepresidente del Govern reaccionó con un “Ahora, referéndum”. No obstante, los cuperos se han curado en salud ante la aprobación de estas cuentas que le son ajenas con un sí condicionado a la convocatoria del referéndum como máximo en septiembre, tal como advirtió al miembro del secretariado nacional, Quim Arrufat, a Carles Puigdemont, recogiendo su promesa. Si no hay referéndum, la CUP “hará caer” el Govern y provocará nuevas elecciones. “Y dará por acabada esta fase del proceso independentista”.
Es decir, un sí con fecha de caducidad. Más claro, el agua: si los de la izquierda alternativa independentista han apoyado los número básicamente es porque en el horizonte está el “o referéndum o referéndum” esgrimido por el presidente de la Generalitat en el debate de política general del octubre pasado. El gran objetivo para la CUP es este, además de ir preparando “un proceso constituyente ejemplar en Europa”.
Pero Arrufat apremió al Govern a poner sobre la mesa como muy tarde en mayo la estructura organizativa del referéndum, porque aseguró que si la presión judicial sobre el independentismo y los cargos electos aumenta, la consulta debería celebrarse antes del verano. En estos contexto defendió la desobediencia como medio para la “ruptura democrática” con el Estado: “Hemos puesto la desobediencia en el corazón del cuerpo público; sin determinación y desobediencia no habrá referéndum”, remachó.
Por su parte, la diputada Eulàlia Reguant abrió un pequeño margen para modificar los presupuestos al emplazar al resto de grupos parlamentarios a considerar las enmiendas que mantendrán vivas hasta el debate definitivo por los presupuestos –previsiblemente a principios de marzo, porque grupos como C’s y el PP presentarán recurso de inconstitucionalidad al Consell de Garanties Estatutàries. Igualmente, Reguant desafió al Govern para que “explique por qué no es posible subir los impuestos a las rentas altas”.
En todo caso, la holgada victoria del sí en los presupuestos sorprendió incluso a los mismos militantes de la CUP. De las doce asambleas territoriales celebradas de miércoles a viernes, sólo las del Baix Llobregat y Barcelona optaron mayoritariamente por el no, mientras que las de Alt Ter, Penedès y Camp repartieron sus votos por partes iguales. A favor votaron todas las demás: Ponent, Vallès Occidental, Vallès Oriental, Cata-
PRESIÓN Arrufat insta a que el president tenga organizada la consulta en mayo OPTIMISMO Puigdemont aplaude la decisión de los cuperos y asegura que “lo estamos logrando”
lunya Central, Maresme, Nord-oriental y Terres de l’Ebre. Sumando los votos de las ocho organizaciones satélite que apoyan a la CUP. el resultado fue de 39 votos a favor de la aprobación de las cuentas del 2017, 22 en contra y dos abstenciones.
La decisión fue aplaudida con gozo por Puigdemont que, visiblemente espoleado, aseguró durante el consejo nacional del PDECat que “para el Estado es una mala noticia”. Además, consideró que el aval de los cuperos demuestra que no hay “división ni rendición”. De manera parecida reaccionó Junqueras, que mediante las redes sociales expresó un “¡Seguimos y seguiremos! Ahora, referéndum”.
Pero la oposición cargó con bastante contra los anticapitalistas. Carlos Carrizosa, portavoz de Ciudadanos, lamentó que “no son unas cuentas sociales ni benefician a los catalanes; son sólo para los socios de Convergència”. Y afirmó que probablemente posibiliten una repetición del 9-N. En cambio, para el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, el sí de la CUP “estaba cantado” y se atrevió a augurar que este año habrá elecciones, porque será un “referéndum ilegal”.
Por parte de Catalunya Sí que es Pot, Lluís Rabell aseveró que con el sí condicionado, los cuperos han “inventado” un vota a favor “en diferido”. Sus palabras fueron secundadas por el líder de En Comú Podem, Xavier Domènech, que ironizó con que las cuentas que se aprobarán tienen de “positivo” que “hacen fácil imaginar otras alternativas”. Al mismo tiempo, advirtió que “habría dinero si tuviéramos de una vez un Govern valiente que se atreviera a tocar el IRPF a las grandes fortunas, el impuesto de sucesiones o sobre el patrimonio”.