Encanto de la discreción
EMMANUELLE RIVA (1927-2017) Actriz de cine y teatro
Tenía una larga trayectoria en cine y, sobre todo, en el teatro francés. Pero Emmanuelle Riva, que ayer falleció con discreción en París, como lo ha hecho todo en su vida, se dio a conocer a las nuevas generaciones por su trabajo en Amor (2012), una disección de la decadencia realizada por el austriaco Michael Haneke.
El filme, presentado en Cannes aquel año con un éxito arrebatador, seguía los pasos de una profesora de música octogenaria y de su marido (Jean-Louis Trintignant). Unos pasos que no iban muy lejos: les llevaban hacia la decadencia inevitable que comporta el paso del tiempo y la decrepitud de la edad. El papel en el filme de Haneke le valió a la actriz, entre muchos otros premios, la nominación al Oscar. Y algo más: el reconocimiento mundial, en el sentido literal de la palabra. El reconocimiento de la que había sido protagonista de la impenetrable a la vez que sugerente Hiroshima mon
amour (1959), de Alain Resnais. Una de las joyas fundacionales de la modernidad francesa.
Pero lo cierto es que Riva nunca había estado lejos de los escenarios ni de los platos. Ejerció de trabajadora elegante y discreta del espectáculo, sin dar importancia a la fama. Hasta hace poco continuaba con una función teatral diaria, a pesar del cáncer que padecía y cuyas complicaciones le han causado la muerte. Tenía 89 años.
Nació en Cheniménil, Francia, en el seno de una humilde familia. El teatro fue muy pronto una vocación, pero su origen la empujaba a quedarse y ser costurera, ofició que ejerció durante un tiempo. No fue hasta los 26 años que dejó su pueblo para trasladarse a París, decidida a estudiar teatro. No conocía a nadie y le decían que era muy mayor. Pero Riva perseveró y con tenacidad consiguió pequeños papeles.
Cuenta la leyenda que Resnais vio su rostro en un cartel y le impresionó hasta el punto de proponerle protagonizar Hiroshima.. sin conocerla. En 1962 Riva se alzó en Venecia con la copa Volpi a la mejor interpretación femenina por Thérèse
Desqueyroux de Georges Franju, y nunca paró de trabajar. Aunque fuera de Francia ya la habíamos olvidado un poco.
Resnais vio su rostro en un cartel y, sin conocerla, le propuso actuar en ‘Hiroshima mon amour’