Infiltrados del FN
El partido de Le Pen trata de captar a cuadros cualificados
El Frente Nacional de Marine Le Pen cuenta desde hace un tiempo con un grupo de miembros de la alta administración que elabora para el partido de extrema derecha documentos de todo tipo con los que bastir su ideario político.
El Frente Nacional (FN) comienza a encontrar cierto eco entre los cuadros de la administración y el mundo de los negocios en Francia. Desde que su presidenta, Marine Le Pen, se diera cuenta hace unos años de los límites de su oferta, el partido ha creado un discreto foro de consulta y diálogo con cuadros que le permitan en el futuro manejar las riendas del Estado.
El viejo partido facha del fundador del FN, Jean-Marie Le Pen, un ex paracaidista antisemita y simpatizante del régimen colaboracionista de Vichy, obtuvo el 0,18% de los votos en las presidenciales de 1981. Cuando el socialista François Mitterrand se hizo con la presidencia francesa, el FN de Le Pen era un típico grupúsculo marginal.
Treinta y cuatro años después, en las regionales del 2015, el FN de su hija, Marine, obtuvo 6,8 millones de votos, es decir el 30% de los emitidos en la segunda vuelta, después de haber conquistado el primer puesto en la primera vuelta en la mitad de las regiones y en más de la mitad de los municipios de Francia.
Presentándose como “el primer partido de Francia”, el FN no miente: en diversas elecciones recientes ha sido el más votado. Sin embargo, como decía el Gran
Timonel, el FN es un tigre de papel. Una mayoría de franceses lo considera, “un peligro para la democracia” e “incompatible con la República”, y un número aún mayor lo considera incapacitado para gobernar. Eso explica que los repetidos éxitos del FN en las primeras vueltas se conviertan en derrota en las segundas, pese a que sus resultados sean cada vez mejores. Pero, ¿tiene que ser siempre así?
Hace cosa de un año un grupo de funcionarios del Ministerio de Economía contactó con Marine Le Pen. Le propusieron apoyarla, a cambio de que aceptara el euro. Ella organizó un debate alrededor de la cuestión de la moneda europea con los funcionarios. “No se llegó a un acuerdo, pero aprovechó para ampliar su red de gente capaz de gestionar el aparato de Estado en la órbita del partido”, explica una fuente familiarizada con aquel contacto.
Pasaron los meses y en septiembre se conoció el nacimiento del Club des Horaces, un foro de simpatizantes cualificados que redactan papers para la presidenta del Frente Nacional sobre temas de gobernabilidad claves: política exterior, impuestos, política presupuestaria, Unión Europea... A este club pertenecen altos funcionarios de la administración, empresarios, abogados y directivos. Los Horacios se reúnen con ella una vez al mes en hoteles y restaurantes que cambian en cada ocasión, en condiciones casi conspirativas y sin la menor filtración a la prensa. No se conocen los nombres de los miembros, sólo el de su portavoz: Jean Messiha, un francés de origen egipcio, doctor en Economía y licenciado de la École Nationale d’Administration (ENA), cantera de formación de cuadros de la clase política francesa, que tampoco da nombres.
“En los Horacios hay antiguos miembros de los equipos ministeriales de políticos como Édouard Balladur, Alain Juppé, Dominique de Villepin y Pierre Raffarin”, asegura Messiha, de 45 años de edad y llegado a los ocho en Francia, que cuando adquirió la nacionalidad francesa en 1990 abandonó su nombre de pila original: Hosam. Como Philippot, Messiha procede del grupo del exministro socialista Jean-Pierre Chevènement, un gaullista de izquierdas. Aunque el FN sea un partido absolutamente legal, su pertenencia está muy mal vista en la administración, lo que induce al grupo a mantener el secretismo y la máxima discreción, explica Messiha.
En septiembre, cuando se conoció la existencia del grupo Los Horacios, sus miembros eran unas sesenta personas. “Hoy son 120”, señala una fuente. Según Messiha, “cada semana hay nuevos ingresos”. El objetivo es prepararse para gobernar o, como mínimo, salir al paso de la impresión general de que el FN es incapaz de gobernar por falta de experiencia y de cuadros.
El Club des Horaces, que reúne a abogados, directivos y cargos de la Administración, asesora a Le Pen