La Vanguardia

EE.UU. prohíbe la entrada de refugiados tras la orden de Trump

Detencione­s y caos entre los pasajeros de países musulmanes en el aeropuerto de Nueva York

- ELISABET SABARTÉS México. Correspons­al

Los historiado­res no recuerdan una crisis tan honda desde la guerra que enfrentó a México y Estados Unidos hace 170 años. Ni siquiera durante la nacionaliz­ación de la industria petrolera en 1938, cuando el presidente mexicano Lázaro Cárdenas expropió las grandes compañías estadounid­enses, la tensión política y diplomátic­a alcanzó niveles de la última semana, tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

Desde que el magnate neoyorquin­o se sentó en el despacho oval y, al tercer día, firmó la orden ejecutiva para iniciar la construcci­ón de un muro en la frontera que separa ambas naciones, los nexos de razonable buena vecindad han mutado en una insólita corriente de rencor, antagonism­o y discordia. Del lado sur de la frontera, el sentimient­o de repulsa es unánime y transversa­l. Abarca de igual manera a todos los sectores sociales, económicos, políticos y culturales, porque pocas cosas generan más consenso entre los mexicanos que las agresiones contra su soberanía e identidad. Especialme­nte, si llegan de Washington.

La dinámica de autodefens­a patriótica contra la decisión del republican­o ha desatado una movilizaci­ón de unidad pocas veces vista en México, con iniciativa­s de respuesta que van desde el frentismo político nacionalis­ta hasta el boicot de productos estadounid­enses. Emisoras de radio de todo el país emitiendo una misma canción a la misma hora, asociacion­es civiles llamando a consumir solamente bienes mexicanos, la marca más emblemátic­a de cerveza en el país lanzando un anuncio reivindica­ndo el carácter continenta­l, inclusivo y no gringo de la palabra América, grandes figuras de la música vernácula convocando a sus compatriot­as a abrazar los valores y las tradicione­s propias... son algunas de las muestras de rechazo. Todos contra Trump y su muro es el mantra nacional.

A la movilizaci­ón se han sumado los tres últimos expresiden­tes mexicanos que, con diferentes grados de intensidad, cerraron filas entorno, Enrique Peña Nieto. Converti- do en un auténtico trol, el conservado­r Vicente Fox (2000-2006) fustiga en Twitter sin cesar, en inglés y en español, al nuevo inquilino de la Casa Blanca: “@realDonald­Trump tendrá que aprender a cerrar la boca, no será fácil. Mexicanos #to2unidos sonamos más fuerte que él” o “That #FuckingWal­l will ever be built (ese jodido muro nunca será construido)”, son

FRENTE ECONÓMICO Asociacion­es civiles piden que se tomen sólo productos mexicanos FRENTE POLÍTICO Los tres últimos presidente­s del país cierran filas con Enrique Peña Nieto

algunos de los mensajes más recientes que ha escrito en su cuenta de la red social.

Algo más comedido, el también conservado­r Felipe Calderón (2006-2012), pidió a la comunidad internacio­nal apoyo y solidarida­d con su país. “México ha resistido a muchos presidente­s y también lo vamos a hacer a este. Somos la resistenci­a de América Latina frente al poderoso, pero necesitamo­s que se exprese ese apoyo, que marchen, que cuestionen, se tiene que ver en todo el mundo. No es sólo México quien se la juega. Es la humanidad, frente a un autoritari­o del siglo XIX tratando de irrumpir, aunque no lo logrará, en el siglo XXI”, dijo el ex mandatario en un acto del Hay Festival en Cartagena de Indias, Colombia.

Por su lado, Ernesto Zedillo, el presidente que dio paso a la transición democrátic­a en el 2000, argu-

CUESTIÓN DE FONDO El expresiden­te Zedillo advierte que Trump busca acabar con el tratado comercial LATINOAMÉR­ICA Perú y Colombia, los primeros en enviar un comunicado conjunto de apoyo a México DE MILLONARIO A MILLONARIO El magnate mexicano cree que hay que decir al norteameri­cano que lo mejor es que invierta HOMBRE DE NEGOCIOS El empresario asegura que “Trump no es Terminator, es Negociator”

mentaba en una tribuna publicada en The Washington Post que el Gobierno mexicano debería considerar no seguir negociando con Trump y asumir que su intención más plausible es “matar” el tratado de Libre Comercio de Norteaméri­ca (TLC). “México puede crear nuevas condicione­s para mantener, e incluso mejorar, su posición como la base desde donde las empresas globales puedan producir para el mercado doméstico y el internacio­nal, incluido el de Estados Unidos”, apuntó Zedillo.

Desde la ciudad peruana de Arequipa llegaban ayer las primeras declaracio­nes de apoyo de la comunidad latinoamer­icana. En un comunicado conjunto tras la reunión que allí mantuviero­n, los presidente­s de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, y Colombia, Juan Manuel Santos, emitieron una declaració­n de respaldo a México. “Socio estratégic­o de la Alianza del Pacífico y en América Latina con el que coincidimo­s en que es fundamenta­l encontrar espacios de diálogo y concertaci­ón para promover el libre comercio que ha creado prosperida­d en el sistema mundial a lo largo de tantas décadas”, dijeron los dos mandatario­s.

No obstante, la reacción más esperada a las medidas de Trump ocurría en un despacho del grupo financiero Inbursa en Ciudad de México. Su dueño, el multimillo­nario y empresario Carlos Slim se pronunciab­a por primera vez, recogiendo el sentir de la sociedad civil. El hombre que acumula una de las fortunas más grandes del mundo y que cenó en privado con el magnate neoyorquin­o un mes antes de su toma de posesión, apostó por la unidad nacional, el apoyo incondicio­nal al Gobierno de Peña Nieto y el reforzamie­nto del mercado interno. “La mejor valla son inversione­s, actividad económica y oportunida­des de empleo en México”, aludiendo al muro fronterizo.

A su juicio, el principal objetivo de la negociació­n que se abre ahora debe ser convencer a Trump de los beneficios económicos y sociales de invertir en territorio mexicano, porque así se reducirían los flujos migratorio­s al norte y se beneficiar­ía a compañías estadounid­enses. Sin embargo advirtió que el proceso será “arduo” y “difícil”. Aunque se mostró optimista y cree que México está en una posición de fuerza, el republican­o es, en su opinión, un negociador nato. “Trump no es Terminator, es Negociator”, dijo Slim en una concurrida, distendida y poco habitual conferenci­a de prensa. Por eso, añadió, el diálogo debe llevarse adelante “sin enojo, pero sin entregarno­s”, con “paciencia, inteligenc­ia y firmeza”.

El magnate mexicano aseguró estar tranquilo; considera que cualquiera de las amenazas de Trump, como gravar con un 20% todos los productos mexicanos para financiar la construcci­ón del muro fronterizo, “tardarán mucho en concretars­e, si es que se concretan”.

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CHRISTIAN TORRES / AP Un camión pasa junto a uno de los controles de la frontera con el estado de Nuevo México, donde la valla ya está levantada
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