EE.UU. prohíbe la entrada de refugiados tras la orden de Trump
Detenciones y caos entre los pasajeros de países musulmanes en el aeropuerto de Nueva York
Los historiadores no recuerdan una crisis tan honda desde la guerra que enfrentó a México y Estados Unidos hace 170 años. Ni siquiera durante la nacionalización de la industria petrolera en 1938, cuando el presidente mexicano Lázaro Cárdenas expropió las grandes compañías estadounidenses, la tensión política y diplomática alcanzó niveles de la última semana, tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Desde que el magnate neoyorquino se sentó en el despacho oval y, al tercer día, firmó la orden ejecutiva para iniciar la construcción de un muro en la frontera que separa ambas naciones, los nexos de razonable buena vecindad han mutado en una insólita corriente de rencor, antagonismo y discordia. Del lado sur de la frontera, el sentimiento de repulsa es unánime y transversal. Abarca de igual manera a todos los sectores sociales, económicos, políticos y culturales, porque pocas cosas generan más consenso entre los mexicanos que las agresiones contra su soberanía e identidad. Especialmente, si llegan de Washington.
La dinámica de autodefensa patriótica contra la decisión del republicano ha desatado una movilización de unidad pocas veces vista en México, con iniciativas de respuesta que van desde el frentismo político nacionalista hasta el boicot de productos estadounidenses. Emisoras de radio de todo el país emitiendo una misma canción a la misma hora, asociaciones civiles llamando a consumir solamente bienes mexicanos, la marca más emblemática de cerveza en el país lanzando un anuncio reivindicando el carácter continental, inclusivo y no gringo de la palabra América, grandes figuras de la música vernácula convocando a sus compatriotas a abrazar los valores y las tradiciones propias... son algunas de las muestras de rechazo. Todos contra Trump y su muro es el mantra nacional.
A la movilización se han sumado los tres últimos expresidentes mexicanos que, con diferentes grados de intensidad, cerraron filas entorno, Enrique Peña Nieto. Converti- do en un auténtico trol, el conservador Vicente Fox (2000-2006) fustiga en Twitter sin cesar, en inglés y en español, al nuevo inquilino de la Casa Blanca: “@realDonaldTrump tendrá que aprender a cerrar la boca, no será fácil. Mexicanos #to2unidos sonamos más fuerte que él” o “That #FuckingWall will ever be built (ese jodido muro nunca será construido)”, son
FRENTE ECONÓMICO Asociaciones civiles piden que se tomen sólo productos mexicanos FRENTE POLÍTICO Los tres últimos presidentes del país cierran filas con Enrique Peña Nieto
algunos de los mensajes más recientes que ha escrito en su cuenta de la red social.
Algo más comedido, el también conservador Felipe Calderón (2006-2012), pidió a la comunidad internacional apoyo y solidaridad con su país. “México ha resistido a muchos presidentes y también lo vamos a hacer a este. Somos la resistencia de América Latina frente al poderoso, pero necesitamos que se exprese ese apoyo, que marchen, que cuestionen, se tiene que ver en todo el mundo. No es sólo México quien se la juega. Es la humanidad, frente a un autoritario del siglo XIX tratando de irrumpir, aunque no lo logrará, en el siglo XXI”, dijo el ex mandatario en un acto del Hay Festival en Cartagena de Indias, Colombia.
Por su lado, Ernesto Zedillo, el presidente que dio paso a la transición democrática en el 2000, argu-
CUESTIÓN DE FONDO El expresidente Zedillo advierte que Trump busca acabar con el tratado comercial LATINOAMÉRICA Perú y Colombia, los primeros en enviar un comunicado conjunto de apoyo a México DE MILLONARIO A MILLONARIO El magnate mexicano cree que hay que decir al norteamericano que lo mejor es que invierta HOMBRE DE NEGOCIOS El empresario asegura que “Trump no es Terminator, es Negociator”
mentaba en una tribuna publicada en The Washington Post que el Gobierno mexicano debería considerar no seguir negociando con Trump y asumir que su intención más plausible es “matar” el tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLC). “México puede crear nuevas condiciones para mantener, e incluso mejorar, su posición como la base desde donde las empresas globales puedan producir para el mercado doméstico y el internacional, incluido el de Estados Unidos”, apuntó Zedillo.
Desde la ciudad peruana de Arequipa llegaban ayer las primeras declaraciones de apoyo de la comunidad latinoamericana. En un comunicado conjunto tras la reunión que allí mantuvieron, los presidentes de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, y Colombia, Juan Manuel Santos, emitieron una declaración de respaldo a México. “Socio estratégico de la Alianza del Pacífico y en América Latina con el que coincidimos en que es fundamental encontrar espacios de diálogo y concertación para promover el libre comercio que ha creado prosperidad en el sistema mundial a lo largo de tantas décadas”, dijeron los dos mandatarios.
No obstante, la reacción más esperada a las medidas de Trump ocurría en un despacho del grupo financiero Inbursa en Ciudad de México. Su dueño, el multimillonario y empresario Carlos Slim se pronunciaba por primera vez, recogiendo el sentir de la sociedad civil. El hombre que acumula una de las fortunas más grandes del mundo y que cenó en privado con el magnate neoyorquino un mes antes de su toma de posesión, apostó por la unidad nacional, el apoyo incondicional al Gobierno de Peña Nieto y el reforzamiento del mercado interno. “La mejor valla son inversiones, actividad económica y oportunidades de empleo en México”, aludiendo al muro fronterizo.
A su juicio, el principal objetivo de la negociación que se abre ahora debe ser convencer a Trump de los beneficios económicos y sociales de invertir en territorio mexicano, porque así se reducirían los flujos migratorios al norte y se beneficiaría a compañías estadounidenses. Sin embargo advirtió que el proceso será “arduo” y “difícil”. Aunque se mostró optimista y cree que México está en una posición de fuerza, el republicano es, en su opinión, un negociador nato. “Trump no es Terminator, es Negociator”, dijo Slim en una concurrida, distendida y poco habitual conferencia de prensa. Por eso, añadió, el diálogo debe llevarse adelante “sin enojo, pero sin entregarnos”, con “paciencia, inteligencia y firmeza”.
El magnate mexicano aseguró estar tranquilo; considera que cualquiera de las amenazas de Trump, como gravar con un 20% todos los productos mexicanos para financiar la construcción del muro fronterizo, “tardarán mucho en concretarse, si es que se concretan”.