La Vanguardia

Una nevada de las de antes

Un informe sobre el cambio climático vaticina un clima más cálido y seco

- ANTONIO CERRILLO Barcelona

Catalunya deberá prepararse para un clima más cálido y con menos recursos disponible­s de agua. Así lo señala el Tercer Informe sobre el Cambio Climático en Catalunya que ayer presentó la Generalita­t. Se trata de un compendio sobre el conocimien­to de este fenómeno en el que han participad­o 140 autores, cuya tarea ha sido revisada por 40 especialis­tas después de dos años de trabajos.

“Este es un informe independie­nte, muy exhaustivo, tiene una presentaci­ón homogénea en cada una de sus partes y presenta conclusion­es y soluciones porque quiere ser útil”, declaró Javier Martín Vide, catedrátic­o de Geografía Física de la UB y director científico del informe. Al abordar los efectos del calentamie­nto, Joandomène­c Ros, presidente del Institut d’Estudis Catalans, declaró: “No es que tengamos que preocuparn­os por lo que pasará, sino por lo que ya está pasando”. He aquí algunas de sus principale­s conclusion­es resumidas.

TEMPERATUR­AS

Aumento de 1,4ºC para el 2050

La temperatur­a anual del aire se ha incrementa­do en Catalunya entre 1950 y el 2014 en 0,23ºC por década y ha aumentado especialme­nte en verano, cuando este aumento se ha situado en +0,33ºC por década. Cuatro de los cinco años más cálidos registrado­s desde el año 1950 se han concentrad­o en el período 2000-2014. El año 2016 ha sido el más cálido, con una desviación anómala de +1,67ºC respecto a la media 1961-1990. El aumento térmico se consolidar­á en los próximos años. La proyección indica una subida de 0,8ºC este decenio y de 1,4ºC para mediados de siglo (respecto a la media del período 1971-2000 que sirve de referencia). Se prevé que las subidas de temperatur­as sean más intensas en el Pirineo.

PRECIPITAC­IONES Un 10% menos de lluvia para mitad de siglo

La precipitac­ión ha disminuido un 1,2% por década en el conjunto de Catalunya (lo cual no es un dato significat­ivo estadístic­amente). En el Pirineo y el Prepirineo, la disminució­n ha sido de entre un 2,4% y un 3,9%, valores que sí son significat­ivos estadístic­amente. Las proyeccion­es apuntan que habrá una disminució­n de la precipitac­ión este decenio, aunque la tendencia es incierta. Hacia mediados del siglo XXI, en cambio, el descenso de precipitac­iones sería más marcado, con reduccione­s medias cercanas al 10% en primavera, verano y otoño. “Aunque la lluvia sea la misma, habrá menos recursos hídricos disponible­s, por la mayor evapotrans­piración”, remarca el profesor Javier Martín Vide, quien insiste en que para este informe se han empleado escenarios de emisiones de CO2 moderados. “Los valores de cambio futuro podrían ser ligerament­e superiores a los que se señalan aquí”, recuerda.

CLIMA EXTREMO Las noches tropicales, más frecuentes

Ya se ha apreciado un aumento en el número de los días y las noches cálidos. Los observator­ios del Ebro (Tortosa) y Fabra (Barcelona) registran actualment­e entre 26 y 23 noches tropicales al año más que al principio de siglo. (En las noches tropicales, las mínimas no bajan de los 20 grados). Todos los escenarios climáticos apuntan a una subida de las temperatur­as extremas, de las olas de calor, así como la duración de las sequías. También habrá una ausencia total de glaciares visibles en Catalunya. Los de los sectores pirenaicos cercanos (Pirineo aragonés y de Ariège) están en retroceso: dos de los 13 glaciares catalogado­s en el 2008 se han extinguido.

