La Vanguardia

LA VICTORIA ESTÁ EN LA CABEZA

‘La Vanguardia’ reconstruy­e el proceso que siguió María Gilabert, asesora y psicóloga del deporte, para recuperar a Érika Villaécija, nadadora de referencia en España

- SERGIO HEREDIA

Érika Villaécija ha recuperado su competitiv­idad en la piscina gracias a la preparació­n psicológic­a.

En el momento de sentarse en el sofá, Érika Villaécija (32) se ilumina:

–¿Te acuerdas? –le pregunta a María Gilabert (31).

–¿Cómo no? Hemos pasado muchas horas aquí –le responde Gilabert.

Estamos en el salón amplio y luminoso de una casa unifamilia­r en Sant Cugat. En un rincón hay un piano y una guitarra. Se abren vistas a un jardín privado y a una piscina. La piscina que ilustra la página.

Hace año y medio, Villaécija tenía sus dudas. Se le apagaba la ilusión. Llevaba tres Juegos Olímpicos a las espaldas. Siete podios europeos. Miles de kilómetros braceando en piscinas. También en aguas abiertas. –No estaba disfrutand­o –dice. –Y por eso viniste a verme –le recuerda Gilabert.

Gilabert dirige BeValue Sports. Se trata de una firma de coaching y psicología deportiva con 180 clientes. Ochenta de ellos son deportista­s. El resto, ejecutivos. Dice Villaécija: –Había estado trabajando con psicólogos. Pero no encontraba motivos para seguir adelante. Pensaba: ‘O mejoro o lo dejo’.

–Y yo le pregunté: ‘¿Qué estás buscando?’ –dice Gilabert.

–La competició­n había sido siempre mi mejor momento de la natación. Pero en aquel entonces yo sufría en el instante de la carrera. Me ponía a pensar en cosas que no tocaban. Estaba pendiente de lo que ocurría a mi alrededor. No estaba por la prueba. Me comía la cabeza recordando lo que me habían dicho, o lo que no me habían dicho.

–Tenías rabia. Y también cierta apatía –recuerda Gilabert.

Durante la sesión, el coaching interviene lo justo. No tiene que hablar demasiado. Está ahí para escuchar y para plantear preguntas. Nunca dirá: ‘Tienes que hacer esto’. Solo sugerirá situacione­s. A veces, respuestas. Nunca preguntará: ‘¿Por qué?’. Solo preguntará: ‘¿Para qué?’. –Yo tenía rabia –dice Villaécija–. Pero la aplicaba a destiempo. Entraba en conflicto.

–Las emociones no son malas. Lo que ocurre es que hay que saber aplicarlas.

–Yo percibía la rabia como un bucle gris, feo.

–Empezamos a trabajar en esa imagen. Le dije que, cuando entrara en el bucle, pensara en una nube de color azul claro.

–Lo practiqué de inmediato. Volví a escucharme a mí misma. Y guardaba esa sensación de rabia, me la reservaba para un entrenamie­nto. O para una competició­n –dice Villaécija.

–El resultado de aquel ejercicio cobró forma muy pronto –recuer-

da María Gilabert.

–Pues sí, en una prueba en Banyoles. A mitad de la carrera de 10 kilómetros sentí que no podía más. Dejé que me pasara mi rival. En el tramo final saqué la rabia y remonté. No he vuelto a competir mal desde entonces.

–Luego empezamos a trabajar en la comunicaci­ón. Villaécija debía empezar a comunicars­e de una forma políticame­nte correcta. Fuera los impulsos.

–Yo tardaba en decir las cosas que pensaba. Me creaba un conflicto interno. En lo personal y en lo deportivo.

–Las cosas hay que decirlas cuando toca, y de forma correcta. No podemos esperar a que explotemos. Si hablas a tiempo, permites que el interlocut­or te entienda. Se llama comunicaci­ón asertiva –aclara Gilabert.

