Los resultados negativos obligan a dimitir al presidente de Toshiba
Toshiba intenta taponar las vías de agua. La multinacional japonesa informó ayer de que su presidente, Shigenori Shiga, dimitirá próximamente, debido al “deterioro de activos multimillonario” que sufre la compañía. Bajo esta expresión contable se incluye el conflicto que ha hecho que las acciones de la firma en bolsa se desplomaran desde que se supo que se produjo una sobrevaloración en la compra la estadounidense CB&I Stone&Webster por parte de Westinghouse Electric. Esta empresa es la unidad de negocio de energía nuclear de Toshiba en Estados Unidos.
Algunas fuentes afirman incluso que no debe descartarse una manipulación contable en la compra de CB&I en diciembre del 2015. El caso es que esta empresa tenía en marcha varios proyectos de energía nuclear en Estados Unidos que cuestan unos 4.100 millones más de los que Toshiba (a través de Westinghouse) había calculado. Esta situación obligó a la multinacional nipona a reconocer este impacto negativo en las cuentas. Desde aquel momento, las acciones de Toshiba se devaluaron. El viernes pasado cerraron con un ligero repunte, pero registran un retroceso del 8,2% en este 2017 y del 41,3% desde que el 26 de diciembre Toshiba hiciera público que los activos adquiridos por Westinghouse en el 2105 “se han deteriorado en miles de millones de dólares”.
Se da la circunstancia de que Shigenori Shiga fue en su momento presidente de Westinghouse Electric. Su decisión de dimitir podría anunciarse el 14 de febrero, fecha en la que la empresa presenta resultados correspondientes a los nueve primeros meses del ejercicio (que en Japón concluye el 31 de marzo). Además, Toshiba dejará de aceptar contratos para levantar nuevas plantas nucleares (aunque seguirá construyendo las cuatro que tiene previsto terminar en EE.UU. para el 2020) y seguirá solo con sus operaciones de mantenimiento y desmantelamiento de instalaciones nucleares.
La delicada situación de la compañía la obligó ayer a anunciar que escindirá su negocio de memorias flash y lo constituirá como nueva compañía el 31 de marzo, con el objetivo de hallar financiación de terceros. El negocio de memorias de Toshiba alcanzó una cifra cercana a los 6.800 millones de euros en el 2016, lo que les proporcionó un beneficio operativo (antes de impuestos) de unos 900 millones de euros.