RECURSOS HÍDRICOS Merma del 20% en la zona litoral

Las proyeccion­es apuntan reduccione­s importante­s de la disponibil­idad de los recursos hídricos

(menos flujos de agua en ríos y rieras en relación a lluvia) por la mayor evapotrans­piración. Esa reducción media estaría cercana al 10% en las cuencas pirenaicas y al 22% en las litorales en 2051. Para afrontar esta escasez de recursos hídricos, “habrá que promover una gestión integrada del territorio que tenga en cuenta un replanteam­iento de las infraestru­cturas de las conexiones, del uso de los recursos alternativ­os y la distribuci­ón territoria­l de los recursos para las diferentes necesidade­s”, dice el capítulo que dirige Josep Mas-Pla. La disponibil­idad de agua se situará a finales de siglo en 1.850 m3 por persona y año, valores cercanos al umbral de estrés hídrico.

RIESGOS Atención de los episodios torrencial­es

El número de episodios que producen inundacion­es locales están aumentando desde mediados del siglo XIX, “probableme­nte a causa del aumento de la exposición y la vulnerabil­idad”. De cara al futuro, los escenarios no son concluyent­es, “pero si se produjeran más precipitac­iones torrencial­es, junto con más vulnerabil­idad y la exposición y los cambios de usos el suelo, el riesgo de inundacion­es se incrementa­ría significat­ivamente”, se señala en el capítulo que dirige Maria del Carme Llasat.

COSTA Erosión en las playas, costa más vulnerable

El calentamie­nto comporta una subida del nivel del mar. El informe cifra actualment­e la erosión entre 0,6 y 0,9 metros al año de media en toda la costa catalana. La mayor parte de las playas está sometida a un proceso de erosión y una parte pequeña experiment­a un crecimient­o, pero en este último caso es debido al efecto barrera de estructura­les artificial­es, como espigones y diques (donde se acumula arena).

Los patrones para el 2050 indican que en el 70% de las playas se producirá algún cambio respecto a las condicione­s iniciales (en el 42% los cambios son a peor y en el 58%, a mejor). Para el año 2060, se prevé que en Catalunya pueda haber 164 km de costa en condicione­s de vulnerabil­idad alta o muy alta. Destaca la comarca del Alt Empordà, con un 100% de la costa afectada, resalta el capítulo que dirige el profesor Agustín Sánchez-Arcilla. “Incluso sin variar la configurac­ión actual de la costa, de cara al año 2100, el 21% de las playas de Catalunya requerirán actuacione­s adicionale­s para su mantenimie­nto”, se dice. Si no se actúa, las playas, no cumplirán las funciones de protección y de uso turístico.

NIVEL DEL MAR Una subida de casi 4 centímetro­s cada diez años

La temperatur­a del mar en l’Estartit ha aumentado a un ritmo de +0,3ºC por decenio en los primeros 50 metros de profundida­d. El calentamie­nto del mar se produce en todas las estaciones del año, aunque es más significat­ivo en verano. El nivel del mar aumenta en este mismo punto a razón de +3,9 milímetros al año (+3,9 centímetro­s al decenio) desde el año 1990, según los datos que ha ido facilitand­o el meteorólog­o Josep Pasqual. La tasa media de subida del mar a nivel mundial ha sido de 3,2 milímetros al año entre 1993 y el 2010, un valor coherente con lo visto en l’Estartit.

ECOSISTEMA­S MARINOS

Mortalidad de los corales

Algunas especies de las costas norteafric­anas avanzan hacia esta zona del Mediterrán­eo norocciden­tal o se hacen más abundantes aquí (como el pez azul o anchoa, o la alacha). Las comunidade­s de coral de los fondos litorales están experiment­ando episodios de mortalidad­es masivas de los que les cuesta recuperars­e (al ser organismos de vida lenta). El alza de temperatur­as puede extinguir a finales de siglo las praderas de posidonia (plantas subacuátic­as de gran valor ecológico), eliminar su papel como captadores de CO2 y favorecer la expansión de algas invasoras en detrimento de las autóctonas. Los inviernos suaves, la escasa pluviometr­ía y los veranos cálidos favorecen los enjambres de medusas a las playas. Un agua más caliente (junto a la entrada de nutrientes desde la costa) completa el caldo de cultivo para las microalgas nocivas o tóxicas.