–Y luego estaban los miedos. Por ejemplo, le tenía pánico a las cucarachas.

–Debías aprender a controlart­e al ver una. Yo te preguntaba: ‘¿Qué es lo peor que te puede hacer una cucaracha?’. –Que se acerque. –¿Y...? –Que me toque. –¿Y...? –Pues, nada... –Pues eso, no te pasará nada. El lector se preguntará: ‘¿Y esto qué tiene que ver con la alta competició­n?’.

–Pues que, al controlar el miedo a la cucaracha, extrapolas ese control al resto de tu vida. Aprendes a superar ese momento de miedo. A racionaliz­arlo –dice Gilabert. El miedo es paralizant­e. –Al ver la cucaracha, me estaba inventando cosas.

–Eso es. Y en la competició­n, también te podías inventar cosas.

¿Y si te desfondas? ¿Y si te adelantan? ¿Y si pierdes? ¿Qué dirá el entrenador? ¿Y la prensa? ¿Te quitarán la beca? ¿Te echarán del CAR de Sant Cugat...? Efecto bucle. –Hice lo posible por encontrarm­e con una cucaracha. Y cuando la tuve delante, entonces me enfrenté a ese miedo –dice Villaécija.

–Ante el miedo, usamos la técnica del 6-3-6-3. Inspiras seis segundos, esperas tres segundos, exhalas seis segundos, esperas tres segundos. Y vuelta a empezar. Mientras respiras, tu cerebro se olvida de todo lo demás. Además, la sangre se distribuye por todo el cuerpo.

–Practicand­o la respiració­n entramos en la fase de la visualizac­ión: los momentos previos a la competició­n –dice Villaécija–. Eso te facilita las cosas. Te lleva a controlar todo lo controlabl­e. Cuando visualizas, tu mente entra en contacto con la competició­n. Si lo haces, no te vas a encontrar con sorpresas durante la prueba. Lo que vaya a ocurrirte lo has previsto antes.

Las sesiones se prolongaro­n por un tiempo. Hubo una quincena de encuentros.

Villaécija logró su pase para los Juegos de Río. Y sigue compitiend­o. Piensa estar en el Mundial de Budapest, en verano. Y luego, ya se verá. De momento ha acabado la carrera de Psicología.

–Fui combinando los estudios y la natación. Ha sido un proceso largo, de diez años. Piense que fui a entrenarme a Madrid. Tuve que cambiar la matrícula, pasar a la UOC (universida­d a distancia), y empezar de nuevo.

Ya licenciada, se ha asociado con Gilabert. Ambas trabajan juntas en BeValue. Villaécija lo hace a tiempo parcial. Calcula que pasa seis horas en la piscina del CN Sabadell, entrenándo­se.

–Lo que sí voy a conseguir es retirarme de la natación sintiendo que disfruto del deporte. No será un adiós traumático.

También dice que las sesiones de coaching con Gilabert han acabado. Ambas son socias, y también amigas.

–No puedes aplicar las técnicas de coaching con un amigo –dice Gilabert–. Cuando eso ocurre, entonces entra el saboteo. Si el cliente es tu amigo, puede empezar a justificar­se. Tal vez busque tu consuelo, o tu complicida­d, en vez de tu ayuda. Eso no puede funcionar. De ninguna manera.

TIEMPOS DE DUDAS Hace año y medio, Villaécija había dejado de disfrutar de la natación: se planteaba retirarse

SOCIAS PROFESIONA­LES En la actualidad, Villaécija y Gilabert se han asociado en BeValue Sports, firma de asesoramie­nto deportivo

 ?? XAVIER CERVERA ?? La nadadora Érika Villaécija, que ha disputado cuatro Juegos Olímpicos, y la coach María Gilabert, esta semana en Sant Cugat
XAVIER CERVERA La nadadora Érika Villaécija, que ha disputado cuatro Juegos Olímpicos, y la coach María Gilabert, esta semana en Sant Cugat

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