La “Italia soberana” se manifiesta en Roma y aplaude a Donald Trump
Un variopinto conglomerado populista se abre paso para exigir elecciones ya
Donald Trump fue festejado ayer, como el gran faro de Occidente, en la capital que, dentro de dos meses, conmemorará el sexagésimo aniversario de la firma de los tratados precursores de la actual Unión Europea. Un variado conglomerado de partidos y asociaciones, unidos por su mensaje conservador y la retórica populista, participaron en una marcha en Roma en la que el flamante presidente de Estados Unidos recibió calurosos elogios por su política migratoria y sus medidas proteccionistas.
Los discursos finales tuvieron lugar en la plaza de San Silvestre, a tiro de piedra del Parlamento y de la sede del Gobierno. En una gran pancarta, detrás de los oradores, estaba escrito este lema: “El pueblo al Gobierno. Italia soberana”. Si hace 60 años las autoridades italianas, junto a las de los otros cinco países fundadores, se comprometían a construir una entidad supranacional y renunciar a soberanía, ayer se escucharon discursos diametralmente opuestos.
La manifestación fue convocada por Hermanos de Italia, un pequeño partido heredero de la tradición posfascista del desaparecido Movimiento Social Italiano. Su actual líder es Giorgia Meloni, que fue ministra para la Juventud en el último gobierno de Berlusconi. Al acto se adhirieron algunas figuras de Forza Italia, como el también exministro Renato Brunetta, y el secretario de la Liga Norte, Matteo Salvini. Según los convocantes, acudieron 25.000 personas.
Salvini fue el más combativo. Deseó “buen trabajo” a Trump y a Putin. Las mejores palabras las reservó para presidente norteamericano. El líder liguista comentó las noticias del día –los decretos para frenar en seco la entrada en EE.UU. de los nacionales de algunos países musulmanes y los aranceles e impuestos para proteger la industria nacional– y prometió solemnemente: “¡Es lo que haremos nosotros si llegamos al Gobierno!” Sobre el euro, preconizó la vuelta a las monedas nacionales. “Un país que no controla su propia moneda es un país esclavo”, enfatizó.
En la misma línea, Meloni dijo que prefería “mil veces” a Trump que a Renzi, e insistió en que se vote de inmediato porque Italia vive en una “democracia suspendida” desde el 2011, desde que llegó al poder Mario Monti gracias a “las injerencias de Merkel y de las finanzas internacionales”. “¡No queremos ser una colonia!”, exclamó la exministra.
A la tribuna subió el vicepresidente del Family Day –una organización católica conservadora–, Simone Pilone, que se quejó de la legalización de las uniones homosexuales y expresó el temor de que Italia “se convierta en una Suecia” de gente que vive sola, con la familia destruida. Pilone alabó a Trump y pronosticó que “será capaz de llevar adelante una nueva antropología” que frene esa revolución que, según él, relativiza el género sexual y lo consiente todo.
La Vanguardia preguntó al exministro Brunetta por las primeras medidas tomadas por Trump. Esta fue su respuesta, tras un largo suspiro y esbozando una irónica sonrisa: “La economía va bien. La bolsa va bien. De momento él firma decretos que anulan los de Obama. Hacerlo peor que Obama es bastante difícil”.
El líder de la Liga Norte promete que si llegan al Gobierno imitarán las medidas del presidente norteamericano