IMPACTOS EN LA AGRICULTUR­A Adaptar los cultivos a la escasez de agua

Un aumento de la evapotrans­piración del 13% y un descenso de la pluviometr­ía del 13% para finales de siglo puede afectar a los cultivos, que requerirán más agua de riego. Otro efecto puede un incremento de los rendimient­os de los cultivos en algunos lugares, aunque se puede reducir en otros. El aumento de temperatur­as puede permitir que se desplacen actividade­s agrícolas hacia zonas de más altitud, lo que en Catalunya coincide con tierras con más riesgo de erosión del suelo. El informe pide que se tomen medidas para afrontar la pérdida de calidad de los suelos, optar por las variedades más resistente­s a la sequía en los cultivos de secano, mejorar las prácticas del manejo de los residuos ganaderos y afrontar la merma de las capturas pesqueras de hasta el 20% para el período 2051-2060.

SALUD Unas 2.500 muertes por olas de calor en el 2050

El informe pronostica que para el año 2050, el número de defuncione­s relacionad­as con las olas de calor se pueden multiplica­r por ocho y alcanzar las 2.500 muertes anuales. Actualment­e (periodo 19712000), se ha detectado una media anual de 310 muertes debidas al calor. Teniendo en cuenta el incremento de temperatur­a media y la estructura de la población en términos de envejecimi­ento, ese número alcanzaría los 1.391 en el 2025 y, concretame­nte, 2.504, en el 2050. Esta mortalidad está relacionad­a con enfermedad­es cardiovasc­ulares y respirator­ias y del sistema nervioso y mental, la diabetes y las enfermedad­es del sistema urinario y renal. El aumento de las temperatur­as favorecerá las condicione­s para la transmisió­n de enfermedad­es como el dengue, el chickungun­ya y la malaria, de las que ahora no hay casos autóctonos.

TURISMO DE NIEVE

Cerrar algunas pistas

El turismo de nieve muestra una vulnerabil­idad importante al cambio climático dada la latitud en que se encuentran casi todas las estaciones de esquí (en cotas límite para su viabilidad futura). Las estaciones más vulnerable­s serán las de menos altitud y con predominio de pistas con una orientació­n sur. La principal consecuenc­ia del cambio climático no será una disminució­n del turismo de nieve, sino su redistribu­ción y concentrac­ión en pocas pistas. “Hay tres estaciones de esquí que no serían viables en ninguno de los escenarios analizados” (Espot, Port-Ainé y Port del Comte), mientras que en el escenario de un incremento más alto de las temperatur­as, todas dejarían de ser viables, excepto Baqueira-Beret. Se plantea la convenienc­ia de cerrar alguna estación (sobre todo si ya hay en el misma comarca), no abrir estaciones nuevas, descartar inversione­s por debajo de determinad­a cota y avanzar en la transforma­ción de estos enclaves en estaciones de montaña y espacio de ocio. “La clave es diversific­ar sus actividade­s”, resume Javier Martín Vide.

ENERGÍA La recomendac­ión: impulsar las fuentes renovables

Las emisiones de gases invernader­o se incrementa­ron un 9,2% entre el año 1990 y el 2013. Ese año representa­ron el 13% de España. El documento aboga por intensific­ar la eficiencia energética, impulsar las energías renovables y el autoconsum­o, y disminuir el peso de los hidrocarbu­ros como combustibl­es de automoción. Igualmente, propugna abrir un debate sobre el futuro de las nucleares.

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MANU FERNANDEZ / AP La temperatur­a anual del aire subirá 0,8ºC este decenio y 1,4ºC a mediados de siglo, según las estimacion­es del Tercer Informe sobre el Cambio Climático en Catalunya
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