Trump estremece al mundo con el cierre de fronteras a los musulmanes
EE.UU. prohíbe temporalmente la admisión de refugiados y la entrada de naturales de siete “países preocupantes”
Familias que se lo habían vendido todo para emigrar a Estados Unidos, refugiados a punto de subir al avión que les permitía volver soñar o emigrantes que se las prometían felices desembarcando en aeropuerto Kennedy han visto como de repente todos sus anhelos se convertían en una historia de terror, pero real como la vida misma. Ellos han sido los primeros en sufrir las consecuencias de un nuevo decreto de tintes xenófobos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que cierra las fronteras a los refugiados y a los emigrantes musulmanes de “países especialmente preocupantes”.
Aunque anunciada con bastante antelación, la iniciativa estremece al mundo por lo que tiene de excitar un guerra religiosa que sólo interesaba al yihadismo y porque alimenta todos los sentimientos antioccidentales. Algunas multinacionales ya se han apresurado a evacuar a los empleados en riesgo de convertirse en víctimas de represalias . Irán fue el primer país en anunciar que aplicará la reciprocidad.
En concreto, la orden ejecutiva firmada por Trump durante su visita al Pentágono y que se titula Proteger a la Nación de la entrada de terroristas extranjeros en Estados Unidos, establece entre otras medidas “la suspensión de la expedición de visados y otros beneficios de inmigración a los nacionales de países especialmente preocupantes”. Esos países, según se remite el propio decreto son Siria, Irak, Irán, Sudán, Libia, Somalia, Yemen y la suspensión tiene, de momento, un plazo de 90 días a partir del momento de la firma. Luego, el decreto, utilizando un estilo literario más propio de un arenga militar, señala que “la entrada de ciudadanos de Siria como refugiados es perjudicial para los intereses de Estados Unidos”, motivo por el cual se suspende indefinidamente la admisión de refugiados de la guerra de Siria: “Hasta que se garantice que la admisión de refugiados sirios es compatible con el interés nacional”.
Los refugiados procedentes de otros países que no sean Siria, tampoco podrán entrar ahora en Estados Unidos. El decreto orden al secretario de Estado “suspender el Programa de Admisión de Refugiados durante 120 días”. Además, se fija un nuevo límite máximo de 50.000 refugiados que EE.UU. estaría dispuesto a asumir en 2017. Este tope es la mitad de lo previsto por la Administración Obama, aunque el proceso de verificación de antecedentes es tan meticuloso que dificilmente se llega a cubrir el cupo. El ultimo año Estados Unidos aceptó 12.500 refugiados sirios, casi todos mujeres y niños. El papeleo suele durar más de dos años.
Para cuando haya transcurrido el plazo de 120 días sin que entre ningún refugiado, el decreto incluye una verificación de anteceden- tes de los solicitantes de asilo de países con mayoría de musulmana que dará de hecho prioridad a los cristianos, como miembros de lo que el decreto señala como “minorías religiosas”. Es este uno de los aspectos que ha llevado a diversas organizaciones de defensa de los derechos civiles a anunciar una batalla jurídica por considerar el decreto contrario a la Constitución.
En el acto del firma del decreto, Donald Trump que el objetivo es “detectar terroristas del islamismo radical...No los queremos aquí... sólo queremos admitir a aquellos que apoyen nuestro país y amen profundamente a nuestro pueblo”. Antes, en una entrevista con una cadena de televisión cristiana declaró que sí iba a dar prioridad a los refugiados cristianos, porque “han sido tratados horriblemente y vamos a ayudarles”.
Grupos de defensa de los derechos civiles se movilizan contra un decreto que denuncian por discriminatorio