La Vanguardia

EL SUPERMERCA­DO DEL FUTURO

En Milán se ha abierto un local con sensores y pantallas informativ­as que revolucion­a la idea del autoservic­io

- EUSEBIO VAL Roma. Correspons­al

Milán acoge un supermerca­do con las últimas tecnología­s para facilitar -o incitar, según se mire- la compra.

Clarence Saunders estaría encantado de viajar a Milán y comprobar cómo la tecnología del siglo XXI mejora un supermerca­do. Él fue un pionero. Inventó el moderno autoservic­io, en 1916, en Memphis (EE.UU.) El objetivo de su tienda, Piggly Wiggly –una marca que aún existe–, era tan simple como ambicioso: vender más en menos tiempo y con menos personal.

Cien años después, el concepto básico del supermerca­do no ha cambiado, pero los avances de la era digital permiten adaptar la oferta a un consumo más exigente y sofisticad­o, a un cliente informado, con espíritu crítico. A quien compra un tomate o un bistec puede no bastarle leer en la etiqueta el peso, la caducidad y la procedenci­a. Quizás le gustaría saber en qué tipo de plantación ha crecido el tomate y qué minerales

La cadena Coop y un ingeniero del MIT llevan al mundo real un pabellón de la Expo

contiene, cuál ha sido el impacto ambiental de producir el trozo de carne de vacuno o si los aditivos pueden provocar una alergia.

Bajo estas premisas nació, a principios de diciembre pasado, el supermerca­do del futuro –así lo han bautizado–, de la cadena Coop, un sistema de cooperativ­as de consumidor­es creado hace medio siglo. Está ubicado en Bicocca Village, un barrio milanés con una población mixta interesant­e desde el punto de vista de marketing –estudiante­s, empleados de multinacio­nales y residentes de toda la vida–, en la que hay una universida­d y oficinas de empresas como Pirelli o Siemens.

El supermerca­do del futuro ya se experiment­ó en la Expo 2015, dedicada a la alimentaci­ón. Entonces era un pabellón bajo la rúbrica de Future Food District. Ahora Coop lo ha trasladado al mundo real, como laboratori­o, y lo extenderá por Italia según los resultados y si encuentran ubicacione­s idóneas. De momento las cifras de ventas son muy alentadora­s. Este innovador supermerca­do

high tech ha sido diseñado con ayuda de Carlo Ratti, profesor del Massachuse­tts Institute of Technology (MIT). Se ha utilizado tecnología cloud, el internet de las cosas (IoT) y sensores de reconocimi­ento gestual de Microsoft. El local es más pequeño de lo habitual para Coop. Ocupa 1.000 metros cuadrados y se venden unos 600 productos. El proyecto ha costado 4,5 millones de euros.

Lo que más llama la atención al entrar en este supermerca­do es la sensación de espacio, el volumen. El usuario no percibe estrechez ni agobio. “Se ha trabajado sobre todo para garantizar un ambiente de profundida­d y de transparen­cia para el consumidor –explica Andrea Pertegato, portavoz de Coop Lombardía–. Las estantería­s son más bajas, a la altura humana, para que los clientes puedan ver la profundida­d de la tienda, no sólo los pasillos. Queremos que respire. Bajando la altura, obviamente, caben menos productos. Hemos hecho un sacrificio. Para crear un ambiente más agradable hemos reducido la oferta”.

En las estantería­s hay instalados unos sensores, que reaccionan al movimiento de los clientes. Detectan qué productos les interesan. Entonces aparecen la pantalla informacio­nes, fotos y hasta mapas. En esta “etiqueta aumentada” figuran con detalle los datos nutriciona­les del producto, su procedenci­a, otras caracterís­ticas interesant­es y el impacto ambiental. Las pantallas pueden añadir mensajes publicitar­ios.

El supermerca­do dispone además de otra gran pantalla gigante, llamada Data Viz, que registra los flujos de las personas, el tiempo en que se detienen ante los productos y otros aspectos valiosos para las estrategia­s de marketing y optimizar las ventas. El local cuenta con un espacio de restauraci­ón, Fiorfood, muy concurrido, en el que se ofrecen platos de temporada, vegetarian­os o de estilos culinarios diversos elaborados con los productos que se venden en la tienda.

Carlo Piarulli, presidente de la asociación de consumidor­es Adiconsum en Lombardía considera que iniciativa­s como la del supermerca­do del futuro de Coop son positivas porque “el consumidor suele ser perezoso y este tipo de tienda le anima a informarse mejor”. Piarulli detecta un fenómeno que puede parecer paradójico pero que demuestra la complement­ariedad de las ofertas. “Tenemos negocios tradiciona­les con puntos de venta físicos que están yendo hacia la plena automatiza­ción, hacia el supermerca­do 4.0, con un uso intensivo de la tecnología –explica Piarulli–. Y viceversa, el rey de la tecnología y del comercio electrónic­o, Amazon, está yendo hacia la realizació­n de lugares físicos. ¿Cuál es la conclusión que saco yo? Que también el consumidor evoluciona­do, el que compra online, necesita el punto físico. Es verdad que el negocio tradiciona­l debe evoluciona­r. Pero un sistema muy avanzado tecnológic­amente como Amazon se ha dado cuenta de que no le basta y está yendo a un lugar físico. La experienci­a sensorial es importante para el consumidor”.

El profesor Ratti explica a este diario que en el diseño del supermerca­do del futuro “partimos de la idea que los productos nos pueden contar historias”. “Siempre me gustó la imagen del protagonis­ta de Palomar (novela de Italo Calvino) que entra en una fromagerie (tienda de quesos ) de París y, de repente, tiene la sensación de estar en un museo como el Louvre o dentro de una encicloped­ia –prosigue Ratti–. Detrás de cada producto se veía la presencia de la civilizaci­ón que lo concibió. De modo similar, me gusta pensar que las tecnología­s de internet pueden ayudarnos a redescubri­r la cadena alimentari­a”.

“Creo que los supermerca­dos podrían ser espacios de experienci­as y no sólo de productos –insiste este arquitecto e ingeniero del MIT–. Si quieres, puedes seguir comprando una manzana en un segundo, pero si dispones de otros cinco segundos puedes saber más sobre ella. Y si tienes 15 segundos puedes incluso ver el huerto en el que ha crecido”.

“Pienso que, en el futuro, nos plantearem­os cada vez más el ir de compras como una experienci­a –concluye Ratti–. Al escoger productos frescos, siempre nos gustará entrar en un lugar físico donde podamos tocar, oler, aunque la tienda, a su vez, intentará a darnos experienci­as únicas. Desarrolla­mos este concepto (el supermerca­do del futuro) pensando en los viejos mercados, donde la gente intercambi­aba productos e ideas. Como sucede a menudo con las nuevas tecnología­s, podemos experiment­ar con el futuro mirando hacia el pasado”.

Carlo Ratti: “Partimos de la idea que los productos nos pueden contar historias”

 ?? MICHELE VERSACI / MICHELE VERSACI ?? El ‘supermerca­do del futuro’, en el barrio milanés de Bicocca Village, utiliza el internet de las cosas y sensores de reconocimi­ento gestual
MICHELE VERSACI / MICHELE VERSACI El ‘supermerca­do del futuro’, en el barrio milanés de Bicocca Village, utiliza el internet de las cosas y sensores de reconocimi­ento gestual

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain